Falsamente tuya

Capítulo 06: LA NOTA

Aren.

Toma la copa de vino frente a mí y le doy un sorbo mientras escucho a mi familia hablar. Miro a mi madre quien sonríe mientras Rox y Lottie hablan sobre lo bien que les va en la universidad.

—¿Qué tal todo contigo, Aren? —mi madre pregunta en mi dirección. Me había mantenido en silencio desde que mis hermanas comenzaron a hablar.

—Todo bien —respondo dejando mi copa de nuevo sobre la mesa.

Mi madre había organizado una cena esta noche, no había motivo alguno, únicamente lo hizo para pasar el rato en familia.

Misma cena que había olvidado a no ser por mi secretaria que me lo recordó horas atrás en la oficina.

Han pasado tres años desde que Aurora Bellerose se convirtió en mi secretaria.

—¿Zaak ya consiguió una secretaria que logre ser lo que él espera? —pregunta Brian, el padre de las gemelas.

—No —respondo—. Esta tarde tuvo más entrevistas de trabajo pero no sé si logró conseguir una secretaria nueva.

Mi mejor amigo tiene un problema serio con el tema de las secretarias. Zaak es un hombre que odia lo aburrido y monótono, las secretarias que trabajan con él son serias y monótonas, según él, y siempre termina despidiéndolas porque no son lo que quiere.

Tuvo la oportunidad de tener una secretaria que fuese lo que quisiese pero se la quité.

Soy el primero en aceptar que Aurora es el tipo de secretaria que congeniaba con Zaak pero, fue una lástima que la quisiese para mí.

Seguimos cenando mientras las gemelas y mi madre vuelven a hablar encabezando el tema de conversación en la mesa.

No puedo evitar que mis pensamientos se desvíen en el tema que he intentado ignorar en todo el día, pero, que ahora mismo me es imposible hacer a un lado.

—Me voy —me pongo de pie después de un buen rato de seguir con mi familia. La comida se terminó hace un par de horas y ahora solo bebíamos vino.

—¿Tan pronto? —pregunta mi madre y solo me ahorro el decirle que estoy cansado, que quiero dormir y que quiero seguir ignorando el tema que me carcome la cabeza desde que el día inició.

—Mañana tengo una reunión importante —miento—. No quiero desvelarme más.

Asiente comprensiva, me despido de todos para después caminar saliendo de la mansión. Voy directamente hasta mi auto y me monto en este comenzando a conducir hacia mi mansión.

La música resuena en el auto y mis manos se aferran al volante con un pinchazo en mi pecho cuando 'Everglow' de Coldplay se apodera de los altavoces.

Un nudo se cuela en mi garganta mientras me pregunto cómo es que a pesar de los años que han pasado el dolor sigue siendo el mismo.

Mi madre seguramente no lo recordó pero yo no he podido dejar de pensar en que hoy se cumple un año más de la muerte de mi padre.

Hace veinticuatro años que mi padre murió y el dolor sigue siendo el mismo que el primer segundo en que supe aceptar que ya no lo tendría conmigo de nuevo.

Tenía cuatro años cuando mi padre murió.

La canción hace que mi mente evoque imágenes de él y lo único que hago es detener el auto afuera de un bar.

Bajo del auto y camino directamente hasta aquel sitio, mismo en donde me adentro yendo directamente hasta una mesa.

—Buenas noches —levanto la mirada cuando una mujer se acerca, sonríe mientras sus ojos me recorren—. ¿Qué le sirvo?

—Una botella de lo que sea —suelto sin más. Eleva una ceja y solo parece pensar.

—¿Lo que sea? —pregunta y asiento—. Bien, ahora le traigo su orden, señor.

Se retira y llevo mis ojos hasta la mujer que canta en el escenario mientras toca el piano, mi vista regresa a la mujer de antes que regresa, misma que deja sobre la mesa una botella de vodka junto a un vaso.

—¿Algo más? —pregunta y solo niego con la cabeza mientras comienzo a abrir la botella.

Se retira y sirvo de aquel líquido en mi vaso para llevarlo de inmediato a mi boca.

No se supone que debería estar aquí, bebiendo. No se supone que sería algo que Aren Russell haría.

Tengo una reputación que cuidar y un imperio que mantener al margen pero ahora mismo nada de eso parece importarle a mi cabeza que lo único que pide es olvidar todo por al menos unos segundos.

—Logré aquello que soñabas, Eizen Russell —susurro antes de empinarme un nuevo vaso—. Me gustaría que vieras que he logrado todo lo que soñamos —la melancolía pinta mi voz y solo me obligo a no bajar la mirada mientras tomo el vodka en el vaso que sostengo.

La música en el bar sigue resonando y solo me concentro en las notas mientras sigo bebiendo. Los minutos pasan y aún cuando me había prometido irme después del tercer trago sé que he roto esa promesa cuando la botella comienza a vaciarse cada vez más a cada segundo que pasa.

♚♛♚♛♚♛

Aurora.

—¡La cena está lista, Aurora! —la voz de mi madre desde el primer piso resuena. Me levanto de mi escritorio y salgo de mi habitación para ir directamente hasta la planta baja.

Miro a mi padre y me acerco a él mientras comienzo a jalar su silla de ruedas.

—Puedo hacerlo solo, cariño —habla él.

—Pero también puedo ayudarte —respondo mientras sigo empujando su silla hasta el comedor.

Sharon se acerca a la silla que encabeza la mesa y corre esta mientras Maeve y yo ayudamos a que nuestro padre se ponga de pie para tomar su debido lugar en la mesa.

—Puedo hacerlo solo —suelta, sabemos que está privándose de sonar molesto ya que desde que el doctor lo obligó a comenzar a usar la silla de ruedas cree que es un inútil.

—No refutes, León Bellerose —mi madre habla terminando de dejar todo sobre la mesa.

Mi padre solo rueda los ojos mientras suelta un suspiro pesado.

Su problema en la rodilla no ha mejorado, por el contrario, todo ha terminado de empeorar en estos últimos tres años, comenzó cojeando y hasta hace tres años comenzó a usar bastón para finalmente hace un año ser obligado a usar la silla de ruedas con tal de que no siga esforzándose.




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