Aren.
Miro a todos los empleados de mi empresa frente a mí, he convocado una reunión de último momento.
—Estoy completamente consciente de todos los rumores que hay en estos momentos sobre mí. Sobre mi vida personal —hablo sin dejar de mirar a todos y con un tono duro.
Miro a cada uno de los presentes aquí, incluso puedo ver a Aurora y Zaak en la entrada de la sala de prensa.
—Así como estoy completamente enterado y consciente de la misma manera sobre las habladurías que se han generado de un momento a otro —entono—. No planeaba decir nada al respecto ya que sé que no le debo explicaciones a nadie más que a mí mismo, pero, en consideración de que no he sido el único afectado y de que hay algunas personas que se han encargado de distorsionar las cosas, hablar como si tuviesen derecho a hacerlo y ensuciar la imagen de quienes estamos involucrados sé entonces que debo hacer y decir algo al respecto para frenar esta situación.
Todos guardan silencio.
—Siempre he creído que debe haber un balance entre la vida personal y la vida laboral y siempre he mantenido ese balance establecido. No mezclo mi trabajo con mi vida personal —suelto—. Lo que sucede en mi vida no tiene porqué afectar a mi imperio así como lo que sucede en mi vida no debe ser una invitación para que mis empleados crean que pueden opinar sobre mis decisiones y mucho menos tomar una invitación para hablar y opinar cuando no se ha pedido.
El miedo y los nervios se sienten en el aire.
—¿Estoy comprometido? Sí. ¿Voy a casarme? Sí —comienzo—. ¿Mi secretaria es mi prometida? Lo es. ¿Debe importarle eso a mis empleados? No.
Enfoco mi vista en Aurora quien solo veo como traga saliva.
—Aurora Bellerose es mi prometida —sé que todos aquí ya la conocen así que me ahorro el pedirle a la rubia que suba al estrado conmigo, además, sé que esto no es lo suyo y no la obligaré a subir—. La manera en que nos comprometimos, el porqué lo hicimos y nuestra relación no debe ser un tema de conversación para ustedes porque aquí no se viene a hablar de la vida privada del jefe, se viene a trabajar. Es una empresa que crece a cada segundo, no un programa de chismes.
Algunos bajan la mirada.
—Así que esta será la única, primera y última vez que exijo que se mantengan al margen de asuntos que no les corresponden —mi voz es un puñal de seriedad y dureza que no me arrepiento de usar—. Persona que se sepa habla u opina sobre nuestro compromiso será despedido así como se despedirá también a las personas que ataquen a mi prometida, a mí o a cualquier otro miembro de esta empresa —señalo—. En Russell nos basamos en el respeto y la lealtad. No en los chismes y ataques.
Acomodo mi saco.
—Es todo por esta reunión —finalizo—. Retomen sus actividades.
Todos comienzan a ponerse de pie y salir de aquí, es hasta que minutos después cuando finalmente la sala queda completamente vacía a excepción de mi prometida y mi mejor amigo que se acercan.
—Eso estuvo bien, señor Russell —suelta Zaak con una sonrisa.
Bajo del estrado y camino hasta ellos también.
—Que afortunada es Aurorita, su macho dando la cara por ella —suelta con burla hacia la rubia quien solo rueda los ojos aunque no puede evitar o controlar sus mejillas que se sonrojan.
—A veces siento que me odias, Zaak —habla Aurora—. Porque soy yo la que se casará con Aren y no tú.
Zaak lleva una mano a su pecho con indignación.
—¡Por supuesto! —suelta con exageración—. ¡He amado a este hombre desde que éramos unos niños y tú solo con caer en sus brazos ya lo ataste!
Ambos saben que esto es una farsa pero aún así fingen que no.
Aurora ríe.
—No solo con caer en sus brazos —suelta Aurora mientras me tiende mi gabardina—. Antes de caer en sus brazos su chofer casi me atropella.
Una sonrisa se pinta en mis labios recordando eso.
La misma rubia loca de hace tres años es ahora mi prometida y futura esposa.
—Te falta decir que cuando caíste en mis brazos me pestañeaste dejándome anonadado —agrego y escucho a la rubia reír mientras Zaak nos mira negando con lentitud.
—Que mejor historia de amor que esta —agrega el castaño.
Una vez que acomodo la gabardina a mi cuerpo comienzo a caminar con Aurora a mi lado y Zaak siguiéndonos.
—La planeadora de boda nos espera —Aurora a mi lado habla.
—Lo sé —respondo.
—Hablando de la boda —Zaak a nuestras espaldas habla—. Comenzaré a organizar también la despedida de soltero de Aren —ambos giramos a mirar al castaño—. ¿Qué? —pregunta—. No todos los días mi mejor amigo se casa.
Ruedo los ojos soltando un suspiro lento.
—Pero no tienes que preocuparte, Aurorita —suelta de nuevo mientras llevo mi vista al frente—. No habrá bailarinas exóticas.
—¿Qué habrá entonces? —pregunta Aurora—. ¿Partidas de ajedrez?
—Es una buena idea recordando que los amigos de Aren son los magnates más aburridos que he conocido en mi vida —ambos ríen.
Seguimos caminando hasta llegar al vestíbulo de la empresa.
—Los veo después —Zaak habla caminando hacia el elevador—. Suerte en la planeación de su boda, próximos señores Russell.
Aurora le da algunas palabras más y finalmente mi mejor amigo se adentra al elevador mientras camino junto a la rubia hasta la puerta principal de la empresa.
Salimos de Russell, Lorenzo ya nos espera afuera con mi auto. Acepto las llaves y abro la puerta del copiloto para Aurora, una vez que sube camino hasta mi asiento y después de asegurar nuestros cinturones comienzo a conducir.
—He estado pensando —Aurora comienza después de minutos de silencio. Bajo el volumen de la radio—. ¿Cómo debe ser nuestra boda?
Pregunta.
—¿Cómo debe ser? —pregunto también.
—Sí —responde—. Esto es falso, Aren.
La escucho.
—Es falso, ¿gastaremos tiempo y dinero en algo que se acabará dentro de seis meses? —pregunta mientras sigo conduciendo.
Editado: 02.05.2024