Aurora.
La mandíbula se me descuelga y siento que todo en mí se paraliza por algún par de minutos en donde mi cabeza intenta procesar todo lo que estoy leyendo a través de mi celular.
¿Será Aurora Bellerose un nuevo ícono de la moda?
No puede negarse que la joven ha dado de qué hablar, desde su inesperado compromiso con el famoso e importante magnate, Aren Russell, la joven se ha mantenido en el ojo público que seguramente no pidió pero algo en ella resulta tan fascinante dando de qué hablar en las redes sociales ante los majestuosos looks que la visten día y noche hasta dejar en claro que posee uno de los mejores estilos en New York…
Las fotografías que muestra la nota digital son fotografías que tomaron el día anterior, justo cuando iba a la empresa de Aren, creo que justo en el momento que sentí que alguien me seguía y observaba.
Soy yo caminando con ¿glamour? Soy yo mientras me coloco los lentes negros en mis ojos y soy yo mientras el viento parece mover mi cabello.
Joder.
Son fotografías de revista, fotografías dignas de admirar porque aún cuando son fotografías de mi misma siento que estoy viendo a una auténtica modelo.
¿Realmente soy yo?
¿Cómo puedo lucir tan bien aún cuando por dentro me moría gracias a una resaca?
Levanto la mirada de la pantalla de mi celular.
—¿Crees que mi estilo de vestir es autentico? —pregunto—. ¿Ideal para considerar a alguien como un ícono de la moda?
Miro a Zaak quien levanta la mirada de la tableta en sus manos, me mira con el ceño fruncido y luego parece relajarse.
—¿Ya leíste la nota? —pregunta.
—¿Lo sabías? —pregunto mientras me acomodo en mi asiento también.
Levanta sus hombros con fingido desinterés mientras una sonrisa se le pinta en los labios.
—Bueno, fui yo quien le dijo a Aren que su prometida estaba convirtiéndose en tendencia.
—Ya decía yo —respondo—. Aren no tiene redes sociales.
Mi ceño comienza a fruncirse.
—Y tú tampoco tienes redes sociales —lo señalo, la sonrisa en su rostro se borra y parece colocarse pálido—. ¿Cómo lo supiste?
Cierra la carpeta de su tableta y se inclina tomando la taza con café frente a él para guiar la taza hasta su boca y darle un sorbo.
—Tengo oídos en todos lados —aún cuando parece y finge mostrarse serio hay una pizca de temor en su mirada, como si intentara ocultar algo o tuviese miedo de que algo fuera descubierto.
—Ajá —siseo sin dejar de mirarlo. El hecho de que aleje la mirada me hace saber que no estoy muy lejos de la realidad—. Eres un mentiroso, Zaak Deep.
—Y tú una chismosa, Aurora Bellerose.
No puedo detener la sonrisa que se pinta en mis labios y solo sonrío relajada en mi asiento. Adoro a Zaak, es tan parecido a mí que a veces siento que hablo conmigo misma solo que en una versión masculina.
Creo que Zaak es lo más cercano a un mejor amigo para mí. Se ha convertido en un buen compañero de momentos durante estos tres años que llevamos conociéndonos.
—Regresando al tema —habla sacándome de mis pensamientos—. Creo que eres la persona ideal para convertirse en un ícono de la moda —me mira mientras toma una galleta y la come—. Tienes un estilo único y particular, Aurora. Es imposible que no seas una definición de estilo cuando reluces a donde sea que vayas.
—¿Crees eso? —pregunto de nuevo haciendo que Zaak me mire de mala manera.
—No entiendo porqué te cuesta tanto aceptar cumplidos y halagos —sacude sus manos entre ellas eliminando las migajas de galletas—. Te vistes fenomenal y me alegro de que el mundo sea capaz de ver la luz resplandeciente de Aurora Bellerose manifestada en outfits.
Tomo de nuevo mi celular y comienzo a ver de nuevo el artículo. No puedo dejar de mirar las fotografías. Me gusta como me veo en ellas, me gusta como resalta mi cabello rubio entre todo el panorama, me gusta como mi piel blanca y aterciopelada parece poseer la mejor skincare del mundo aún cuando lo único que hice fue mojarme el rostro.
Me gusta como me veo en ellas porque mirando esas fotografías no veo a la Aurora pequeña, frágil y débil que estoy acostumbrada a mirar todos los días frente al espejo.
—Te mandaré un par de links más —la voz de Zaak resuena y solo miro como llegan mensajes de su parte. No dudo en entrar a su chat y abrir los links que ha enviado. Parecen ser dos artículos más—. Te envidio ahora —prosigue el castaño—. Que Vogue, ELLE y Cosmopolitan hablen de ti es algo que me hace decir: “Que grande eres, Aurora Bellerose”.
Sonrío.
Abro el primer link y comienzo a leer mientras mi dedo arrastra la pantalla. No puedo evitar el manojo de nervios cuando veo que la nota gira en torno a aquella noche en el karaoke donde terminé cantando Taylor Swift.
Aren tenía razón, hay cientos de swifties hablando sobre esa interpretación, el video está circulando en todo internet y me es imposible creer que estén aplaudiendo mi voz.
Me gusta cantar, no es algo a lo que me dedicaría en mi vida, pero me gusta hacerlo. Suelo hacerlo en la ducha, en mi habitación, suelo hacerlo solo cuando nadie mira pero ahora mismo la realidad me golpea como un bate cuando caigo en cuenta de que millones de personas ya deben de haber visto este video y no solo eso, millones de personas ya deben haberme escuchado cantar.
El video fue subido a YouTube en donde ahora tiene millones de reproducciones que siguen aumentando, sin contar que está en tendencias.
¡Joder!
Comenzó siendo compartido por fans de Taylor Swift y ahora no solo fans de TayTay están compartiéndolo. El mundo lo hace.
¡Joder!
Mi rostro, mi voz, toda yo estoy siendo tema de habla en internet.
—La gente se ha alterado con un video —hablo mirando a Zaak—. No soy la gran cosa.
Editado: 02.05.2024