Aren.
Mis ojos se mantienen en la mujer que está sentada en uno de los sofás individuales de mi oficina. Puedo ver como frente a ella Dalila, Jane y Zaak caminan desesperados.
—Tuviste que consultarlo con nosotros antes de publicar ese video, Aurora —habla Jane, mirando a Aurora quien solo juega nerviosa con sus dedos, sus manos reposan sobre su regazo y puedo notar desde mi lugar como juega con los anillos en su dedo anular.
—Acabas de darle una razón más a ellos para minimizar tu palabra —agrega Zaak, mirando con cierta molestia a la rubia—. ¿Entiendes eso?
Aurora traga saliva, nerviosa y ciertamente asustada.
—Mi palabra ya está minimizada, hable o me quede callada —responde Aurora, en voz baja pero firme.
Zaak la mira mal, sé que no está molesto con ella, está molesto por las acciones que esto pueda desatar, al igual que yo.
—Los abogados de Chapman han pedido que el video sea eliminado —habla Dalila, con cierta desesperación—, malditos, si el video no se elimina entonces procederán legalmente en contra de Aurora.
La rubia en el sofá suelta una pequeña carcajada que ocasiona que todos la miremos.
—¿Procederán legalmente en mi contra? —pregunta ella—. Eso es lo único que ellos saben hacer, amenazar y amenazar. ¡Estoy harta!
Todos la miramos perplejos.
—¡Me mantuve en silencio por tres putos años, viví en las sombras por culpa de ellos y ahora que decido hablar quieren callar mi voz! —se pone de pie, molesta—. ¡Que se vayan al carajo! ¡Quiero que Chapman y su esposa sientan todo lo que yo sentí cuando se encargaron de que ninguna emisora me aceptara, quiero que sientan la vergüenza, el temor, la culpa, quiero que se arrepientan a cada segundo de existir y quiero que todos los miren con culpa, con asco y con odio! —puedo notar como sus ojos verdes acumulan lágrimas—. ¡Si quieren meterme mil demandas entonces que lo hagan pero no me voy a callar y no voy a eliminar ni una sola mierda!
Todos nos mantenemos en silencio, mis ojos están sobre Aurora quien respira pesadamente y bufa, está molesta y no es para menos.
—Aurora —comienza Jane, con cuidado—. Entendemos tu frustración, pero, debes pensar también en las consecuencias que esto puede traer, no puede beneficiarnos en el juicio.
Aurora mira a la abogada.
—Por supuesto que estamos de tu lado y estamos completamente de acuerdo en que hayas decidido hablar, pero…
—No es tu nombre el que está siendo manchado, Jane —interrumpe Aurora, con la voz temblorosa—. Soy yo la que está siendo perjudicada con esto, es mi nombre el que están manchando y es mi imagen la que están destruyendo. Estoy defendiéndome y no voy a pedir disculpas por eso.
—Nadie quiere que pidas disculpas —agrega Zaak.
—Como sea —interviene la rubia—. No estoy dispuesta a deshacer mis acciones.
—Aurora… —intenta hablar Dalila.
—Chapman es un hombre inteligente y siempre está jactándose del enorme imperio y poder que tiene —añade Aurora—. Si quiere que el video deje de circular por internet entonces que sea él quien lo elimine, es bueno para eso, ¿no? Para sabotear a la gente y hacerla a un lado.
Noto como traga saliva con dureza, pasa sus manos sobre el vestido que trae encima. Tuvimos que salir del teatro antes de que la función terminara y vinimos directamente para acá.
—¿Le preocupa que su imagen sea manchada o le preocupa que mi video aliente a más víctimas a hablar? —pregunta con una ceja elevada, todos la miran al instante—. No es estúpido, sabe que ese video puede hacer que más mujeres, a las que también ha arrojado a las sombras, salgan a hablar. Quiere que el video sea eliminado porque sabe también que ese video puede destruirlo.
Toma asiento de nuevo, con elegancia.
—Así que no, no voy a eliminar mi video. Le pese a quien le pese ese video va a mantenerse en internet —afirma—. Y si lo eliminan entonces lo publicaré de nuevo, una tras otra vez, cuantas veces sean necesarias hasta que las personas dejen de temer.
Me esfuerzo en no sonreír con orgullo.
—Aurora tiene un punto —habla Jane, mirando a Dalila y Zaak—. El video puede hacer que más mujeres decidan hablar.
—Está claro que Chapman debe tener un historial —habla Dalila—, silenciaron a Aurora, seguramente habrán hecho lo mismo con más.
Zaak mira a Aurora, quien solo intenta lucir desinteresada mirando el esmalte en sus uñas.
—Mírame, Bellerose —pide el castaño, acercándose a ella—. ¿Estás segura de esto? —Aurora lo mira—. ¿Estás segura de que no te importa que vuelvan a demandarte?
—No me importa —responde con firmeza—. En eso también son estúpidos porque mientras más largo decidan hacer este juicio y proceso entonces más visibilidad le dan al caso.
Intento esforzarme de nuevo pero finalmente una sonrisa se pinta en mi rostro ante la manera firme y decidida en que la rubia está tomando las cosas. Nada que ver con la mujer del pasado.
Zaak suelta un suspiro lento, pasa una mano por su cabello que ahora está tenuemente alborotado y mira a las dos abogadas en la oficina.
—El video se queda en internet —informa Zaak—. Si deciden proceder legalmente entonces estaremos ahí para defender a Aurora.
Miro a Aurora quien sonríe feliz, noto también como suelta un suspiro lento y aliviado.
—A partir de ahora —Zaak la mira de nuevo—, cualquier cosa que hagas o digas públicamente deberás consultarlo primero con nosotros, Bellerose. No vamos a detenerte o frenarte pero debemos estar preparados para lo que sea que debamos atenernos.
Aurora asiente, ciertamente tímida y nerviosa aunque se asegura de seguir mostrando y dejando en alto el porte seguro y confiado.
Me encanta.
Los tres abogados en la oficina comienzan a hablar con ella y aunque me esfuerzo por escuchar lo que dicen el hecho de que mi cabeza comience a reproducir ciertas imágenes de horas atrás ocasiona que me sea imposible seguir el hilo de todo lo que están diciendo.
Editado: 02.05.2024