NARRA. NADIR
Cuando hablé con Ian me hizo darme cuenta que no me puedo dejar llevar por mis impulsos y echar a Fabi.
Desde que apareció con la cara echa mierda, con esa mirada llena de miedo y el cuerpo tan delgado… cuando apareció tan indefensa dejando ver claramente lo débil que estaba, supe desde ese momento que ella se volvería nuestra protegida y que no dejaría que nada malo le volviera a suceder. La protegería de todo lo malo.
Pero a pesar de eso, no podía ni quería tenerla cerca de mí, pues no soporto querer hablar con ella y que al final todo acabe mal, no soporto querer acercarme a Fabi pero que ella no aguante mi presencia. Fabiola ya se estaba metiendo demasiado en mi cabeza, y eso no me gustaba nada.
Nunca tuve problemas de chicas, jamás quise relacionarme sentimentalmente con nadie, esa mierda no me interesaba nada. Siempre me ha importado solamente el sexo, pero con Fabi es tan jodida la sensación que siento. Es tan grande la impotencia de querer tenerla y no poder porque no me pertenecía, y es mucho más jodido sabiendo que es la chica de mi hermano. No podía meterme con la mujer de Luca, no me lo perdonaría jamás.
No sabía si era amor, pues nunca experimenté algo como eso, pero si sabía que estaba bien acabado, y que Fabiola sería mi puta perdición en la vida.
Jamás creí que me podría volver tan vulnerable por una persona pero sobre todo, nunca creí que podría llegar a desear nunca haber conocido a Luca para que nada me detuviera.
Siempre pensé que nada me detendría cuando algo así me pasara, cuando sintiera algo… como ahora, pero me equivoqué. Muy a mi pesar me tocará rendirme sin haberlo siquiera intentado ¿y por qué? por lealtad, por lo mucho que quiero a mi hermano.
Pero para colmo, está el idiota de Ian, que al parecer está en mi misma situación y en vez de respetar, actúa como si nada le importara.
Ian, para la sorpresa de todos, empezó a actuar más abiertamente cuando Fabiola apareció, pues él siempre fue una persona seria, con un carácter fuerte, y muy callado. Por eso mismo lo puse como mi jefe de seguridad, porque no hay nadie como él que pueda sostener un puesto como ese.
Cuando los veo juntos, siento que podría arrasar con todo a mí alrededor. Por eso mismo le dije que echaría a Fabi, para que supiera que no lo quería cerca de ella, y así se alejara. Sé que no tenía derecho de alejarlos, pero me quemaba tanto verlos juntos que no podía quedarme sin hacer nada.
Por otro lado, habían pasado días desde la noche de la fiesta, y desde ese día todo se había vuelto una mierda. El club estaba patas arriba, Luca se había vuelto loco, desquiciado y no lo culpo. Yo por mi parte, como presidente del club, intento mantener la calma pero la verdad es que si Fabi no acaba apareciendo juro que acabaré quemando el club y todo a mí alrededor.
Esa noche tras hablar con Ian, ambos volvimos a la fiesta y aunque me extrañó no verla cuando la busqué con la mirada por todo el lugar, una parte de mí se alegró porque Ian no estaba con ella… pero lo que nunca imaginé que esa pequeña alegría que sentí, se volvería en mi peor pesadilla.
Cuando pensé que Fabi ya se había ido a dormir, Luca apareció desesperado, tirando todo a su paso, con una mirada oscura, y una carta que sostenía con fuerza en su mano, gritando que Fabiola se había ido.
Recuerdo ese momento perfectamente…
FLASHBACK
La fiesta ya se estaba volviendo aburrida, eran casi las 3 de la mañana y los hermanos ya estaban lo suficientemente borrachos como para saber lo que hacían.
Cuando estaba de camino a la casa me detuve al oír gritos. Giré y vi que se trataba de Luca, el cual se encontraba irreconocible; sus ojos rojos, su rostro pálido, estaba agitado ¿Qué le habrá pasado?
— ¡FABIIIIIIIIII! —gritó a todo pulmón. ¿Fabi? ¿Le pasó algo? Mi preocupación aumentó y me acerqué para saber qué había pasado.
— ¡Luca! —lo llamé una vez estuve frente a él — ¿Qué está pasando?
Sin esperarlo, me llevé un fuerte golpe en la cara, lo cual me hizo zarandearme. El enfado creció tanto que todo se nubló a mí alrededor ¿Qué le pasa a este desgraciado? Cuando estuve a punto de devolvérsela, se me cruzaron algunos hermanos, deteniéndome.
— ¡¿QUÉ TE PASA DESGRACIADO?! —grité furioso mientras Edu y Axel me sujetaban.
— ¡TODO ESTO ES TU CULPA! —Escupió Luca con veneno— No quisiste parar hasta que se fuera ¡PUES FELICIDADES, FABIOLA SE FUÉ!
¿Qué? ¿Cómo que se fue? ¿Por qué lo haría?
— ¿De qué hablas? ¿Cómo que se fue? —preguntó Ian, lo que de mi boca era incapaz de salir. Todos los del alrededor estaban igual de patidifusos. Esto no podía ser cierto.
— ¿Ves esto? —levantó Luca la mano, enseñándome el trozo de papel que sostenía en su mano. — ¡ESTA ES LA CARTA DE DESPEDIDA DE FABI, DONDE PIDE PERDÓN Y DONDE DICE QUE SE VA PARA NO ARRUINAR NUESTRA PAZ! —lágrimas caían de sus ojos, dejándome sin palabras. Nunca vi a Luca llorar, y aunque lo vi muchas veces mal, jamás llegó a soltar una lágrima delante de nadie.
Entonces es cierto, Fabi se había ido. La rabia, junto a la tristeza, se instaló en mi cuerpo, haciéndome sentir la mayor mierda del mundo. Yo no quería que se fuera, ¿Cómo mierda querría que se alejara de mí?