Después de una larga noche, aquí estaba nuevamente, parada frente al club. Observaba cada rincón del lugar, intentando no recordar cada palabra dañina que me hizo huir hace semanas.
Eli al final aceptó venir conmigo, recalcándome que solo sería por un pequeño periodo y que se iría cuando pudiera para así no molestar a nadie. No le dije nada, pues yo también planeaba hacer lo mismo.
Luca y Nadir se encargaron de descargar nuestro equipaje del coche. De la casa pude ver como salían corriendo Axel y Donato, los cuales me recibieron con un abrazo.
Dicho acto me tomo por sorpresa, y si lo hubiesen hecho un mes atrás, capaz y los alejaba, pero en esta ocasión me contuve y simplemente disfruté de la alegría que transmitían estos dos.
— Bienvenida nuevamente —dijo Axel, una vez nos separamos.
— ¿Te escondías bajo una piedra? — preguntó Donato. — No había forma de encontrarte —añadió este, haciéndome reír levemente. Tan bien no me escondí cuando estaba otra vez aquí.
— Tú no sabes el caos que se formó en esta casa — dijo Axel, y antes de que pudiera responderles nada, este volvió a hablar. — Pero dinos, ¿por qué te fuiste tan repentinamente? — preguntó, logrando que la pequeña sonrisa que se había instalado en mi rostro, se borrara.
— Eso Fabi, a todos nos tomó por sorpresa tu inesperada ida, pues creíamos que estabas bien con nosotros — volvió a hablar Donato.
Y como les explico a estos dos que no fue por ellos, sino por el presidente del club al que pertenecen.
Intento responderles a cualquier pregunta de las mil que me estaban haciendo, pero ellos no paraban, seguían hablando sin darme la oportunidad a decir nada.
En lo que ellos hablaban y me contaban todo lo que pasó en estas semanas, me pongo a inspeccionar a los que estaban presentes, dándome cuenta que no estaba Ian. Supongo que estará ocupado, o dormido.
— Me gusta escucharos — dije, cortándolos de una vez. — Pero os quiero presentar a una amiga. — terminé de decir para dirigir mi mirada hacia Eli, la cual se encontraba callada y observando divertida a Donato y Axel. — Ella es Eli.
— Encantado Eli — saludó Axel dándole un corto abrazo.
— Bienvenida Eli — dijo Donato con un asentimiento de cabeza.
— Gracias a ambos —respondió ella algo tímida. En el corto tiempo que la conozco, nunca la había visto tan callada y tímida. Es la típica persona que aparenta seguridad y cero nervios, pero en realidad es algo cohibida.
— Bueno ya —se metió Nadir en nuestra conversación. —Mejor vayamos adentro —dijo mientras caminaba hacia el interior de la casa, con el equipaje en mano.
— ¡NO! — gritaron Axel y Donato interponiéndose en su camino, sorprendiéndonos a todos por la extraña reacción de ambos. — Hay algo que tienes que saber antes de entrar — dijo Axel ¿nervioso?
— ¿Qué os pasa? ¡QUITAROS DEL MEDIO! —exigió Nadir, empezando a impacientarse. Intentó abrirse paso, pero nuevamente estos dos no lo dejaron, ni a él ni a nosotros.
— Es que hay algo que tienes que saber —volvió a hablar Axel mirando de reojo a Donato.
— Pues pasemos a la casa y hablemos dentro —dijo esta vez Luca.
— Es que uno de los problemas se encuentra dentro — respondió Donato, dejándonos más confundidos que antes,
Mira que no me apetecía mucho entrar, pero ahora más que nunca quería adentrarme a la casa, para saciar estas ganas de saber qué es lo que estaba pasando.
— Mi paciencia está llegando a su límite, asique hablad de una maldita vez —exigió Nadir endureciendo su voz.
Axel y Donato se miraron algo dudosos, pero tras unos segundos en silencio, por fin optaron por hablar.
— Es Roxy... ella está aquí —dijo finalmente Axel.
¿Roxy? ¿Quién es Roxy?
Giré mi mirada hacia Luca, en busca de una respuesta, pude notar como el rostro de este había cambiado repentinamente, ahora era de puro enojo, y eso me perdió mucho más.
Al ver que de Luca no sacaría nada, giré a mirar a Nadir pero él estaba mucho peor. Estaba tan rojo, que juraría que casi echaba humo. Sus puños estaban tan apretados que los nudillos los tenía blancos, incluso la vena en su cuello parecía que cobraba vida.
— ¿Dónde está? —preguntó Nadir en voz baja, causando un temblor en todo mi cuerpo.
No sé qué me aterraba más, sus gritos o su silencio.
— Dentro —respondió Donato.
— ¡¿Y POR QUÉ LA DEJARON ENTRAR?! — y ese fue el desencadenante de todo. Nadir tiró todo lo que tenía en las manos, confrontando a ambos.
Me mantenía estática en mi lugar, aterrada de lo que venía. No sabía quién era esa tal Roxy, pero algo muy malo tuvo que haber pasado con ella cuando a todos se les cambió la expresión por su llegada.
— Ella se negó a irse, pero no está sola, Ian está con ella — Axel intentó excusarse, pero sus palabras no pareció valerle a Nadir.
— La única mierda que me importa es que esa desgraciada está en la puta casa, ¡Y VOSOTROS NO PUDISTEIS IMPEDÍRSELO! — terminó de decir, para a continuación hacerse paso entre los chicos y entrar a la casa.
Detrás de él fue Luca, en un confuso silencio, tras ellos Axel y Donato los siguieron evidentemente preocupados.
— Oye Fabi —Eli tocó mi brazo, llamando mi atención. — ¿Qué está pasando? —preguntó igual de perdida que yo.
— No tengo ni idea... pero ahora lo sabremos — dije, poniéndome de camino al interior de la casa, con Eli siguiéndome el paso. Dejamos todas nuestras cosas tiradas en el suelo, pues lo único que importaba ahora era saber qué estaba pasando.
Una vez dentro, pude notar como el ambiente estaba bien tenso. Nadir estaba como un lobo, preparado para atacar en cualquier momento, y en su punto de mira se encontraba una chica alta, esbelta, rubia y con una sonrisa... que no mostraba nada bueno. A la vista de cualquiera, era una chica hermosa, pero las vibras que transmitía no eran tan buenas.