Famocéntrico

Capítulo 5: "Eres mía, Amesty."

Miro a la chica de cabello alborotado que me mira con una ceja enarcada, esperando una respuesta.

— ¿Y bien?

—No sé de qué estás hablando. —Me encojo de hombros y saco mi teléfono de mi bolso, revisándolo, esperando que olvide el tema.

Creo que se me olvidaba que mi vida es una constante desgracia.

No tengo ni un jodido mensaje que responder para disimular.

—No te hagas la loca, ¿bueno? Ambas escuchamos lo mismo.

—No sé que escuché. —Respondo mirando las aplicaciones de mi teléfono sin encontrar verdaderamente que hacer.

Me maldigo por no hablar con nadie.

—No me jodas, Ames. —Bufa. —Primero, eres amiga de Zarek Bettley y ahora eres el tipo de chica ideal de Lev Hoddester. ¿Quién eres y de dónde saliste? —Pregunta cruzándose de brazos.

Intento buscar alguna evasiva, pero luego recuerdo que ella no sabe quién soy y sonrío internamente. Si le digo, puedo esquivar sus preguntas.

—No salí de ningún lado, siempre he estado aquí. —Respondo. —Soy Amesty Chairmann, hija de Frederik Chairmann, mánager de artistas, entre ellos Lev y Zarek. —Ella frunce el ceño unos segundos y luego cae en cuenta, casi instalando un signo de interrogación frente a su rostro.

—Si eres hija del representante de Lev, ¿qué haces...?

— ¿Trabajando para él? —Termino y ella asiente. —Lo siento, pero no puedo decirte eso, tampoco responderte nada más. Lo que dijo Lev... probablemente es por tomarme el pelo, pero lo que sí puedo jurarte es que no tengo nada que ver con él.

—Una vez leí que cuando alguien dice "nada que ver" no debes creerle, porque al final es todo que ver.

—Este no es el caso. —Afirmo, tratando de convencerme a mí misma de que lo único que puedo llegar a sentir por Lev es algo meramente platónico.

—Cuando estés saliendo a escondidas con el chico que habla con mi jefe justo ahora, recuerda esta conversación.

—No lo haré, porque eso no va a pasar. —La chica rueda los ojos y se dispone a volver a conectar a Benji cuando el entretiempo acaba.

Durante el resto de la entrevista evito a toda costa mirar a Lev aunque siento su mirada sobre mí, pero me niego a mirarlo y enfrentarme a uno de sus cambios estúpidos.

¿A qué está jugando? Se supone que no puede decir eso sin tener autorización de mi padre y dudo que le haya autorizado confesar al aire que su tipo de chica ideal es la hija de su mánager.

Aunque, pensándolo bien, tal vez yo estoy confundiendo las cosas, ¿no?

Puede que yo crea una cosa pero es otra completamente diferente. Tal vez me miraba porque quería molestarme y no porque le atraigo.

Digo, ¿por qué yo? Está rodeado de cantantes, modelos y actrices, puede ser cualquiera de ellas. Después de todo, dio una descripción común.

Pero ellas no arrugan la nariz, es poco probable que alguna tenga el mismo lunar que tú y mucho menos enfrentan a Lev porque probablemente les dé igual su existencia.

¡Por el catatumbo! ¿Qué me estás haciendo, ojos cambiantes?

Paso el resto de la entrevista con la cabeza en otra parte y cuando voy a darme cuenta, Lev está saliendo de la cabina junto a Benji, por lo que me levanto y me dirijo hacia la puerta.

—Ha sido un placer tenerte aquí con nosotros, Lev, espero verte más seguido. —Se despide el hombre con un abrazo que Lev corresponde.

—Cuando quieras, hermano. Siempre puedes llamar a mi asistente y veremos si estoy disponible. —Lev sonríe, se acerca a Nath y la abraza para despedirse, dejándola casi desmayada en la silla.

Sigo al chico sin siquiera despedirme cuando sale, evitando también la mirada de Nath, que probablemente haya quedado con muchas dudas que yo justo ahora no puedo responder. Y la verdad es que tampoco quiero hacerlo.

Estando en el pasillo camino dos pasos detrás de Lev, evitando la cercanía lo máximo posible hasta que él se detiene provocando que yo choque contra su espalda, sonrojándome automáticamente.

—Lo siento. —Susurro separándome con el aroma fuerte a colonia de hombre de Lev taladrando mi nariz.

El castaño se voltea y me mira con seriedad.

— ¿Hay algo que quieras saber? —Pregunta haciéndome fruncir el ceño. Niego con la cabeza.

— ¿Debería?

—Vamos, Amesty. Estás distraída y no me conviene que estés así. —Se pasa las manos por su alborotado cabello. —Dime que te sucede.

Me quedo callada. Decirle que estoy así por cómo se comportó en la entrevista sería arriesgarme a que se burle de mí y no quiero eso.

—Ames... carezco de paciencia. —Enarca una ceja con sus preciosos ojos celestes escrutándome.

—Yo... no lo sé, Lev. —Susurro nerviosa bajo su mirada.

—Sólo pregunta. —Ordena y tuerzo los labios.

Suspiro pesadamente desviando la mirada de la suya, tomando valor de esa manera.

—Lo que dijiste ahí dentro... ¿hablabas de mí? ¿Soy tu tipo de chica ideal? —Pregunto por fin luego de unos segundos, mirando la pared sabiendo que no podría sostener su mirada.

Contrario a lo que esperé, la mano de Lev viaja hasta mi barbilla y sus dedos sujetan ésta con delicadeza, mandando corrientes eléctricas a través de mi cuerpo y dejando mis piernas débiles.

Mueve mi cabeza lentamente obligándome a verlo a los ojos. Su rostro se mantiene serio, pero de alguna manera no parece molesto, sólo sereno.

Relame lentamente sus labios poniéndome a temblar y yo muerdo mi labio inferior, pero él niega con la cabeza y lo libera con su pulgar.

—Puede ser... —Susurra luego de unos segundos y baja su mano sin dejar de mirarme. —Pero di una descripción un tanto común, Ames. Y creo que está claro que la única relación que tenemos es meramente profesional, así que necesito que te mantengas enfocada en hacer tu trabajo.

Deja de mirarme y mi corazón se rompe, pero disimulo esto caminando a la par suya con la mirada al frente.

— ¿Estás bien? —Pregunta volteando a mirarme.

Asiento carraspeando. —Por supuesto.

—Bien. No quiero que estés desenfocada por una confusión. Tienes que tener en cuenta que soy un artista, hago las cosas pensando en si son convenientes o no. Generar intriga sobre si estoy con alguien atraerá personas que escucharán mi música y se volverán fans o haters que atraerán más fans. —Explica. Vuelve a mirar al frente cuando llegamos a las escaleras y comenzamos a bajarlas. — ¿Tenemos que ir a algún lugar luego de aquí?



#29492 en Novela romántica
#6263 en Joven Adulto

En el texto hay: amorodio, famosos, asistente

Editado: 22.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.