Fantasma De La Noche

Capítulo 14 – Ajuste de Cuentas

David despertó lentamente. El dolor en la cabeza era como un martillo golpeando sin piedad.
Sus ojos se acostumbraron a la luz parpadeante del sótano donde estaba.
El olor a humedad y a metal oxidado le revolvía el estómago.

Frente a él, sentado en una silla de cuero, Héctor Salvatierra lo observaba con una sonrisa cruel.
—Valiente, ¿eh? —dijo con voz grave—. Te metiste con el hombre equivocado.

David escupió sangre a un costado y lo miró a los ojos.
—Ya logré lo que quería —dijo, con voz rasposa—. Tu dinero ya no importa.

La sonrisa de Héctor se borró de golpe.
—No es por el dinero —gruñó, poniéndose de pie—. Es por el respeto.
Con un gesto, uno de sus hombres le dio un golpe en el estómago a David, doblándolo de dolor.

---

La presión de Salvatierra

—¿Sabes qué le pasa a la gente que intenta humillarme? —preguntó Héctor mientras lo tomaba del cabello para obligarlo a levantar la cabeza—. No solo mueren. Hago que mueran despacio.

David respiraba con dificultad, pero su mirada no se quebró.
—Haz lo que quieras —dijo entre dientes—. Mi familia estará bien.

Héctor, furioso, sacó su arma y la apoyó en la frente de David.
—Entonces no tengo motivos para dejarte vivo.

---

El contraataque de David

Ese fue el momento que David esperó.
Con un rápido movimiento de su hombro, desvió el brazo de Héctor y lo empujó hacia atrás.
Rodó por el suelo, tomó la pistola de uno de los hombres caídos cerca y se cubrió detrás de una columna.

—¡Mátenlo! —gritó Héctor.

Las balas comenzaron a silbar en todas direcciones, rebotando contra las paredes del sótano.
David disparó de vuelta, con precisión, derribando a dos hombres que se acercaban.
El olor a pólvora llenó el aire, mezclado con los gritos y el estruendo de los casquillos cayendo al piso.

---

Caos en el sótano

David se movía rápido, usando cada sombra y pilar como cobertura.
Era un tiroteo cerrado, brutal, en el que cada disparo podía ser el último.
Héctor gritaba órdenes, disparando desde el fondo de la sala.

La respiración de David era agitada, el sudor se mezclaba con la sangre de sus heridas.
Sabía que no podía detenerse: si caía, Ayelén y sus hijos quedarían desprotegidos.

---

El cliffhanger

David se quedó sin balas y, jadeando, revisó su cargador.
A lo lejos, vio a Héctor recargar su arma y avanzar lentamente hacia él, con una sonrisa fría.

—Se acabó, policía —dijo Héctor, apuntando directamente al pecho de David.

David respiró hondo, se preparó para el siguiente movimiento, y en ese instante...

Un disparo resonó en el sótano, seguido de un silencio sepulcral.

¿Quién había disparado primero?
¿David había logrado sobrevivir… o Héctor había cumplido su amenaza?



#5586 en Novela romántica

En el texto hay: amor familia lealtad

Editado: 10.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.