Fantasma De La Noche

Capítulo 15 – El Último Adiós

El cuarto de hospital estaba en silencio cuando Ayelén abrió lentamente los ojos.
La luz tenue le molestó al principio, pero pronto reconoció las paredes blancas y el olor a desinfectante.

—Tranquila, hija —dijo su madre, que estaba sentada a su lado, sujetándole la mano—. Ya pasó todo. La operación fue un éxito.

Ayelén, con la voz apenas audible, sonrió débilmente y buscó con la mirada a sus hijos.
Allí estaban, Alisson y Liam, abrazados a su abuela, con los ojos aún hinchados de tanto llorar.
—Mamá… —dijo Alisson, y corrió a abrazarla con cuidado.
—Hola, mi amor… —susurró Ayelén, acariciándole el cabello—. Todo va a estar bien ahora.

Respiró hondo y miró a su madre.
—¿Y David? —preguntó.

Su madre apretó los labios antes de responder.
—Se fue anoche a pagar la operación. Seguro está descansando.

Ayelén asintió, aunque algo en su pecho le decía que algo no estaba bien.

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La noticia que lo cambia todo

De repente, la televisión del cuarto cambió a un noticiero de última hora.
La periodista hablaba con tono solemne:

—Hace instantes se confirmó la muerte del narcotraficante Héctor Salvatierra y de toda su guardia personal en lo que fue descrito como un tiroteo brutal. Entre los fallecidos se encuentra el enigmático justiciero conocido como “El Fantasma de la Noche”.

La cámara mostró la escena del crimen: el sótano lleno de casquillos, cuerpos en el suelo… y luego la imagen del hombre sin máscara.
El rostro de David llenó la pantalla.

Ayelén sintió que el mundo se le derrumbaba.
—No… —susurró, llevándose una mano a la boca.

Sus hijos no entendían lo que pasaba, pero ella comenzó a llorar desconsoladamente.
De pronto recordó la carta que David había dejado. Con manos temblorosas la buscó en la mesa de luz y la abrió.

La letra de David era firme y clara:

"Ayelén, mi amor, todo esto lo hice por vos. Sé que pronto vas a despertar y vas a estar bien. Te amo más que a nada en este mundo. Gracias por darme una vida por la que vale la pena luchar. Siempre tuyo, David."

Las lágrimas le caían en silencio mientras besaba el papel.
—Gracias, mi amor —susurró—. Lo lograste. Nos salvaste.

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Tiempo después

El sol caía suave sobre el cementerio.
Ayelén, vestida de luto pero con el semblante sereno, se arrodilló frente a la tumba de David.
Alisson y Liam dejaron flores, en silencio.

Ella acarició la foto en la lápida.
—Jamás voy a dejar que te olviden —dijo con voz firme, conteniendo las lágrimas—.
Tus hijos sabrán que su padre fue un héroe, y que entregó su vida por ellos.

El viento sopló suavemente, como si una presencia invisible la escuchara.
Ayelén sonrió entre lágrimas, se puso de pie y tomó de la mano a sus hijos.
—Vamos a estar bien —les dijo—. Porque eso es lo que él hubiera querido.

Se alejaron lentamente, dejando atrás la tumba, pero no el recuerdo.
El sacrificio de David quedaría grabado para siempre en sus corazones.

Fin.



#5586 en Novela romántica

En el texto hay: amor familia lealtad

Editado: 10.10.2025

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