La luz entrando por mi ventana me indica que ya es de día. Qué pesadez siento, me duelen los ojos y la cabeza, creyendo que todo lo que ocurrió la noche anterior fue un simple sueño, uno malo, quizás una pesadilla. Intento engañarme entrando en etapa de negación, consulto el celular en busca de esperar un nuevo mensaje suyo. Entre tantas notificaciones, nada, cero. El corazón se me encoge nuevamente, me tumbo en la cama y miro hacia el techo. Digo para mis adentros: no fue un mal sueño, en realidad esto sí ocurrió.
Ahogada en mis penas y en el enorme pesar, trato de saber una respuesta lógica a todo aquello. No debería de estar engañándome aún más; fue así, así pasó y no hay otra solución, ya no habrá más respuestas y debo de estar conforme con ello, es lo que se supone, ¿o no? Teniendo este monólogo, el cual francamente parecía interminable, me dispongo a levantarme de la cama, aún con gran pesadez y a regañadientes, para darme ánimos y tratar de continuar. Este no es el fin; se supone que realmente no lo sería.
Abrumada y con el corazón hecho añicos, me meto al baño y dejo que caiga toda el agua fría en mi cuerpo. Entre suspiros y sollozos me imagino para castigarme aún más de lo que pudo ser y no será, como me empeño realmente en hacerme la vida aún más miserable. Termino mi larga ducha y, envuelta en la enorme toalla, solo quiero dormir y no despertar; ni siquiera apetito tengo. Será que me iré a enfermar; sería el colmo. Para apartar ideas de posibles enfermedades y por mi obsesión de buscarle un sentido a casi todas las cosas, enciendo mi laptop y abro el navegador. A ver, cargando la página web, escribo: ¿por qué me siento enferma luego de una ruptura amorosa?
Espero a que se refresque la búsqueda, un minuto y listo, ya está lo que tenemos por acá, dice que:
«La dopamina y oxitocina desaparecen tras la ruptura y dan paso al cortisol: una hormona que se libera como respuesta al estrés y que provoca que el cuerpo responda con ansiedad, náuseas, malestar, entre otras cosas»
Ajá, me quedo mirando un instante, por lo que disocio un momento, con que esto es, bueno, entiendo, tiene sentido para mí. Okey, entonces, sistema, neuronas y todo complemento de mi cuerpo, pónganse en orden y a favor mío para superar esto rápido, digo en modo de broma para alentarme y ponerme en marcha. Buscaré qué hacer, no pienso tirarme a morir, aunque francamente sí es una buena opción a considerar. Cierro la laptop, dejando un espacio a mis pensamientos, pongo música y me dispongo a cambiarme. Quiero ponerme una linda ropa, que se arrepienta de lo que dejó perder, si es que me lo llego a cruzar en la calle.
Moviendo el cuerpo de un lugar a otro ya casi terminando de alistarme, me estoy peinando el cabello, mi larga y castaña melena, cuando de repente, música salvaje aparece, mi corazón se encogió el momento en el que inicio, recordaría esa canción donde sea que estuviera, entonces pasó, comenzó la canción con tan dulce melodía y la habitación de embriago de recuerdos, unos muy lindos sonreí seguido de otros no tan gratos por lo que, lo siguiente que ocurrió fueron mis lagrimas, una que otra saliendo de mis ojos, con una sonrisa en los labios mientras que fui tan despiadada conmigo misma que deje que la canción siguiera sonando hasta llegar al coro, dando movimientos suaves de cabeza tararee mi parte favorita:
I guess you wonder where I've been. I searched to find a love within. I came back to let you know, got a thing for you and I can't let go.
Bobby Caldwell - What You Won't Do for Love.
Esa, digo con una voz entrecortada, es uno de sus artistas favoritos. Sollozo al recordar el momento que me lo había dicho, su canción, esta también que le gustaba, mi canción, nuestra canción. Me encanta esta canción, cómo no poder escucharla más sin que me duela el alma o el corazón; necesito vivir mi duelo, necesito fuerzas para continuar.
Dando grandes caladas de respiro, entre ocasiones para mantener la compostura, tomé mi bolso y me dispuse a hacer mis diligencias del día. Aunque pareciera que he estado aquí durante una eternidad, lo cierto es que el tiempo ha transcurrido lento. Bajo a la cocina, tomo una taza de leche, me como unas galletas y agarro una manzana para el camino; comeré algo más en la calle.
Pese a que complete mi día con éxito, regrese a casa, esperando con ingenuidad un mensaje suyo. Aún no asimilo esto del todo; seré honesta, soy de emociones fuertes e intensas, no voy a mentir, será mucho mejor así, hacer contacto cero mientras tanto. Creo que él también me llegó a tomar algo de cariño y debió de haberle carcomido la conciencia el dejarme así como si nada. Preparo algo de cenar, me alisto y arreglo mi cama para dormir. Mañana será otro día, uno nuevo, con nuevas oportunidades; estoy convencida de que es así.
Me quedo un rato en la cama, estoy sentada, mirando a la nada, son casi las 11:30 p.m. debería dormirme ya, cuando de momento veo que entran unas notificaciones, que raro, me dio curiosidad, me dispuse a tirar un ojo con la promesa y el compromiso que solo seria eso y luego a dormir, observo, ah no, solo solicitudes de amistad, que más da, me dispuse a aceptarlas, unas más que otras, después revisaré quienes son estas personas, digo en modo despreocupado, total no es como que yo hable mucho por esta red social, entonces nada que no llegue a interrumpirme, concluyo con todo esto, apago los luces, me acomodo en mi cama, yo solo quiero dormir y descansar, dormir y tener un gran y hermoso sueño, sonrío con una gran ilusión, uno que otro pensamiento pasaron por mi cabeza, hasta que finalmente me quede completamente dormida, no se cuando pasó pero al menos lo que si se es que me sentía, algo mejor.
#5636 en Novela romántica
#475 en Joven Adulto
drama suspenso romance accion, drama, amor celos ruptura deseo erotismo
Editado: 22.02.2025