El tiempo se va rápido, digo mientras estoy boca arriba contemplando el cielo, está despejado, los días pasan aún más rápido de lo que creemos cuando no lo tenemos en cuenta, el padre tiempo sabe sus cosas, fue bueno tomarme un receso para mí, quién lo diría ya ha pasado un mes desde el suceso aquel, no puedo creer todo lo que creí en ese momento, sonrío, como que me buscaría por ejemplo, que cambiaría o me explicaría la situación, bueno, lo mejor fue así, contemplo una vez más el cielo y sus colores tan característicos que está por indicar la puesta del sol, el ocaso es evidente, el sol casi no es palpable mientras que el crepúsculo se acerca, con sus hermosos colores tan particulares, me encantan esos subtonos de naranja y rojizos, que paz me da digo una vez más para mis adentros agarrándome las rodillas en un abrazo para continuar dándome fortalezas.
Antes de que termine de oscurecer recojo todo lo que había traído; no quiero irme apurada y que luego tenga que volver a buscarlo. Genial, creo que me han picado los mosquitos; quizás fueron las hormigas, qué más da, esta linda sensación no me la va a quitar absolutamente nadie y mucho menos nada. Me dirijo a casa disfrutando del trayecto antes de ponerme a cenar algo para luego irme a la cama temprano. Entre preparar mi cena y hacer mi ritual de irme a la cama, ya me han dado aproximadamente, veo mi reloj: las 9:35 p.m. Dios mío, no sabía que ya casi iban a dar las diez de la noche. Últimamente he tomado como rutina irme a la cama temprano, tomando nuevos hábitos después de esa ruptura, con el propósito única y exclusivamente por y para mí. Creo que fue absolutamente una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida y no me pienso arrepentir en lo absoluto.
Sentada en mi cama, curiosamente veo que tengo un mensaje en la bandeja de entrada, precisamente en la red social de Facebook. Parece que a más de uno le ha gustado mi faceta de amor propio, tanto así que les han encantado mis fotos del día de hoy o, bueno, una más que otras. Tengo un mensaje en respuesta a una de ellas, lo abro curioseando. ¿Eban? Miro extrañada, no recuerdo que tenía a alguien así agregado. Dando mente, luego recordé quién quizás podría ser. Observo la foto de la pequeña burbuja del chat. No, no es quien yo creía; hace mucho seguramente lo agregué. No me llega aún quién podría ser, de ser así alguien conocido.
En su momento sabré bien de quién se trata y, sabiendo que no sería para tanto, abro el mensaje. Total, estoy soltera, ¿qué de malo puede pasar? Ni siquiera está en línea; no estaría mal responder el mensaje que dejó a mi última historia.
—Qué bella eres.
—Muchas gracias.
Me digo para mis adentros: ya ves, no era absolutamente nada.
Eban, en línea. Okey, creo que ahora sería un momento para retirarme o quizás entrar en pánico.
—Ay, pero hola.
—¿Cuántos años tienes?
—Hahaha, hola.
—24 años. ¿Y usted?
—26, bueno 27, los cumpliré la próxima semana realmente.
—Qué chévere, ¿qué día?
—Pues ahora el día 12, de este mes precisamente.
—Qué bien, yo el 28, pero realmente es dentro de unos meses; a sinceridad, aún falta mucho para eso.
—Oh, qué bien.
—Mi papá cumple años el 25.
Hablamos de todo un poco y qué buen conversador resultó ser. Era todo de maravilla, muy lindo para ser tan real. Desconfianza sí estoy y un poco apartando todo lo que viví y lo que he pasado; mi experiencia no me deja ser tan ciega ante la situación. Pasaron los minutos como si fueran agua del río, súper rápidos. Francamente, perdí la noción del tiempo y continuamos teniendo una agradable y profunda plática; se me había olvidado cómo se sentía, era realmente muy placentera.
Lastimosamente, ya era tarde, así que lo mejor sería irnos o irme a dormir, pero francamente todo hasta ahora había resultado bastante bien; no me puedo quejar de ello. Sonrío a la pantalla de mi celular, sabiendo que conozco este sentimiento, esta sensación y no pretendo volver a pasar nuevamente por ella, como había sido antes. Su mensaje y sus respuestas eran de lo mejor y sí, quizás estaba nadando contra la corriente y lo único que necesitaba en ese momento era vivir y dejar todo fluir.
—Es que quiero colocarlo en algún lugar por acá. Para no olvidar tu nombre.
—Cuando ya quede grabado en mi memoria, lo borro.
—Hahaha, no importa si lo olvidas.
—Hahaha, está bien igual.
—Para mí es importante no olvidarlo.
—¿En serio? Vaya, gracias.
—Igual no te molestes.
La platica se hacía interminable, cada vez más intensa, hablando de nuestro linaje, nuestra familia y sus nombres, de los nombres que les gustaría ponerle a su hijo, de todo en general. Mientras más conversamos, más complicado se hacía decir el adiós o, mejor dicho, el hasta luego.
Siendo esto una conversación tan profunda, hablamos de nuestras personas favoritas, de cómo yo amo a mi abuelo, incluso cómo él ama al suyo y a su padre, por supuesto, que su nombre viene derivado y con un leve origen entre ambos. Todo iba de maravilla hasta que se llegó al tema de su padre y que había muerto. Francamente, aunque yo no me lleve de lo mejor con el mío, me siento bien, pese a ello, aun está vivo. Se le veía que realmente estaba siendo sincero y muy honesto, así que de corazón le di mis condolencias. Me comentó que hoy justamente se cumplían unos ocho años de su muerte.
—No lo había pensado, hasta ahora, que se tocó el tema.
—Qué mal, lo lamento, mis condolencias; creo que no debí continuar hablándote de eso.
—Gracias, pero no te preocupes si fue doloroso; en ocasiones aún me duele, pero tranquila, no pasa nada.
—Igual si sirve de algo, me había gustado conocerte en ese tiempo, así no habías estado tan triste, mucho menos tan solo.
Me comentó de sus supuestos amigos y cómo le dieron la espalda en esos momentos. Yo hice para que no se sienta solo y le conté parte de mis malas experiencias. Ya es tarde, deberíamos continuar luego. Nos despedimos del cansancio; a honestidad, no sé qué hora era ya, pero sí tarde de la noche. Yo, francamente, caí rendida en un sueño profundo, hasta el otro día, que quedamos en volver a conversar.
#5636 en Novela romántica
#475 en Joven Adulto
drama suspenso romance accion, drama, amor celos ruptura deseo erotismo
Editado: 22.02.2025