Despierto de momento, noto la ligera claridad que entra en mi ventana. Estando aún un poco somnolienta, trato de recordar todo lo que pasó la noche anterior y si esto en realidad fue algo real o simplemente un intento de aquello que soñé únicamente para estar feliz. Tomo el celular y de momento observo su mensaje; no puedo evitar sonreír como una tonta.
—Buenos días, princesa, que tengas un buen día.
Miro a los lados como si alguien me estuviese vigilando, sonrío, vuelvo a ver el mensaje y no le respondo; me quedé aún contemplándolo desde la ventana de notificaciones. Es una persona muy agradable, quizás y solo quizás sea realmente él, el correcto, me digo para mis adentros. Le respondo el mensaje con un tono de igual alegría que se note, que sepa que está surgiendo algo que puede llegar a ser hermoso y mutuo.
Me dispuse a pararme de la cama y hacer todo lo que tenía programado en el día de hoy para luego en la noche tener más tiempo libre y poder conversar más a gusto. Es un encanto de verdad que sí, lo digo entre suspiros, medio de danzas y ligeros brincos en mi habitación hasta que empiece a adelantarme en mis actividades que promete el día.
Ya ha pasado más de medio día cuando me percato. Nos estuvimos enviando mensajitos entre ocasiones, es inexplicable, me siento bastante bien. Siento un ligero toque de nostalgia pasar por este proceso nuevamente. Me pusieron a investigar unas cuestiones y, aunque todo estaba claro, mi curiosidad no para y definitivamente eso no concluye ahí.
Como suele ser costumbre, me dispuse a investigar el impacto del autismo con relación a las personas. Mientras más estuve leyendo, más me interesaba este tema, aunque está de más decir que siempre demuestro mucho interés por las cosas que no suelo conocer a fondo. Es un gusto adquirido, me digo, para continuar leyendo y, claro, verificando que sea realmente una fuente verídica y confiable, para no almacenar ideas erradas en mi cabeza, ya con las mías que suelo crear por momentos es más que suficiente.
El agotamiento, la incertidumbre, las dificultades de comunicación y de interacción crean grandes conflictos emocionales que ponen en riesgo la unión familiar.
Interesante digo, pero eso francamente ya lo conocía; a ver qué más me tienes.
El autismo está interfiriendo en las relaciones interpersonales.
Sigo buscando, a ver cómo le va en el amor según su interacción con las demás personas. Aunque suene muy patética para algunas, el amor sí es parte funcional de la vida y siempre existen diversos tipos de amor. Me da cierta curiosidad; indagaré más de ello después que termine de leer.
Existen tres mitos con relación a las personas autistas:
Las personas con autismo no son agradecidas ni necesitan afecto: si bien pueden presentarse algunas limitaciones en el lenguaje o el habla, no significa que no sientan la necesidad de ser queridos y amados. El desafío está en llegar y brindarle mucho más apoyo.
Las personas con autismo no pueden tener una relación: si bien no es fácil, pueden desenvolverse en una relación en pareja. Teniendo en cuenta los códigos relacionales diarios, la comunicación y lo que el otro quiere y espera de su pareja, se puede lograr.
Las personas con autismo no pueden controlar sus impulsos: es realmente un mito. Son muy capaces de controlarse, pero a veces pueden necesitar ayuda profesional o familiar.
Estoy muy concentrada en mi lectura de la página donde está la información cuando, de repente, un mensaje de Eban. A ver qué pasó, me doy cuenta de que me entretuve tanto en esto que me había olvidado por completo de hablarle. Pobrecito, le respondo y le explico que estaba realizando algo y él, muy paciente, me dice que no había problema y todo lo demás. Me enfoqué en terminar de leer eso y lo siguiente que procedí a buscar fue la otra interrogante antes de que se me vaya a olvidar.
Sin perder más el tiempo, escribo en el preciado buscador: cuántos tipos de amor existen. Presiono enter y, para mi sorpresa, sí hay un amplio debate, desde respaldados por la psicología y muchos más a ver que tenemos acá; este, sin dudas, me llamó aún más la atención.
Basándose en los tres componentes del amor, Sternberg clasifica los tipos de amor en siete:
Cariño. Cuando sólo se experimenta el componente de intimidad. El cariño hace referencia a los sentimientos que tenemos en relaciones de amistad, donde sentimos proximidad, calidez, unión, sin tener sentimientos de intensa pasión o compromiso de larga duración.
Amor apasionado. Este sólo se experimenta el componente de pasión. Este tipo de amor puede surgir casi instantáneamente y marcharse del mismo modo.
Amor vacío. Cuando sólo se experimenta el componente de decisión/compromiso. Es el tipo de amor característico de relaciones que están muertas y que duran años pero que han perdido su inicial compromiso mutuo y la atracción física.
Amor y compañerismo. Combinan los componentes de intimidad y decisión-compromiso del amor. Es una amistad comprometida, de larga duración. Frecuentemente es el tipo de amor que se ve en los matrimonios en los que la atracción física disminuye.
Amor romántico. Aquí se combinan los componentes de intimidad y pasión del amor. Se trata de cariño más atracción física evoluciona y se le suma el componente de compromiso, se convertirá en un amor consumado.
Amor vano. Resultado de la combinación de pasión y decisión-compromiso, sin intimidad. La pareja se compromete en base a la pasión, que puede desarrollarse casi inmediatamente, por lo que suelen ser relaciones relámpago, muy rápidas pero de corta duración.
Amor consumado. También se puede llamar amor completo, ya que es el resultado de la combinación de los tres componentes: intimidad, pasión y compromiso.
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Editado: 22.02.2025