El sonido de los golpes resonaba en todo el lugar, un yunque, un mazo y un poco de fuego era todo lo que necesitaba para forjar una espada, además de tener unas habilidades increíbles para saber qué es lo que necesita cada herramienta. Aldous se ve muy diferente cuando está concentrado en su trabajo, es como si cambiará de personalidad cada vez que lo hacía.
Mientras tanto, yo me dedicaba a engrasar las espadas para que no perdieran su filo, cada vez tenía más responsabilidades aquí, el viejo Aldous me ha enseñado muchas cosas que no sabía y que no tenía idea de qué Gray supiera.
Tan sólo había pasado un año desde que empecé a trabajar aquí con él, tan solo un año desde la última vez que la vi a ella. Aún seguía pensando en su voz, en su rostro claro y en su extraño pero hermoso cabello azul.
— (¿Por qué no dejó de pensar en ella?) — (Katsuo)
...uo...
— (Sus ojos eran azules, claros como el cielo) — (Katsuo)
...suo...
— (¿De dónde será? ¿Será hija de alguien importante? ¿Podré verla de nuevo?) — (Katsuo)
—... ¡Katsuo!...-— (Aldous)
— ¿Eh? — (Katsuo)
—¡Deja ya de engrasar esa espada!. La dejarás inservible — (Aldous)
-— ¿Eh? ¡Ah! Lo siento mucho — (¡Rayos! casi dejo esta espada sin uso) — (Katsuo)
— Estás desconcentrado chico, aquí esto es peligroso, y más si estás en una batalla, ahí significa la muerte, tienes que tener bastante cuidado — (Aldous)
— Si, lo siento mucho, no sé qué me pasó – (Katsuo)
Estos últimos días había estado muy distraído, tuve mucha suerte en no provocar un accidente. Estuve a punto de hacerlo varias veces.
— Bueno eso ya no importa, ya es muy tarde así que puedes irte, yo me encargo de esto — (Aldous)
— ¿Seguro? ¿No quiere que le ayude en algo más?— (Katsuo)
— No te preocupes chico, ya mañana te dejo hacer algo, así que nos vemos — (Aldous)
— Muy bien, nos vemos - Pobre Aldous, creo que le deje más trabajo de lo que tenía.
..............
Me dirigía a la salida de la Santa Sede, las campanas estaban por sonar, así que me tenía que apresurar para no llegar tarde a casa.
— ¡Hey! — Una voz familiar sonó detrás de mí, era Gray quien también se encontraba aquí.
— ¿Ya te diriges a casa? — (Gray)
—Si en eso estaba. ¿Qué haces aquí? — (Katsuo)
— Vine porque están reclutando estudiantes para entrar a la Orden de los Caballeros — (Gray)
Al parecer tienes que haber estudiado en la academia especialista para caballeros para que tomen en cuenta tu solicitud, al entrar ahí tienes todas las oportunidades de pertenecer a la orden.
— ¿Y cómo te fue? — (Katsuo)
— Me dijeron que no podía entrar en esta lista, ya que solo los hijos de nobles, de clase media o alta pueden entrar, que me esperara cuando lleguen a las zonas marginadas - (Gray)
— Que mal. ¿Y cuándo será eso? — (Katsuo)
— En unos días, semanas... O quizás años, no tengo idea, cuando tengan necesidad de traer personas para morir en el primer intento, vendrán con nosotros — (Gray)
Es normal pensar que los que pertenecen a zonas marginadas, los quieren solo como carne de cañón, son las primeras personas en morir ya que nuestra existencia no es importante para ellos, más que sólo una herramienta más.
En cambio para los marginados era una gran oportunidad para cambiar su vida, ya que si sobrevivían podrían vivir dentro de los territorios del reino y dejaban de ser marginados, aparte de que dejaban de tratarlos como basura.
— Pues espero que no tarden — (Katsuo)
— Si eso espero también, por cierto ¿Cómo te fue hoy con Aldous? ¿Si estás aprendiendo? — Gray)
— Pues creo que bien, quiero decir no ha pasado nada malo, me tiene mucha paciencia, pero estoy aprendiendo — (Katsuo)
— Que bien... — Después de la breve respuesta, hubo un silenció incómodo entre los dos que se prolongó por un largo tiempo.
— Este... Oye Katsuo... — Finalmente Gray cortó el silencio que nos había en vuelto por tanto tiempo.
— ¿Qué sucede? — (Katsuo)
— A ti... Bueno... Quiere... Mmm.. ¿Quieres a alguien? — Gray se veía muy nervioso pero no entendía porque.
— ¿Qué si quiero a alguien? — (¿Qué pregunta es esa? — Bueno respondiendo a tu pregunta pues sí, sí quiero — (Katsuo)
—¿A quién? — (Gray)
— A ti... — (Katsuo)
— ¿Eh? ¿A mí...? — (Gray)
— ... A Madre, a Padre, a Lucía, Sophia y Matías — Pará ser sincero a toda la familia la quería sin excepción.
— Argh — (Irritado) — A eso no me refería — (Gray)
— ¿Ah no? ¿Entonces a qué te refieres? — (Katsuo)
— Que si sientes algo por alguien... — (Gray)
— ¿Sentir? Mmmm.... No entiendo, ¿Sentir cómo? — (Katsuo)
No entendía a lo que iba Gray con esas preguntas ¿A qué quería llegar?
-— ¿¡Qué si te gusta alguien!? Demonios — (Gray)
— ¿Gustar alguien? — (Katsuo)
— ¡Sí! ¿Alguna chica que hayas conocido? ¿Qué no dejes de pensar en ella? ¿Qué te mantenga distraído o feliz de pensar en ella? — (Gray)
De inmediato el rostro y la voz de la chica de aquella vez llegaron a mi mente, imaginándome cómo sería su sonrisa y cómo sería un próximo encuentro con ella.
— Se te vino a la mente alguien ¿No es así — Las palabras de Gray hicieron que reaccionara y olvidara tan hermosa imagen.
— ¿Eh? — (Katsuo)
— ¡Aja! Te cache — (Gray)
— ¿Qué dices? No hay nadie así que... — (Katsuo)
— ¿Entonces por qué estás rojo? — (Gray)
— ¿Rojo? — (Katsuo)
— Y te brillaban los ojos — (Gray)
—¿Qué? No es cierto, además ¿A qué viene todo eso? — ¿Por qué Gray tenía tanta curiosidad?
— Por qué hablas dormido... Y dices cosas como "Hermosa voz, bello rostro, precioso cabello..." — (Gray)
Solo me quedé en silencio, no sabía que hablaba dormido. ¿Desde cuándo hago eso?
- ¿Quieres que siga? - Gray solo se burlaba de mí.
— Yo... Ehh... No sé de qué hablas — (Katsuo)
— Madre también lo sabe, ella te ha oído cuando duermes — (Gray)