Fate's Ashes

Capítulo II

 
 


La muchacha se movió, sintiéndose adolorida y entumesida, por lo que un quejido de dolor escapó de sus labios sin que pudiera reprimirlo. Entonces recordó lo que había ocurrido antes de caer inconsciente. El ataque a la mansión, la persecución hacia el bosque, el monstruo de las cicatrices, la batalla y la espada infundida de fuego que la había salvado.

Ling Yue abrió los ojos con dificultad y se encontró con un techo desconocido.

Estaba acostada en una cama de seda roja, rodeada de velas y objetos extraños. Las paredes de cristal rojo y negro resaltaban, dándole al lugar, un aspecto exótico. Su brazo le dolía y al mirarlo vio que tenía una venda manchada de sangre. El demonio le había arañado con sus garras, aún recordaba el dolor que sintió cuando le desgarró la piel. Suspiro, aún estaba algo confusa.

— ¿Dónde estoy? ¿Qué es este sitio?— murmuró, tratando de incorporarse, sintiendo la garganta seca.

— Estás en el palacio de sangre, en el reino de los demonios — escuchó una voz grave y profunda a su lado, provocando que diera un respingo por la sorpresa.

Intentando calmarse se giró con lentitud, quedándose sin aliento al ver a un hombre alto y atlético, vestido de negro, con el pelo largo y rojo, brillando con destellos naranja producto de las velas a su alrededor. Pero lo que le había parecido más impresionante eran sus ojos, dorados y tan brillantes como el fuego. ¿Quién era este ser?

— ¿Quién eres tú? ¿Cómo llegué aquí?— preguntó Ling Yue, sintiéndose desconfiada e insegura ante la presencia del sujeto.

— Te salvé la vida — respondió el atractivo joven de facciones frías con una sonrisa burlona—. Y ahora eres mía.

La muchacha sintió un escalofrío al escuchar esas palabras. ¿Qué significaba que era suya? ¿Qué planeaba hacer con ella? ¿Por qué la había salvado? No sabía qué pensar, y la idea de que este hombre la estuviera reclamando como suya, aunque le provocaba una emoción que no podía describir, no le terminaba de convencer. Nadie podía reclamarla como suya.

—Escuche con atención, señor, no soy suya, ni de nadie— aclaró ella, intentando ocultar su nerviosismo ¿Qué le pasaba? —. Le debo, y me aseguraré de pagarle.  Pero no puedo quedarme en este lugar, tengo que volver con mi familia.

— No puedes irte, estás en mi territorio — dijo Xuan Ji, acercándose a ella — ¿No tienes curiosidad de saber quién soy?

Yue permaneció en silencio por un momento mirando al chico fijamente. Sabía que era un demonio, sabía que si se quedaba a su lado nada bueno ocurrirá y aunque la había salvado no se fiaba de él. Los demonios eran traicioneros y carecían de lealtad, lo habia aprendido a través de su padre y sabia que era una realidad incuestionable. 

— Eres un demonio — respondió ella — y aunque no entiendo por qué me salvaste, tampoco confío en ti.

El joven esbozó una sonrisa maliciosa mientras la miraba con sus ojos dorados, que brillaban con una luz inquietante, sentándose en la cama muy cerca de Yue. Había algo en ella que le daba curiosidad, y ahora que podía ver con claridad sus peculiares ojos violetas, supo que había algo más.

Su instinto le decía que está humana, de aspecto dulce, con una actitud desafiante, podía ser una arma e incluso un peón útil para su plan.

—Soy el rey demonio, Xuan Ji, y este es mi palacio —dijo sin rodeos. Los ojos de la mujer brillaron con una emoción que para él, era familiar. — ¿Estás asustada?

— No tengo tiempo de estar asustada, señor — su respuesta lo desconcertó, sin embargo, su expresión serena no cambió. — Aunque me salvaste, sé que eres el responsable de la muerte de miles de inocentes, de la guerra que asola el mundo humano, del sufrimiento de mi padre y mi familia. 

—Es lo que merecen, por confiar en lobos vestidos de corderos — dijo tomando la barbilla de Yue quien lo miró desafiante, ella no era ninguna cobarde y no se iba a dejar intimidar por nadie, menos por él que era su principal enemigo. —Además, ustedes no están tan lejos de nosotros, solo basta con mencionar lo que ese demonio te dijo.

El corazón de Ling Yue se apretó con fuerza. Aún no sabía quién había enviado a los demonios a matarles.

— ¿Qué sabes? ¿Puedes saber quién es la persona? — preguntó la muchacha, provocando que él la soltara

—No es de mi incumbencia humana, ese es tu asunto — le aclaró con frialdad y ella apretó los dientes de impotencia.

—¿Cuándo voy a poder irme? — habló ella de nuevo y Xuan Ji considero que contestarle.

La chica evitó mirarlo desviando la mirada a las sabanas rojas, esperando su respuesta, cuando sintió la mano de él tomar su muñeca, por lo que dirigió sus ojos ahí expectante. Su tacto era cálido y hacía que su corazón se acelerara, sin embargo, intentó pretender que no estaba pasando nada.

— Esta es mi marca — mencionó mientras pasaba dos dedos sobre la piel de su muñeca, dejando el dibujo de una pequeña llama negra y roja. — Cuando nos volvamos a encontrar pagarás tu deuda y haré que esta llama desaparezca, hasta entonces la llevarás contigo.

Yue miro la marca con curiosidad tocándola con sus dedos con delicadeza. Era extraña ¿Para qué servía?

— ¿Y cuál es el propósito de la marca? — preguntó ella volviendo sus ojos al chico y él se puso de pie

—Asegurarme de que estás viva — dijo con tono aburrido acomodando la manga de su túnica.  — Prepárate, alguien vendrá a ayudarte a asearte y luego te llevaré a la salida.

Sin decir nada más, ni darle tiempo a contestar, Xuan Ji salió del lugar a paso elegante.

Ling Yue lo siguió con la mirada hasta que desapareció de su campo de visión. ¿No había dicho que no iba a dejarla ir? Se sintió confundida y aliviada a la vez, pero no podía ni quería perder la oportunidad de escapar, por lo que se dispuso a prepararse para irse lo antes posible.

Pagaría esta deuda y luego se desvincularía de él.

Yue esperó pacientemente a que alguien viniera a ayudarla, y al cabo de unos minutos, una joven demonio, de piel pálida y cabello azul, se acercó hacia ella presentándose como Mei Li. Ella le trajo un balde con agua tibia, una toalla, un jabón y un peine. También le trajo un vestido blanco y calzado.



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En el texto hay: fantasía romance xianxia

Editado: 21.04.2024

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