Fatum

CAPÍTULO SIETE (Parte dos)- Una chica tiene que hacer, lo que una chica tiene que hacer

En mi mente, lo aniquilo con la mirada, pero en la realidad, él solo me ve desconcertado.

Regreso a mi pizza. Siento un toque en mi pierna por debajo de la mesa. Lo ignoro. El toque se vuelve más fuerte y levanto la vista para verlo mirarme con sus preciosos ojos azules llenos de diversión.

Lindo, él se divierte mientras yo muero de hambre.

—Niños por favor, —Tatiana en un tono firme los regaña—, la van asustar.

El resoplido de Aleks los deja a los tres mirándolo de nuevo con expresiones sorprendidas en su rostro. Yo los veo a ellos y tienen la mirada fija en él, pero Aleks solo los ignora.

—Entonces —Tatiana se aclara la garganta—, estaba diciéndole a mi nueva amiga Lenna, sobre la fiesta de esta noche. —Ella se voltea hacia mí—. Lenna, ese gruñón que está ahí es mi primo Aleksander, llámalo así, no uses ningún diminutivo o apodo por que se molesta. —Aleks le dedica una fija mirada fulminante de la que ella es, al parecer inmune, ya que la ignora. Espera, entonces, si se llama así, momento… ¿ningún diminutivo? estoy sorprendida, porque…

 

¿Es eso un sonrojo lo que estoy viendo en su rostro? Podría jurarlo, pero giró su cara hacia su plato, y ya no pude ver con claridad.

—Está bien que me llames Aleks, …

 

—Ese ladrón de comida — Tatiana me saca de mi ensoñación—, es mi primo Kirill, la próxima vez cubre tu plato antes de que se acerque —¿próxima vez?— y esa montaña de ahí es mi… es, es Ivan, él, es, solo, Ivan el serio, Ivan el terror, Ivan el…

—Tanya —gruñe Aleks interrumpiéndola. Le doy una mirada discreta a Ivan, y podría jurar que hay una divertida mirada en su rostro dirigida a Tatiana, aunque parece imperturbable.

—Solo Ivan —Tatiana da una sonrisa condescendiente y agita su mano ignorando el asunto, sonreí un poco, porque el movimiento me recordó a la tía Eleanor—. Niños, ella es mi nueva amiga Lenna —Tatiana se concentró de nuevo en mi—. Entooonces… ¿paso por ti o qué?

Tres pares de ojos me observan. Solo Ivan mira hacia al frente, con un aire aburrido. —Gracias por la invitación, pero no puedo. —Tatiana me vio como si le hubiera pateado a su perro, sentí la presión de compensarla con mi falta de vida social—. Quizá, ¿en otra ocasión?

Tatiana parece meditarlo, pero, termina asintiendo con solemnidad. —Bien, pero entonces tendremos que hacer una cita para ir de compras, —chasquea los dedos como si se le hubiera ocurrido una gran idea, mientras yo uso todo dentro de mi para no demostrar el escalofrió de desagrado que me recorre por su idea—, quizás una cita para el spa, o la manicure. —Empieza a dar saltitos sin levantarse del sofá—. ¡¿Qué tal una pijamada después de ir de compras?!

Sus grandes ojos azules me ven toda esperanzada y emocionada, por lo que, la Lenna del futuro tendrá que pensar en algo para salir de esta después. —Claro —contesto con una ligera sonrisa.

No puedo evitar mirar a Aleks que parece no haber despegado la vista de mí, y está dándome una expresión burlona. Volteo mi rostro y me cruzo con el de Ivan, que tiene un ceño fruncido viendo a Aleks.

Tatiana continúa parloteando sobre la fiesta de esta noche, yo tomé una rebanada de pizza tibia, y por fin le doy un mordisco. Dios tenía tanta hambre, un gemido involuntario sale de mi pero no me importa. Saboreo la dulce salsa, —que está, por cierto, por encima de la salsa comercial— el delicioso y lechoso queso, la dulce piña, le doy otra mordida, bajo el restante al contenedor, para tomar mi frappé y siento la mirada de Aleks, cuando lo veo, tiene la mirada vidriosa, llena de lujuria, lo sé porque así me mira cuando nos encerramos en el aula vacía. Me le quedo viendo y trago el bocado.

Es de esos momentos en los que me hace sentir cosas raras.

Son sus ojos azul hielo, me atraparon desde el primer día.

El sonido de una garganta aclarándose me trae de nuevo a la realidad. Tatiana mira entre Aleks y yo. —¿Que clase tienes Lenna? Mmm…—se golpetea con un dedo en la barbilla— Lenna, Lenna, ¿hay algún nombre por el que te guste ser llamado?

—Hmm, bueno, mis amig… —me detuve y corregí—, algunas personas me llaman Lenny, supongo que está bien. No tengo ningún apodo. Y tengo una clase de MMA. No tengo idea de que es, —hice una pausa para darle un trago a mi frappé—, quería Krav Maga, pero di un clic equivocado —Me encogí de hombros y tomé el bocado restante de pizza—. Si no me gusta, ¿puedo cambiarme?

La pregunta iba dirigida a Tatiana, y cuando ella me iba a responder, Aleks se adelantó. —No, la plataforma ya está cerrada y la directora es muy hermética para intercambiar las optativas, alguna mierda sobre disciplina y compromiso.

Todos lo miran con atención, mientras yo me resigno. —Oh bueno, espero que no esté tan duro.

Killian escupe una carcajada que se escucha por toda la cafetería. —Chica, puedes creerme, estará bastante duro. —Y vuelve a carcajear. Ivan levanta las comisuras de su boca, y Tatiana me ve con compasión. ¿Qué dije? Volteo a ver Aleks, y me da una mirada triunfante.

Mas tarde, entiendo por qué.

Estaba en la entrada de la clase de MMA, descubrí que son Artes Marciales Mixtas. Me encogí de hombros, servirá. El lugar es un almacén enorme, dividido en diferentes áreas. Parece un mediano centro comercial, alcancé a ver en el fondo máquinas de gimnasio y unas escaleras. Hay unas flechas de colores en la entrada que te guían a las diferentes secciones. Las de MMA son azules, las sigo y me sorprende ver que hay una pequeña muchedumbre de estudiantes. La mayoría son mujeres. Puse más atención, y me corregí. Son todas mujeres. Y me asombré más por el uniforme que llevan puesto.




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