Fatum

CAPÍTULO VEINTE (Parte dos) - Delirium

Me sentía tan afortunada, tan privilegiada por tener una oportunidad así. Al momento de regresar mi mano, mi pulsera se encajó en un borde de la mesa y se arrancó, cayendo al suelo.

—Oh demonios, ¡no! —Aleks se inclinó y levantó la pulsera—. ¿Se rompió? —pregunté.

El observaba con detenimientos la pulsera, cuando de la nada su cuerpo se endureció por completo. Su rostro comenzó a levantarse con lentitud, hasta que su intensa mirada me golpeó, aunque el término escudriñó, sería más adecuado.

—¿Qué? —pregunté después de algunos minutos de silencio—. ¡Oh no! ¿Si se rompió? ¿Crees que pueda reparase?

Aleks no contestó. Solo siguió observándome, y me puse nerviosa. —Hmmm, ¿Aleks?

—Lenna, contéstame, ¿quiénes son tus tíos?

Me pareció raro que preguntara en ese momento, pero, por su tono de voz. Las otras veces preguntaba por diversión, y no le tomé importancia, pero ahora, su voz estaba recelosa, y había ira dentro de él. Estaba a punto de contestar, tenía mi boca semi abierta, cuando recordé los detalles que mi tía me ventiló sobre los negocios de mi tío. El tío Luca falleció y mi tía está del lado bueno de la ley, no le vi nada de malo mencionarlo, así que no lo pensé cuando le contesté.

—Lucas y Eleanor Costello —pausé para corregir—, bueno, es Eleanor Rossi ahora, se cambió el apellido cuando mi tío murió y…

—¡BLYAT!  —Aleks se levantó de prisa y comenzó a gritar en ruso—. ¡Carajo!

Me quedé sentada, aturdida mientras observa a un Aleks más allá de enojado y no lograba entender que estaba pasando.

—¿Aleks? Que… que esta ocurrien…

Él se giró con una velocidad sorprendente hacia mí, la furia en su rostro era por completo, desconocida.

—¿Sabías quién era yo todo el tiempo no es así? —Era una pregunta, pero parecía una afirmación.

Espera, ¿qué?

—Joder, ¡CONTÉSTAME! —rugió con ira.

—Yo… yo no… —mi cabeza se movía de izquierda a derecha, mi voz sonaba aguda y entrecortada.

—¡Andrews!, ya… —se dio un golpe en la frente con la palma de su mano—, joder, eres la hija de Frank Andrews ¿no es cierto? El bastardo si tenía familia, seguro fue Costello quien evitó el rastreo. —¿Qué? —Era el en la escuela ¿cierto?

Sin esperármelo, soltó una serie de maldiciones al mismo tiempo que levantó la mesa con violencia, volcando su contenido al suelo, y se giró hacia mi. —Dime Lenna, explícame como mierda lograste encajar todo, me engañaste a la perfección, nunca hubiera dudado de ti, ¡NUNCA! ¡JODEEER! —soltó una risa seca—, eres bastante brillante para haber resultado una puta barata, ¿no es así? Mira que darme tu virginidad para…

Mi mano plasmó una poderosa cachetada en su rostro silenciando cualquier cosa que fuera a decir.

No sentí cuando me puse de pie, ni cuando levanté mi mano, en el momento que, de sus labios, los labios que había besado tantas veces, los labios que me habían consolado y amado, me dijeron puta barata, el miedo y la incertidumbre se fueron.

La ira llegó, y con fuerza.

—¡COMO TE ATREVES! —mi puño se movió para golpearlo, y aunque en su rostro apareció la sorpresa, él logró evadirlo—. ¡Como te atreves a decirme eso! —lancé una patada derecha a su abdomen, pero alcanzó a esquivarme, yo estaba ciega, llena de violencia—. Todo lo que me has dicho —respiraba vacilante e intermitente en ese momento—, todo lo que hemos pasado —la ira se estaba yendo y el dolor me estaba inundando, agitada, con la energía escapándose, nada me había dolido tanto como en ese momento—, ¿es mentira? —Sollocé, mis hombros bajaron, derrotados, las lágrimas hicieron que viera borroso y un doloroso grito salió de mí—. ¡COMO TE ATREVES! —Ya no estaba pensando con claridad, solo estaba sintiendo, preparé de nuevo mi puño y lo arrojé— ¡Eres igual a él! ¡IGUAL A EL!

<<No hay nadie en quien confiar, nadie>>.

La mano de Aleks empuñó mi golpe, jaló mi brazo, acercándome a él, encerrándome en un abrazo, mi otra mano quedo suelta, la empuñe y lo golpeaba en el pecho, mientras gritaba y lloraba. —Como… como te atreves a decirme eso, como… —La fuerza de mi puño disminuía, el dolor estaba echando raíces, debilitándome—. Suéltame… suéltame —susurré.

—Lo siento —la voz de Aleks sonó ronca y quebrada—. Joder Lenna, perdóname, lo siento… fue la impresión, perdóname no debí pensar que tu…

—No, no… —Trataba de zafarme, pero Aleks me estrechaba con más fuerza, sin lastimarme—. Vete a la mierda Aleksander, eres igual que el, no… no voy a perdonarte, me voy, suéltame.

—No Lenna, no, perdóname, lo siento mucho nena, lo siento. —Llenó mi cabeza de besos, pero algo me estaba aplastando el pecho, me debilité y me quedé inerte en sus brazos. Recordé todos los puta barata que había escuchado, pero oírlos de él, dolió como nada que recuerde.

—¿Nena? —mis sollozos se fueron haciendo más decaídos.

Aleks me tomó por las rodillas y me cargó en brazos, llevándome a su habitación, lo permití porque mi cerebro estaba en shock en ese momento. Me depositó con suavidad en su cama, se recostó junto a mí, y cuando estuvimos de frente, nos cubrió con una manta.



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En el texto hay: drama, primer amor, youngadult

Editado: 01.04.2024

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