Capítulo 5. «¿Lo Hiciste?».

Estuve todo el camino a la oficina queriendo patear a Esteban, Alejo y a Levi cuando vi su número en el grupo, cuando me enteré de que estaba en el mismo grupo de mensajes que la chica con la que pelee la última vez.

No sabía a quién se le había ocurrido que era una buena idea, pero ya no podía hacer nada, habían creado una especie de grupo con algunas personas de diversas facultades.

Y como uno de los creadores, además de que apoyaban el grupo, eran Esteban y Alejo, no podía salirme.

Así que no me quedaba de otra que ignorar cuando hablaba que, para mi desgracia, no era poco.

Carajo, ¿Alguien no podía taparle la jodida boca?

Corrección. ¿Alguien podía quitarle el maldito teléfono?

Estaban a punto de estallar mi teléfono con el montón de notificaciones que aparecen del grupo, aunque la peor parte es que tenía que mantener el teléfono encendido porque esperaba una llamada del trabajo, y tampoco podía apagar el internet del teléfono porque era llamada internacional de un gerente de una sede en otro país.

Así que me limite en concentrarme en revisar los resultados de las operaciones para hacerle un reporte a mi tío.

La verdad tenía toda mi vida viendo como se hacía la contabilidad y las finanzas, no sabía bien por qué, pero mi abuelo se había empeñado de hacerme conocer como se hacía todo en la empresa, supongo que la emoción de un nuevo nieto.

La empresa había su mayor orgullo, eso y sus hijos, por eso se entristecía que solo yo de todos sus nietos se hubiera preocupado por la empresa.

Había terminado abrazándome a mí mismo, lo extrañaba.

No dure mucho en esa posición ya que mi teléfono sonó de manera repetida, estaban reventando el grupo a mensajes, y como cosa extraña ahí estaba ella de nuevo hablando.

Coloco los ojos en blanco y tomo el teléfono.

«Como se nota que no tienen nada mejor que hacer que ir molestando gente. Algunas más que otros.»

Melodi.es 🌃. «¿Por qué me da vibras que esa punta fue para mí?»

¿Será por qué era para ti, maniática?

Mejor me ahorro el comentario, no tengo tiempo para pelear.

Kat, Kat 🌞 «Uhhhhhhh, yo que tú no me quedo con esa.»

Rainy Day 🌩️ «Porque es contigo.»

Melodi.es 🌃. «Pero, ¡Katy también estaba hablando!»

Kat, Kat 🌞 «Sí, pero tú mandas quince mensajes cortos a la vez, yo un solo mensaje largo.»

Melodi.es 🌃. « :P .»

«¿En serio no se pueden quedar en silencio cinco minutos? Solo cinco, por favor.»

Melodi.es 🌃. «Ja, ¿Viste qué era con las dos, Katy?»

Kat, Kat 🌞 «Me ofende, pero ya vi que sí, jum.»

«Repito, cinco minutos de silencio...»

Melodi.es 🌃. «¿Sabes? Hay algo llamado apagar el internet... Apuesto a qué explote tu mente, ¿A qué sí?»

Esta mujer es imposible.

«Si pudiera, ya lo hubiera hecho y no estaría soportándote.»

Melodi.es 🌃. «O solo ignora el grupo.»

Ya me gustaría a mí, pero es demasiado complicado ignorar 20 mensajes por minuto.

«Difícil, cuando mi teléfono suena cada cinco segundos.»

Melodi.es 🌃. «Awwwww, qué lindo, no puede ignorarnos, yo sabía que en el fondo nos querías, ridículo.»

Nunca dejaran de sorprenderme las locuras que salen de ella, estoy seguro de que si va al psiquiatra el pobre terminará con un trastorno preocupante.

«En tus sueños te quiero, desquiciada.»

Melodi.es 🌃. «Lo dices como si quisiera soñar contigo.»

«Estoy seguro de que sí quisieras, pero no te voy a dar el placer de ir a tus sueños.»

Melodi.es 🌃. «Hay que ver que ni siquiera eres egocéntrico, ya calificas como narcisista, además, estoy segura de que la que aparece en tus sueños soy yo.»

«¿Ahora quién es narcisista? Jamás te daría el placer de que aparezcas en mi sueño, y si aparecieras estoy seguro de que sería una pesadilla, jodida demente.»

Melodi.es 🌃. «Una pesadilla que disfrutarías, Sadomasoquista.»

Es que no me lo creo, ¿Otra vez con esa mierda? Yo no estoy loco, la loca acá es ella, psicópata fugada del manicomio.

«¿Tienes dinero para la terapia psiquiátrica? Porque necesitas una urgente, ni siquiera me importa pagarla.»

Melodi.es 🌃. «Mándame a terapia, me haré amiga de la psiquiatra en diez segundos.»

«No llegarías ni a los diez segundos antes que te envié al pabellón psiquiátrico.»