La relación entre la policía brasileña y las favelas ha sido históricamente conflictiva. En lugar de garantizar seguridad, los operativos policiales a menudo se traducen en violencia indiscriminada y ejecuciones extrajudiciales.
Las redadas y la política de mano dura
Las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) fueron creadas con la intención de recuperar el control de las favelas, pero con el tiempo se convirtieron en un símbolo de represión y corrupción. Los enfrentamientos entre la policía y las facciones criminales dejan cientos de muertos cada año, y muchas veces, las víctimas son civiles inocentes atrapados en medio del conflicto.
Corrupción y colusión con el crimen organizado
No es un secreto que algunas unidades policiales trabajan en conjunto con las milicias y los traficantes. En muchos casos, la policía es parte del problema, protegiendo a ciertos grupos criminales a cambio de sobornos y favores.
En el próximo capítulo, analizaremos las estrategias del gobierno para combatir la violencia y las razones por las cuales muchas de ellas han fracasado estrepitosamente.