En la vida, aprendemos a encontrar nuestros rumbos a costa de las opiniones de los demás.
Es «normal» que por ser del sexo femenino, en algún momento, sientas que no valoran el empeño y el esfuerzo que pones para ejercer en un puesto de trabajo, para levantar una empresa e incluso para estudiar una carrera donde el mayor porcentaje de los estudiantes es masculino.
Es probable que, pensando en eso, poniendo atención a los malos tratos y a las burlas que ocurren, te sientas oprimida y olvides de lo que eres capaz, pero debemos entender que hay muchos tipos de personas en el mundo.
Tal vez quien no te aprobó en la entrevista, se vea afectado en algún momento y termine arrepentido de no darte el trabajo.
Es posible que quien te tenga con un sueldo pésimo en la empresa, luego termine necesitando de tus servicios cuando te vayas porque no aprecian lo que haces.
Tal vez esas burlas que recibiste en clase, se conviertan en aplausos cuando te gradúes con honores, sorprendiendo a todos por cómo saliste adelante.
Quizás aquellos que te cerraron las puertas, sean quienes busquen de tus servicios en el momento que más lo necesiten y... podría decir mucho más.
Hay tantas cosas que pueden suceder y a lo mejor puedes pensar que te hicieron un mal, hasta que el avance termina opacando lo mismo que te llevó a un sitio mejor donde puedes dar el todo por el todo.
No niego que haya quienes decidieron quedarse estancados por miedo, pero esto es un mensaje, una petición para que no se rindan, para que aprendan que son excepcionales.
Que tal vez ese lugar donde estás, ni te necesite tanto como tú lo haces.
Que tal vez esa carrera que tomas solo por tus padres o por la presión de obtener dinero, es igual de innecesaria que hacer felices a las personas vacías que te rodean.
Y sí, esto puede parecer selectivo en el inicio, aunque la razón principal, es hablarles en plural, porque quiero que todos sepan que son personas fantásticas que pueden tener todo lo que se propongan, que son especiales en la forma de ver el mundo, de entender a las personas, de tener atributos físicos que quizás no encajan en una sociedad estereotipada y aún con todo eso, nunca dejan de ser admirables por sus sentimientos, por su fuerza, su valentía y el cómo las adversidades no pueden destruir lo que proponen, ni lo que buscan hacer.
Por eso les pido desde hoy, que ese sueño que tienen estancado, esa meta, ese plan, ese pasatiempo que han guardado por años, lo hagan realidad ahora.
Empiecen a buscar su horizonte, empiecen a mostrarles a todos que pueden más de lo que ellos piensan.
Crean en ustedes como personas suficientes, sin importar lo que sean o lo que la gente diga de ustedes.
Ármense de valor, limpien cada rincón y den el salto que necesitan para ser feliz, porque por eso estamos aquí; si no fuera así, ¿qué haríamos con nuestra vida?
Nos toca vivir.
Vivir bien.
Vivir libres.
Vivir como personas feas, porque nadie nos puede quitar lo que somos, ni lo que llegaremos a ser.
—Palabras de la autora, Sarah Brito.