Esta faceta de Alex no me gusta; quiero decir; no me gusta verlo así; por eso, apenas llegué a casa convencí a papá de ver un partido de practica de estudiantes de colegio que duraba una hora y media.
Sip, ahora tengo que trabajar en el taller sin paga durante un mes, pero creo que valdrá la pena.
Cuando el video finalmente acabó; papá soltó un lento suspiro.
- ¿ese chico no es tu amigo del otro día?
- Al que le dijiste que lo ibas a castrar si intentaba algo – afirmé.
- Vaya… en ese entonces no me pareció tan inútil.
Hice una mueca.
Recurrí a papá porque en su tiempo de universidad había tenido sus años de gloria como Coreback del equipo. Es algo así como un experto jubilado.
- ¿juega tan mal?
- No hay nada malo con su juego. Pero no tiene confianza, y un Wide Receiver sin confianza realmente es inútil.
- Entiendo, pero es normal, creció con la idea de que es inferior a su hermano; el Coreback.
- Ya veo. Eso tiene sentido, al menos.
- ¿entonces…?
- Ok, nena, escucha esto; si quieres que tu amigo vuelva a jugar primero debe calmarse, pedir disculpas debidas al entrenador y tener más confianza en el y en su equipo. Aparte de eso sería bueno si dobla más sus rodillas al lanzar y que trate de esquivar un poco. Eso es todo.
- ¿nada más?
- Ya te dije; no hay nada malo con su juego. Si el consiguiera un poco más de confianza podría llegar a ser una estrella.
Alcé la mirada de golpe.
- ¿deberás lo crees?
- Claro. Aunque eso ya depende de él.
- Gracias, pa.
- ¿te gusta ese chico? – preguntó de repente.
- No…
No volvió a preguntar solo porque mi sonrojo se lo decía todo.
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Al día siguiente fui tres horas antes al colegio para llegar antes de que iniciaran las prácticas de futbol americano.
Fruncí el ceño al ver a Alex parado en el centro de la cancha.
Con discreción me acerque a uno de los chicos que estaba sentado en la banca.
Claro que él desde abajo y yo desde arriba.
- disculpa - llamé desde allí. - ¿no se suponía que Álex Klein estaría en la banca?
- ¡si! - respondió el con algo de odio mezclado en su voz. - se suponía, pero el entrenador le dijo que lo dejaría jugar en los partidos de práctica si hace lo que debe.
Algo me dice que él iba a ser el jugador que reemplazara a Álex en el campo. Me alejé lentamente de allí Y me dispuse a ver el partido sintiendo que las tres horas que derroché en ese vídeo -porque lo vi dos veces- no habían servido de nada.
Entonces, algo diferente, abrí los ojos de par en par al ver que Álex le lanzó un pase a Logan.
No, no porque sea Logan, sino porque el número 9 estaba solo y Logan estaba cubierto por tres jugadores del equipo opuesto.
Y aun así le dio el pase a Logan.
Cómo era lo esperado, derribaron a Logan apenas receptó el balón e intente no pensar en lo bien que habría quedado la jugada de haber Sido el número 9.
Sabía que no debía meterme; sabía que el entrenador hacia lo mejor para el equipo; lo sabía.
Y aun así me puse de pie, agarre el barandal que me separaba del campo y grite con fuerza.
- ¿¡Que rayos fue eso!? ¡El número 9 estaba solo, Klein! ¿¡Que rayos haces!?
Bueno, al menos conseguí que Álex me escuchará y eso era lo que quería, pero junto a él, todo el campo me escuchó.
Incluso el entrenador.
El mencionado me señaló directamente y con un solo dedo me hizo una seña para que me acercara.
Ya me había visto la cara, huir no era una opción; y ya que ya había hecho el ridículo frente a todos los guapos deportistas de mi colegio, ¿Que tan malo puede ser?
Rodeé la zona de asientos y entre al campo sujetando los tirantes de mi mochila; quería mantenerme distraída del temblor de mis manos.
- Señorita Danner saludó apenas estuve en su campo de audición.
- señor Wilde asentí.
- ¿Sabía usted que las prácticas son solo para el equipo?
- la puerta estaba abierta me excusé sin saber que más hacer.
- ¡muy bien! Por hoy lo tomaré como una visita nada más - sonrió el con malicia, pero aun así respire profundo, un castigo menos.
Mire de reojo alrededor; todo el equipo miraba con gracia a la incoherente chica que se había atrevido a gritar a todo pulmón en presencia del entrenador Wilde.
Álex estaba un poco sonrojado -supongo que de la vergüenza - y miraba a mi dirección aún sin poder creerlo.
Logan reía a carcajadas, por supuesto.
- ¿Sabe quién es el entrenador aquí?
- usted.
- ¿Entonces por qué se atreve a gritarle a uno de mis jugadores después de que hizo una buena jugada?
Editado: 12.01.2021