Fénix

12

Han pasado dos semanas y estoy casi orgullosa de como he ido mejorando. Logro viajar en menos de dos segundos sin importar la distancia, mis campos de fuerza lograba extenderlos para todos, por fin aprendí a hacerme invisible aunque eso es algo que cualquier otro mago puede hacer. Y había aprendido habilidades físicas que no sabía que poseía, como esquivar golpes o con su mismo golpe golpearlos. Se podría decir que estaba lo más lista que se podía estar. Mientras tanto en Phoenix había parado la lucha, como si la guerra hubiera terminado, los brujos tenían el poder total de Phoenix y por lo que pensábamos el mundo humano seguía. Aun no habíamos atacado, éramos solo 5 personas, Simon intentaba reunir personas, pero sin éxito, seguíamos intentando buscar un plan… un plan que funcione.

Sam se encontraba conversando con Simon, ellos dos se llevaban sumamente bien, seguían pensando en una forma de como infiltrarnos en Phoenix cuando nos hemos convertidos en las personas más buscadas y cruelmente la recompensa es la expulsión del mundo, por fin libres, en otras palabras, para aquellos que nos entreguen. ¿Por qué no todos renuncian a la magia y viven en el mundo de los humanos?  Me lo plantee millones de veces, pero entonces, cualquier brujo que quedara de cualquier categoría sería capaz de ejercer sobre todos.

Pamela se encontraba estudiando unos libros sobre hechizos de combate y Thomas estaba haciendo la comida de la noche.

  • Voy a volver en seguida – responde Simon saliendo por la tienda – hay una persona que quiere verme, que nos puede servir –

Sam se acerca a mí y me da un abrazo 

  • Todo va a estar bien – sonríe él hacia mí –
  • Te hago una pregunta un poco incomoda – le digo –
  • Dime –
  • Cuando esto acabe… ¿Qué vamos a hacer? – pregunto –
  • Celebrar…quizás – dice divertido –
  • No tenemos madres, ni un trabajo y a estas alturas supongo que hemos sido expulsados del colegio –
  • Summer, una cosa a la vez, por favor – sonríe un poco más triste y se levanta de mi lado para irse –

Thomas se sentó a mi lado en silencio y me apretó la mano. Supongo que entendió mejor que nadie en la miseria en la que divagaba mi cabeza.

Alrededor de una hora después llego Simon junto a otra persona que nos hizo sentir muy nerviosos a todos.

  • Su nombre es David – menciona, él hombre tenía alrededor de 40 años, tenía los ojos con rasgos achinados y su cabello de color negro – él formaba parte de la resistencia de hace casi 20 años –
  • ¿tú eres la hija de Williams? – pregunta un poco temeroso y emocionado –
  • Sí ¿lo conoció? – pregunto –
  • Claro… hasta que cambió su nombre –
  • Si, bueno, a mí tampoco me dijeron cuál era su otro nombre-  él se ríe y me dirijo a Simon - ¿Cómo lo rastreaste? –
  • Cuando acabo la anterior guerra, decidimos que teníamos que tener una forma de contactarnos rápida y segura – comenta David –
  • ¿Cuál es? – pregunta Sam –
  • Estos transportadores, los de todos los que formamos la resistencia en esos tiempos, envían una señal un toque de electricidad, cuando nos buscamos, él que lo recibe debe poner su dirección y él otro viene – menciona David con tono de orgullo
  • Que ingenioso – sonríe Sam –
  • Sé que parece lo más astuto – dice Simon – pero David me ha puesto al día, como ya sabíamos están trabajando con humanos inteligentes algunos bajo coerción otros bajo la promesa de una mejor vida… van ganando mucho terreno usando el internet, celulares, la tecnología –
  • Es hora de la práctica – menciona Pamela –
  • Oh sí, estoy entusiasmado, Simon quiere que te enseñe uno de mis mejores trucos – menciona –
  • ¿Cuál es ese? – interroga Sam –
  • Yo tengo la habilidad de sentir las emociones de los otros – responde David –
  • ¿Entonces seré algo así como la súper guerrera empática? – pregunto divertida a lo que Thomas se ríe levemente intentando disimular su risa –
  • Que chistosa – pronuncia él  - te mostrare –

David se para en frente de mí, usando su mano que pone en mi frente, casi como si él hubiera sentido un choque de electricidad la aleja de mí y simultáneamente me encuentro sumergida en todas aquellas cosas en la muerte, en el miedo. David empieza a actuar rápido, su mano se la posa en su cabeza y luego en la mía, empiezo a sentir paz.

  • Tus emociones son de la misma magnitud de tus poderes – dice bromeando –
  • No puedo estar tan cerca de los enemigos, aumenta las posibilidades de mi muerte – me rio un poco, intentando calmar el temblor de mis manos y piernas, me siento en el mueble –
  • Tu eres más poderosa que yo – responde David – yo puedo hacerte surgir todas esas emociones primitivas que descansan en ti y luego pasarte mis emociones… estuvimos pensando en que tú puedes hacer surgir en ellos miedo, alucinaciones, acabar con ellos inhabilitando su cerebro –
  • Suena muy complicado ¿Qué hay de la distancia? – pregunto  -
  • Solo es necesario que veas a la persona para que puedas leerla –



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En el texto hay: fenix, revolucion, magia amor y lucha

Editado: 19.04.2020

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