Emma nunca pensó que su mundo pudiera cambiar por algo tan pequeño. No fue una discusión, ni una gran noticia, ni una tragedia. Fue un detalle casi invisible: la forma en la que ese día todo sintió distinto. El pasillo del instituto parecía más largo, las voces sonaban más lejanas y su corazón latía con una intensidad que no sabía explicar.
Hasta entonces, Emma había vivido siguiendo una rutina segura. Amigas conocidas, días iguales, pensamientos ordenados. Pero ese febrero algo se movió dentro de ella. Una mirada que duró un segundo más de lo normal. Una conversación sencilla que se quedó dando vueltas en su cabeza. Una sensación nueva que no era miedo, ni tampoco era calma.
Por primera vez, Emma se dió cuenta de que estaba creciendo. No solo en edad, sino por dentro. Empezó a cuestionarse cosas que antes daba por hechas : quien era, qué sentía, que quería. Y eso le asustó. Porque cambiar significaba dejar atrás una parte de su misma, pero también significaba descubrir otra nueva.
Ese pequeño cambio no gritó, no hizo ruido. Se instaló despacio, como una semilla. Y aunque Emma aún no lo sabía, ese instante marcaría el comienzo de todo lo que estaba por venir. Porque a veces, basta solo un momento para que el mundo empiece a girar en otra dirección.
#2887 en Novela romántica
un mundo de sentimientos, un amor basado en enseñanzas, emma es una adolescente que
Editado: 24.12.2025