Feelings For Him

5. Día familiar

—¿Qué pasó? ¿Te pidió ser tu novia? ¡Qué lindo! —dice dramáticamente, otra vez.
—No Bea, ¿me dejas hablar? —digo seria. La conocía, era dramática pero no me dejaba terminar de hablar nunca.
—Disculpa, pero ahora sí, habla —dice arrepentida.
—Bueno, me habló Martha por facebook y me dijo que tenía un admirador secreto del último curso...
—Y obviamente es Max, ¿no es así? —dice terminando la frase.
—Sí, ósea, yo saqué por conclusión que sí, porque dijo que lo había agregado a facebook.
—¿Agregaste a Max? —dice entusiasmada, interrumpiéndome.
—Él me envió una solicitud y yo lo acepté.
—Muy bien hecho amiga.
—Pero todo esto es extraño, como que de la nada él me encuentra linda, me agrega y Martha me habla...
—Tal vez quiere conocerte...
—No lo sé
—¿Tu lo dejarías que te conozca?
—Puede ser, sólo es conocerme, no se promete nada —río.
—Sí, claro... pero bueno, ¡tienes un admirador secreto, amiga! —dice entusiasmada.
—Secreto ya no es, porque yo ya sé quién es —reímos.
—Pero, ¿Martha no te dijo nada más?
—No, después de eso se desconectó...
—Tal vez te quería dejar con la duda...
—Puede ser... pero bueno, ¿tienes hambre? —le pregunto, cambiando el tema.
—Un poco...
—Tengo almuerzo recién cocinado por mí.
—¿Por ti? -preguntó sorprendida.
—Sí, ¿Acaso no puedo cocinar? una cosa es que nunca me has visto hacerlo y otra es que no sepa cocinar... y de vez en cuando me gusta hacerlo.
—Está bien, entonces almorcemos, amiga cocinera —reímos.
Colocamos la mesa y yo serví los platos con comida, hice pasta, mi comida favorita, y según yo es lo mejor que sé cocinar, o eso creo.
—¿Te gustaron? —le pregunto a Bea.
—Sí, están ricos amiga, te felicito —dice, dándome la mano a modo de felicitación.
—Gracias —digo riendo.

Y así se nos pasó la tarde, llegó la noche y Bea se tuvo que ir, minutos después llegaron mis papás y Melissa.

(******)
Me levanté, era domingo, otro día sin hacer nada. Bajo a tomar desayuno junto a mis papás y mi hermana ya que hoy día no trabajaban, ¡milagro!, tiempo familiar.
Hoy el día estaba lindo, se acercaba el verano así que decidimos salir a caminar un rato e ir al parque que quedaba cerca de la casa. Llegamos y yo me siento con Melissa y mis padres en una banca, yo conversaba con mi hermana y ellos entre sí. En un momento miro a mi alrededor ya que había un ambiente muy grato, el día estaba hermoso y había niños jugando y todo eso, hasta que me giro hacia unas bancas a lo lejos y ahí estaba Max, el chico de las llaves y mi "admirador secreto", lo quedé mirando y él a mí, me puse nerviosa, no sé por qué, pero luego me di cuenta de que estaba con una chica... y aparté la mirada al darme cuenta de que él miraba hacia donde estaba yo.

—Y eso te decía Isa... ¿me estás escuchando?
—¿Ah?  —salgo de mis pensamientos al escuchar a Melissa y la miro desorientada.
—¿En qué estás pensando?
—En... nada —digo nerviosa mirando hacia donde unos minutos atrás estaba Max.
— ¿Qué pasa? ¿A quién miras?

No es que no confiara en mi hermana, pero no sabía si contarle, ya que no es nada importante.

—Nadie, tranquila, ¿qué me decías? —le pregunto, cambiando de tema.
—Si me podrías ayudar en una tarea hermanita... —dice con cara tierna para convencerme y yo reí.
—Claro, ¿de qué es?
—Biología...
—A mí no me va muy bien en eso, pero bueno, te ayudaré en lo que pueda.
—Oh, gracias Isa, eres la mejor —dice abrazándome.
—De nada —le devuelvo el abrazo.

Y así se pasó la tarde, entre salidas en familia y ayudas a Meli en su tarea.




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