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Me levanto para ir a la escuela, sin ganas de ver otra vez a Max, después de lo que pasó ayer. Me visto, y bajo a tomar desayuno, y como siempre no había nadie, a excepción de mi hermana.
—Hola Melissa —la saludo.
—Hola Isa, ¿vas a tomar desayuno?
—Sí, ¿los papás trabajando temprano supongo?
—Sí, como lo supones. Se fueron súper temprano, ni los escuché salir.
—Se la pasan trabajando —le digo a Meli, con un aire melancólico en la voz.
—Siempre, pero será, yo ya estoy acostumbrada.
—Bueno, ¿nos vamos juntas?
—Está bien.
Tomamos desayuno conversando, terminamos y nos vamos juntas al colegio. De verdad que con mi hermana tenemos una muy buena relación, eso es bueno ya que si no tenemos a nuestros papás a diario en la casa, nos sirve para poder tenerlos la una a la otra.
Llegamos a la escuela y cada una se va a su clase. Yo antes voy a los casilleros a buscar mis libros para ir a la clase de biología. Estoy en eso y bueno... ya se imaginan quién pasó por el lado mío.
—Hola bailarina —me dice Max, en tono divertido, y se va.
Yo quedo como ¿¡WTF!? ¿Qué le pasa? Ya sabía que iba a pasar esto, y me va a molestar para siempre con lo que pasó ayer. No le tomo importancia, sigo buscando mis libros y me voy a la sala. Todavía no llega el profesor, por suerte y me siento al lado de Bea.
—Hola Bea —la saludo.
—Hola Isa ¿cómo estás?
—Bien ¿y tú?
—Bien. Menos mal que el profe todavía no llega, este me cae mal.
—Sí, a mi igual. Anda antipático todos los días.
—Ojalá no venga.
Estábamos conversando y ¿no creen quién aparece? El profesor, claro.
¿No les pasa que cuando dicen "ojalá no venga el profe", ¡paf! aparece de la nada?, bueno, eso mismo pasó en este momento, apareció "Don antipático".
Como siempre pasó su clase, la cual no entendí nada, no, en realidad la única parte que entendí fue donde dijo que en una semana más había prueba. Creo que me tendré que "poner las pilas" y empezar a estudiar desde ahora, lo cual creo que no cumpliré, ya que siempre me pasa lo mismo, digo que voy a empezar a estudiar con una semana antes de la prueba y eso nunca pasa.
Salimos a recreo y con Bea vamos a los casilleros a dejar nuestras cosas y sacar las que son para la próxima clase. Nos toca matemáticas, la clase más aburrida del mundo, nunca entiendo nada de lo que dice el profesor, pero bueno, si quiero sacar buenas notas tengo que poner, aunque sea un poco, de atención. Nos dirigimos a la sala de clases y "ponemos atención" a la querida clase de matemáticas.
De un momento a otro suena el timbre, el cual anuncia que llegó el momento de ir a almorzar. Con Bea vamos a los casilleros, y bajamos al comedor del colegio.
—¿Qué habrá de almuerzo hoy día? —pregunta Bea.
—No sé, ojalá algo rico.
—Ojalá haya algo con acelga —me dice divertida.
—¡No! Ni lo digas, que vamos a llegar al comedor y eso va a ser lo único que habrá para comer —le respondo, haciendo cara de asco. Y Bea se ríe.
Llegamos al comedor, retiramos nuestra comida, que por suerte no tenía acelga, sino que era carne con arroz, y nos dirigimos a sentarnos en algún lugar vacío, si tenemos suerte de encontrarlo.
Nos sentamos en los únicos lugares vacíos que encontramos y a lo lejos siento una mirada. Es Max... ¿Qué le pasa? ¿Por qué me mira tanto?
—Bea, mira disimuladamente hacia atrás tuyo... —Bea se gira, pero como es mi amiga de exagerada, lo "disimuladamente" no significa lo mismo para ella que para mí.
—¿Qué pasa?
—Te dije disimuladamente, ¿sabes lo que significa eso? —Bea se ríe.
—Lo siento, es que es difícil mirar hacia atrás "disimuladamente".
—Ya, es que Max me estaba mirando fijamente.
—¿QUÉ? ¿Max? Le gustas, estoy segura.
—¡Ay! No seas tonta, ¿Cómo le voy a gustar de la noche a la mañana?
—Puede ser, nunca se sabe amiga.
Y así, seguimos comiendo. ¿Cómo le voy a gustar a un chico de un día para otro? ¿Así, de la nada? Además, yo no sé si estoy buscando novio, soy tímida, me cuesta relacionarme con las demás personas, nunca sé de qué hablar con un chico si es que él me habla, por lo tanto así no resultaría nada, la conversación es lo principal para relacionarse con las demás personas.
Terminamos de almorzar y suena el timbre para volver a la última clase del día, por fin. Bea me dice que va a ir al baño antes de clases, y que nos veamos directamente en clases, y así yo me dirijo hacia los casilleros a buscar los libros. En eso, en una esquina veo a Max y Martha, conversando y riéndose. ¿Pasará algo entre ellos? Quizás yo me estoy pasando muchas películas, y nada de lo que me imagino es verdad. Pero ¿a mi qué me interesa la relación que ellos tengan? Martha solo es mi compañera de curso, nada más, ningún rencor con ella, porque no me ha hecho nada malo.
Y pensando en eso, me voy a la sala de clases, para que se pase rápido el tiempo y salgamos luego de este colegio.