Desperté con la extraña sensación de que mi vida se había convertido en una comedia de enredos. La alarma de mi teléfono sonó con la insistencia de siempre, completamente ajena al caos en el que me había metido. Miré la lista de "citas pre-boda" que Dax me había enviado. La primera: "Café matutino - Discusión casual sobre nuestros intereses (fingir entusiasmo por ser trader profesional)". Suspiré. Mi idea de una mañana emocionante era encontrar mis calcetines y que el pan tostado no se me quemara.
Mientras intentaba ponerme el delineador sin temblar, recordé el "manual de reglas" de Dax. "Si Kara bebe demasiado, Dax debe tocar su hombro con aire de preocupación paternal". Genial, mi "novio" me trataría como a un robot averiado.
Llegué a la cafetería cinco minutos tarde. Allí estaba él, con un aura de serenidad que contrastaba con mi pánico. Llevaba un jersey de punto color gris que lo hacía parecer sacado de un anuncio de colonia.
-Kara, buenos días -dijo, levantándose para besar mi mejilla. El roce de sus labios fue tan rápido que apenas lo sentí. La acción era impecable.
-Dax -respondí, sintiéndome como si estuviera en una obra de teatro.
La conversación inicial fue tan forzada como un guion mal escrito.
-Así que... el trading... fascinante -dije, intentando sonar interesada.
Dax asintió. -Absolutamente, Kara. El futuro está en las finanzas. ¿Tú qué opinas de los mercados emergentes?
Mi mente se quedó en blanco.
-Ah, sí... totalmente. Los beneficios y las finanzas... ambos muy importantes.
En ese momento, una voz aguda y familiar nos detuvo.
-¡Kara! ¡No puedo creerlo!
Era Aileen. Estaba parada frente a nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja. Su mirada se posó en Dax, y sus ojos se abrieron como platos.
-¡Es él! -exclamó, señalando a Dax. Se acercó a él con total confianza, le dio un abrazo rápido y se volvió hacia mí, extasiada-. ¡Oh, por Dios, Kara! ¡Es aún más guapo en persona!
Dax, con una sonrisa perfectamente ensayada, miró a Aileen.
-Dax Caldwell, un placer. Kara me ha hablado mucho de ti.
Aileen, sin poder parar de sonreír, nos miró a ambos con una emoción que me hizo temblar. -¡Esto es perfecto! Como es mi boda, necesito que me ayuden a elegir. Me han invitado a una cata de pasteles mañana y no puedo ir sola. Como ustedes son la pareja más romántica del universo, ¡me tienen que acompañar para ayudarme a elegir el mejor!
Miré a Dax, sintiendo que el aire se me iba. La primera prueba de nuestra mentira no sería una cita planeada, sino un encuentro improvisado con la persona que lo había provocado todo. Vi una ceja arqueada en su rostro que parecía decir: "Esto va a ser divertido".
Al día siguiente, llegamos a "Dulce Secreto", una pastelería que gritaba "romance de Instagram". Las paredes eran de un rosa pálido, los pasteles parecían obras de arte y, en una mesa redonda, nos esperaban las muestras de pastel.
-¡Siéntense! -Aileen nos empujó con suavidad-. La chica va a traernos las muestras. ¡Comencemos!
Yo tomé un trozo de pastel de vainilla, y antes de que pudiera probarlo, Dax tomó mi mano por debajo de la mesa. Era una de las reglas del manual, solo que no sabía qué significaba en ese momento.
-El de vainilla... -dijo Dax, mirando el pastel con una nostalgia forzada-. Me recuerda a la primera vez que te dije que te amaba, Kara. Estábamos en un restaurante, y de postre pediste este pastel. Me dijiste que te gustaba porque era simple, pero dulce. Como tú.
Mis ojos se abrieron de par en par. ¡Mentira! ¡Nuestra primera cita fue hace dos días y ni siquiera hubo pastel! Aileen, sin embargo, se deshizo en un suspiro.
-¡Oh, por Dios! ¡Es tan romántico! Kara, ¡cuéntame de eso!
-Fue... un momento muy especial -tartamudeé, sintiendo que me sonrojaba hasta las orejas.
La tarde se convirtió en un festival de mentiras. Dax era un maestro. Cuando probó el pastel de chocolate, se volteó hacia mí y me susurró: "Este pastel es tan profundo y oscuro como tu alma, Kara". Yo casi me atraganto con el pastel de la risa. ¡Mi alma no es oscura! ¡Mi alma es de fideos instantáneos! Aileen, conmovida, casi lloró.
Él incluso me susurró al oído en un momento: "No te comas el pastel de limón, tu cara de 'asco' es demasiado obvia". El manual de reglas improvisado estaba funcionando.
Al final de la cata, Aileen nos dio un abrazo. -¡Son la pareja perfecta! ¡Gracias por venir! Ahora sé que la boda va a ser hermosa.
Cuando Aileen se fue, Dax y yo nos quedamos en la pastelería, en un silencio tenso.
-¿Te das cuenta de lo que pasó? -dije, frotándome la frente-. No fue una cita, fue una audición.
Dax se rió, su risa era genuina esta vez
-Y lo hiciste muy bien, para ser tu primera vez. Pero tienes que controlar esa cara de pánico. Pareces una concursante de Miss Universo respondiendo a una pregunta sobre la paz mundial.
Me reí. -¿Acaso te parezco una Miss Universo?
-No -dijo, y me miró con una seriedad que me hizo temblar un poco-. Pareces mi novia