Felice$ para $iempre

Capítulo 28: El Álbum de Recuerdos Reales

La luz cálida en el parque temático era la cura para mi alma. Después de todo lo que habíamos dicho y confesado, sentía una libertad increíble. Despertamos entrelazados, y el aire entre nosotros ya no era de contrato, sino de certeza absoluta.

Hoy era nuestro día, solo nuestro: Darian, Lilo y yo. No éramos la pareja del escándalo; éramos solo una familia divirtiéndose.

Lilo corría por los senderos de piedra, con una bandana que Darian le había puesto. Yo reía, persiguiéndola, sintiendo la ligereza que la verdad me había devuelto.

—Darian, mira! ¡Lilo es Gryffindor! —exclamé, deteniéndome para darle un beso a mi perrita.

—No, mi amor . Lilo es una digna Slytherin —me recordó él, abrazándome por detrás. Su tacto era posesivo y protector, el único contrato que necesitaba.

Hicimos la fila para la montaña rusa. Justo antes de que el carro despegara, me di cuenta de que él estaba mirando la cámara con una sonrisa forzada.

—¡Sonríe para ti, Darian! —le dije, gritando por encima de la música.

Cuando el carro se disparó, me aferré a él, el grito en mi garganta era de pura euforia.

Cuando vi la foto de la atracción, mi corazón dio un vuelco. Darian no estaba mirando a la cámara; me estaba mirando a mí, con una sonrisa desarmada, una sonrisa que era solo mía.

Los besos llegaban sin aviso, rompiendo toda regla de "solo en público y por guion"
. En un momento, él se inclinó para darme un beso rápido, pero se convirtió en algo más largo. Me besó con la intensidad de un hombre que había recuperado la propiedad de su alma.

Luego, me robó un beso con el sabor dulce de la espuma de la Cerveza de Mantequilla en mis labios. Más tarde, justo frente al imponente castillo, me atrajo por la cintura.

Aquel beso fue una declaración. Sentí su lengua pidiéndome permiso, y le respondí con la misma pasión. Era amor real.

Nos sentamos a descansar en un banco, bajo la sombra. Darian sacó su teléfono, ya no como una herramienta de trabajo, sino como la de un pintor capturando su musa.

No eran posadas; eran momentos robados. Reímos mientras me fotografiaba haciendo una mueca ridícula con un algodón de azúcar gigante.

Mi corazón se enterneció al ver una captura de Lilo, durmiendo exhausta a mis pies, completamente a salvo. Pero la foto que me detuvo el aliento fue la última: él y yo, yo con mi túnica Gryffindor y él con la oscura de Slytherin. Vestidos de forma opuesta, simbolizando el conflicto y el engaño, pero unidos, tan cerca, que esa distancia ya no importaba.

Al desplazar la galería, sentí un nudo en la garganta. Todas nuestras fotos anteriores, las que tomamos para el contrato, eran falsas.

—Mira, Darian. En todas nuestras fotos anteriores, estábamos fingiendo —mi voz se quebró ligeramente al decirlo— Aquí, en estas, somos nosotros. Somos una familia.

Él tomó mi mano y la besó suavemente, sus ojos fijos en los míos.

—Somos una familia, Kara. Y este álbum será la primera página de nuestra historia real. Ya no hay más "Felices para Siempre"




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