Con pesadez apenas logré abrir un poco mis ojos y un gran rayo de sol me deslumbró. Abrí un poco más mis ojos y me encontré con Peé frente a mí mirándome fijamente
-¡Aaaaaaaah!- solté un chillido de susto
-¡Aaaaaaaaaah!- Peé gritó respondiendo mi grito
-¿Qué estás haciendo?- pregunté incorporándome de la cama
-Nada
-¿Entonces que hacías frente a mí?
-Te estaba mirando dormir…
-¿Y por qué razón lo hiciste?
-No lo sé… quería mirarte- me sonrió
Me levanté de la cama con un gran dolor de espalda
-¿Cómo puedes dormir en esto Peé?
-Ya me acostumbré… sabes hoy pensé que te mostraré tu reino, ¿quieres conocerlo?
-Claro me gustaría…
Los dos comimos algo y después del desayuno bajamos de su casa hacia el bosque solitario. Caminamos entre tierra, árboles y plantas hasta llegar a una colina. Frente a ella un gran reino se alzaba casi a la par de las nubes.
-¿Es ahí?- pregunté sorprendida
-Así es… vamos
Me quedé parada en silencio frente aquel paisaje
-¿Qué pasa?, vamos…
-Tengo miedo…
-¿Miedo de qué, Felicity?
-De no ser lo que todos esperan.
-¿Y qué es lo que todos esperan?
-No lo sé… alguien como ellos, alguien normal.
-Cada quien es diferente a su manera, dame tu mano no te soltaré.
Me tomó de la mano y caminamos por el camino que llevaba a la enorme puerta de piedra del reino.
Al entrar pudimos ver a todos los habitantes del lugar, personas pálidas con ojos profundos, pequeños niños delgados corriendo tras una pelota fabricada de cuero.
Hombres arrugados y canosos, detrás de ellos arreaban a varias vacas y alguna que otra borrega, grandes hombres musculosos y con armaduras doradas paseaban en grandes caballos pura sangre de todos los colores.
-¡Peé!- un pequeño grupo de niños corrieron emocionados hasta Peé y le dieron un gran abrazo
-Hola niños, cuánto tiempo sin verlos…
-¿Quién es tu amiga?
-Ella es la princesa de Andarg
-¿La princesa?- los niños se quedaron viéndome boquiabiertos
-Hola… - contesté apenada
-¡MAMÁ!!- todos ellos corrieron a sus casas en busca de sus madres
-Bien, ahora vamos- dijo sonriendo Peé
-Creí que habíamos dicho que íbamos a ser discretos y no le diríamos a nadie quién soy…
-Son solo niños, nadie les creerá
Seguimos caminando por aquel piso lodoso debido a la lluvia y al frío que se sentía en aquel lugar. Detrás de nosotros comenzamos a escuchar un gran alboroto.
"La princesa ha vuelto", “Se cumplió la leyenda", “La reina sintió su llegada", “Por ello no se ha quitado la luna", “¿Será cierto?
Vimos caminar hacia nosotros a un grupo de gente llenas de curiosidad y de alegría.
-Peé- dijo una mujer regordeta y con cachetes rosados acercándose a nosotros
-Señora Wilkens, ¿Qué pasa?
-¿Quién es tu amiga?
-Ella es… ¿Felicity?...
La mujer se quedó mirándome de arriba abajo, sus ojos se detuvieron ante los míos y por un momento nos quedamos viendo fijamente.
-Es ella, ¡Es la princesa!- gritó con gran alegría en su voz
-Pronto fueron acercándose cada vez más y más curiosos los cuales entre susurros decían
"Es idéntica", “Tiene los mismos ojos", “Hay que avisarle al rey"
-Discúlpenos pero tenemos que irnos…-contestó Peé preocupado
-“Su majestad, que bueno que ha vuelto”- Se escuchaba por todos lados y las manos comenzaban a tocarme
Durante unos minutos el tiempo me pareció tan corto, había gente llorando, gente gritando de alegría, gente aplaudiendo. Fue como si el tiempo corriera en cámara lenta, una sensación en mi pecho me hizo formar un nudo en mi garganta.
Estaba emocionada o feliz… quizás eran ambas.
-¿Qué está ocurriendo aquí? – un hombre montado en un caballo blanco se situó frente a la escena.
Todos nos quedamos callados mirando a aquel caballero.
-Es la princesa- contestó finalmente una mujer con un brillo especial en sus ojos
Aquel hombre se quedó mirándome de pies a cabeza hasta terminar en mis ojos. Su expresión pasó de incredulidad a asombro.
-"No puede ser"- susurró
-¡Guardias!- gritó
Un grupo de hombres armados se acercó hacia él montados en enormes caballos, aquel hombre les susurró algo y todos salieron corriendo en sus caballos.
Editado: 19.07.2021