Feliz Aniversario

Primer Aniversario

07 de Marzo del 2022

Casa Rich. E.E.U.U

 

      —Wao.

       Cuando Amelia bajó por las escaleras, Jonathan no pudo quitarle los ojos de encima. Estaba bellísima. El vestido se le ceñía en las partes justas, manteniendo un aire juvenil y no tan sobrio, y el color resaltaba el tono cobrizo de su cabello. Nada de pelucas, eso ya lo había dejado atrás.

      Cuando llegó junto a Jonathan, él no tardó un segundo para envolverla entre sus brazos y plantarle un beso en los labios que la hizo tambalearse.

      —Oye –ella se alejó un poco, colocándole las manos en el pecho—, los invitados están a punto de llegar.

      —Entonces déjame aprovechar.

      Jonathan volvió a besarla, colocando una mano en su mejilla y la otra en su cintura. Ella se dejó llevar, y se detuvieron solo cuando los golpeteos en la ventana los hicieron mirar, entonces se dieron cuenta de las primeras gotas de lluvia que empezaban a caer.

      —Es perfecto –suspiró Amelia mirando por la ventana.

      —Y tanto —claro que Jonathan no miraba precisamente a la lluvia—. ¿Te confirmaron todos los invitados?

      —Casi.

      —Déjame adivinar –Jonathan fingió pensárselo un momento—. ¿043?

      —Es una mujer de pocas palabras –Amelia se encogió de hombros—. Todos los demás están confirmados. Calem y Helen han de llegar pronto. La familia real voló ayer y se hospedaron en un hotel.

      —¿Toda la familia? –ella asintió—. Es decir que la versión de Julia y Nícolas IV que llegará es la de los cincuentones.

      —Exacto. Y hay que dar las gracias de que no sea su versión veinteañera, de lo contrario se pasarían toda la noche metiéndose mano en el sofá, pero deben venir del último libro para que Adara y Nícolas V puedan venir.

      —¿Y Juliette y Esteban?

      —Pues también son parte de la historia. Tendremos a todos los Presbot con nosotros.

      —Alucinante. ¿Y el virgen?

      —¡No lo llames así!

      Jonathan se refería a Andrew. Lo habían conocido siendo un virgen a sus veintitantos años, y luego de que conociera a Ivonne, terminó siendo un dominante del BDSM.

      —Bueno.

      —Sí, vendrán.

      —¿Y el arquitecto?

      Konrad ya se había graduado y había empezado a encargarse de una pequeña parte de la compañía de su padre.

      —También, junto a Victoria, claro. Solo falta que 043 confirme, y no la veo muy por la labor de contestar las llamadas. Pero cuento con que llegue.

      —¿Por qué? Es capaz de matarte solo con girar un dedo.

      —Tal vez, pero yo estoy aliada con alguien más poderoso.

      —¿Ah sí?

      —Ajá. Lucix.

      —Ah –Jonathan sonrió—. Nuestra querida autora. Claro. Aunque ahora creo que se llama Estheisy.

      —Sí, pero en instagram sigue igual. Lucix_escritora.

      —De acuerdo. Entonces, ¿qué te parece si mientras esperamos que nuestros invitados lleguen…? –en ese momento, el timbre sonó—. Rayos.

      Jonathan apoyó su frente en el pecho de Amelia mientras ella reía por lo bajo.

      —Ya empezaron a llegar, vamos.

      Lo tomó de la mano y juntos fueron a abrir la puerta.

      Con quienes se encontraron, fue con Calem y Helen, que sonreían de oreja a oreja. Calem tenía a su novia agarrada por la cintura, pero en cuanto Amelia abrió los brazos, Helen se envolvió con ella en un abrazo. Calem y Jonathan decidieron estrecharse las manos.

      —¿Cómo van los negocios? –preguntó Jonathan.

      —Tan bien como pueden ir –dijo Calem.

      Luego Amelia saludó a Calem y Jonathan a Helen. No hacía falta presentar a nadie.

      —Por favor, pasen –sonrió Amelia llevándolos al interior.

      Se dirigieron a una mesa ubicada en el centro de la habitación, sobre la que estaba todo lo que necesitarían esa noche. Amelia y Jonathan tenían unos broches que decían “Anfitriones” y debajo “Nacimos primero”. Amelia le entregó a Calem y a Helen sus propios broches que decían: “el segundo nunca se atrevió tanto”.

      Calem rió al notar el rubor que se le subió a Helen en las mejillas y le dio un pequeño beso en el cuello antes de ayudarla a ponerse el broche sobre el vestido.

      El timbre volvió a sonar, y Amelia y Jonathan se alejaron, no sin antes indicarles a sus invitados en donde se encontraban los bocadillos y las bebidas.

      —Helen, tu brandy está en la despensa –dijo Amelia mientras se alejaba.

      —¿Quién crees que sea? –preguntó Jonathan.

      —Estoy entre la familia real y la pareja bedesemera.

      —Creo que será la familia.

      Y, en efecto, cuando abrieron la puerta, se encontraron con las sonrisas de los Presbot. Toda la familia estaba allí.

      —¡Llegaron! –Amelia no se molestó en hacer ninguna reverencia, y a los primeros que abrazó fue a los reyes, luego a Esteban, al príncipe Nícolas y a su esposa, y por último a la princesa Juliette—. ¡Qué alegría que estén aquí! Pasen.

      Todos entraron en tropel mientras Jonathan se apresuraba a estrechar manos. Por mucho que hubiese estado en distintos eventos, se daba cuenta de que nada se comparaba a una reunión con las creaciones de su autora.

      Una vez llegaron todos al salón, Amelia y Jonathan se apresuraron a trabajar con los broches. Los reyes eran los terceros, pero el príncipe era el séptimo, y si bien Esteban ya llevaba tres libros compartiendo con los reyes, no tenía historia propia, así que no se le podía asignar un número, lo mismo para Juliette, así que la cosas se complicaron un poco al repartir los números y Esteban y Juliette se quedaron sin un broche, algo que a Amelia no le sentó muy bien. Se había cuidado de cubrir todos los puntos importantes y se había olvidado de ese.

      —De verdad que lo lamento muchísimo –se disculpó con Juliette.



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En el texto hay: humor, familia, amistad amor

Editado: 13.09.2023

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