Era un maquillaje, el conjunto de capas que cubrían su verdadero ser.
Una identidad que creó y terminó por consumirla.
¿Quién era en realidad? ¿Por qué no expresó lo que sentía? ¿Por qué no confesó sus acciones?
Son el tipo de preguntas a las que nunca se les hallará respuesta.
Unos cuantos aprendieron a amarla así.
Supieron cómo ir descubriéndola.
Y un par entendió las causas que la llevaron a su final.
Fueron lentos.
Se dieron cuenta cuando estaba siendo depositada a tres metros bajo tierra.