Ha sido encasillada un sinnúmero de ocasiones, humillada por detalles superficiales, por impresiones sin fundamento.
Le otorgaron un prototipo acorde a su vestimenta.
Otro cuando descubrieron sus pasatiempos.
Ni hablas de las veces que fue catalogada por personificar dibujos.
No se calla, no la conocen.
No se permiten ver quien es en realidad.
Es juzgada, etiquetada y cuantificada.
Es una más en el radar.