"Estas seguro?"
Matthew
Miro los rayos de luz entrar por la ventana y suspiró, Jo se remueve y la observo, ella suspira.
Aprovecho para acomodar un mechón de cabello tras su oreja, acaricio su mejilla, me giro para verla mejor, se ve tan en paz como si en este momento todo estuviera bien.
Y lo que más duele es que al despertar, todo será distinto, acaricio su mejilla culpándome por no poder ayudarla, sintiendo que falle una vez más, que le falle.
Por un instante el estar aquí es una locura, el estar abrazándola, el pasar la noche con ella, puede acarrear muchos problemas.
Respiro ante el hecho de que es mejor que salga ahora.
La observo y todo lo que pensé, todo los demás pasa a segundo plano.
Nos quedamos así por un tiempo, ella mirándome mientras yo acaricio su mejilla.
Luego de no sé si minutos o horas, las chicas vinieron a la habitación, muy a mi pesar salí de ahí, supe que Patrick me buscaba y los chicos hicieron creer que estaba preparando todo para el funeral.
No es lo mejor que el primer ministro se entere que el consejero durmió abrazado a la princesa, la cual está comprometida
Me paso el resto del día preparando todo, por lo que se, los chicos se turnan para acompañar a Jo.
Me aseguro que este todo y me dirijo a su habitación.
Golpeo levemente, la puerta se abre y Esteban me sonríe, por un instante me quedo enmudecido
Respiro y entro, ella está parada pintando, por un instante recuerdo nuestra adolescencia, mientras ella pintaba y yo leía a su lado, más bien la observaba, su rostro al pintar es precioso, más que siempre.
Vuelvo al presente y me acerco, por un instante dudo que hacer, pero ya es tarde, estamos en su habitación solos.
Envuelvo mis brazos a su cuerpo, ella se sobresalta, pero suspira, mi barbilla va a su hombro, su cuerpo se apoya más en el mío, recuesta su cabeza en mi hombro, no hablamos.
Miro la pintura y es Bob, sonrío ante el parecido entre ambos, en verdad tiene talento.
Extrañaba tanto tenerla en mis brazos
Porque me doy cuenta de que ella piensa que las reglas son más importantes para mí y eso es mi culpa, llevo mis manos a su rostro y acaricio con mis pulgares
Esa noche la abrazo nuevamente, ella se duerme entre mis brazos y en ese momento una vida así no parece locura, en este instante no veo lo imposible.
Pero la parte racional me saca de esa utopía, porque mañana al salir de aquí, todo volverá a la realidad.
La mañana llego, salí cuando las chicas vinieron a ayudar a Jo a vestirse, un simple beso en su frente fue mi despedida.
Las horas pasan y todo está listo, espero fuera de la capilla, ella se acerca con su vestido negro, del brazo de Emma, los demás están dentro.