CAPÍTULO 00

-¡Arriba enana!- grita su hermano desde la primera planta.- ¡Se nos hará tarde!

Olivia suspira pesadamente mientras con pocas ganas se levanta de la cama yendo directo a darse una larga ducha. Ese día era la cosecha, para la pelirroja sería la cuarta vez que su nombre se encontraba dentro de la urna; tenía miedo que en cualquier momento ella fuera cosechada pero su hermano siempre le aseguraba que eso jamás pasaría, aunque ambos sabían que era más para mantener la calma.

Al salir del baño, sacó el vestido que estaba dentro de su armario, era un vestido blanco con flores rojas, Alec le había pedido a Magnus que diseñadora un vestido para Olivia, dejando en claro que no fuera algo extravagante pero que resaltará su cabello rojizo, el chico aceptó con gusto al pedido, cuando Alec lo miró por primera vez, supo de inmediato que a Olivia le encantaría.

Y no se equivocó, Olivia estaba enamorada del vestido. Terminó de vestirse y arreglar su cabello; al bajar Alec la miró haciendo que en sus labios se posará una sonrisa de felicidad; después de desayunar, ambos fueron hasta la plaza.

-Odio los juegos.- musita por la bajo.

-De acuerdo, ya sabes lo que tienes que hacer.- le dice Alec con una expresión seria pero su tono era sereno.

-Alec, ¿Y si...?

-Eso no va a pasar.- la interrumpe tomándola de los hombros.- Ten lo por seguro. Verás que la cosecha será rápida y regresaremos a casa, haremos una chocolatada, molestaremos a Haymitch. Todo va a estar bien.

-Chocolatada con malvaviscos.- dice Olivia con una sonrisa divertida contagiando a su hermano.

-Así es.- asiente Alec pero su expresión se vuelve seria nuevamente al ver cuatro agentes de la paz yendo a dirección de ellos.- Debo irme Ivy, recuerdas la señal ¿no?- inquiere, Olivia asiente haciendo como si pasará un mechón detrás de su cabello, cuando Alec tuvo que ir a los juegos tuvo que inventarse para hacerle saber a su hermana que estaba bien, después de ellos se volvió una tradición para ellos, Alec la abraza dejando un beso en el cabello.

Olivia mira como su hermano era escoltado por los cuatro agentes, la pelirroja hace cola para que le pincharan el dedo y registrarse con la sangre, después camina a donde estaba las chicas de su edad; desde que Alec se convirtió en vencedor, había perdido amistades y nadie le hablaba.

-¡Bienvenidos, Bienvenidos!- habla Effie Trinket desde el escenario.- ¡Felices juegos del hambre y que la suerte esté siempre de su lado! Como siempre... las damas van primero.- dice yendo a la urna, Alec miró a Olivia asintiendo levemente hacia ella.- La representante femenina del distrito 12 es... ¡Olivia Davis!

Las demás mujeres respiraron aliviadas de que sus nombres no hayan salido, pero no era el caso de Olivia, su corazón palpitaba con fuerza y sus ojos picaban a causa de las lágrimas que amenazaban con salir; Alec apretó los puños a sus costados sintiendo impotencia al ver a su pequeña hermana caminar con pasos pesados y lentos hasta llegar a lado de Effie, quien la mira con algo de pesar, ya que llevaba años conociéndola.

-¡Ahora el turno del varón!- repitiendo el mismo procedimiento, Effie sacó una papeleta.- ¡Luca Argent!- un chico delgado de diecisiete años subió la tribuna.- ¡Aquí nuestros tributos del Distrito 12!

-Todo va a salir bien.- le asegura Alec, Olivia rueda los ojos.

-Eso mismo dijiste, y mira.- susurra lo último, el azabache suspira pesadamente, le daba la razón a la joven, había dicho que no sería cosechada y allí estaban.

En el momento que escucho el nombre de Olivia y durante esas semanas la frustración había invadido el cuerpo de Alec, había hecho todo lo que pedía Snow para que al final su hermana, tuviera que pasar lo mismo que le tocó a él.

Alec no podía imaginarse una vida sin Olivia, estaba seguro que si a ella le llegaba a pasar algo, él prefería morir antes que vivir sin ella; desde la muerte de sus padres, Olivia era y sería el centro de su vida.