Fernar Shakd se alza sobre el risco con la fría brisa salina lamiendo su piel curtida. El mar sombrío ante él entona un cántico antiguo, un murmullo que hace latir su corazón con fuerza. A lo lejos, las montañas de nubes desembocan en la línea del horizonte, y la aldea duerme envuelta en el sueño de las leyendas.
Hace años, escuchó en la lumbre del fuego de la aldea el relato de las bestias del abismo, criaturas tan viejas como los dioses del agua. Desde entonces, una llama de inquietud arde en su interior. Con voz profunda piensa, "¿Qué secretos guardan las aguas que rodean nuestro mundo?"
En las noches más oscuras, Fernar canta versos para calmar el miedo que el mar le inspira:
En la calma de la ola duermen historias / tan viejas como el tiempo, / guardadas en el salado corazón del océano.
Es un guerrero, templado por el acero y la nieve, pero también poeta; lleva en las manos la fuerza de su espada y en la mirada la sed de conocimiento. Sabe que el llamado del mar suena más fuerte que nunca, anunciando que su destino lo reclama más allá del horizonte conocido.