El guerrero siente el peso de la experiencia sobre sus hombros. En el viento, aún se oye el eco del cantar de las bestias marinas, una canción que ya no es amenaza sino promesa. Con la gente reunida, Fernar entona un último poema:
"El final de un viaje no es sino un verso en la balada de la vida: / la mitad hemos escrito, la otra espera más allá del mar."
Y así, bajo el cielo encendido de la aurora, la historia de Fernar Shakd y las bestias del mar sombrío queda abierta al porvenir. Porque el mar, siempre fiel, guarda un nuevo canto para aquel que sepa oír.