Ffxv: El Protocolo de lo Absurdo Real, Temp 2.

Capítulo 2: — Protocolo: Amistad Mal Canalizado — Activado.

El campamento dormía bajo una quietud sospechosa.

Las brasas de la fogata chispeaban en su último aliento, y el ulular lejano de un bicho nocturno se detenía bruscamente, como si algo hubiera cambiado en el aire.

Dentro de la tienda de Noctis y Prompto, todo parecía normal. O casi.

Una manta cubría una gran caja envuelta en cintas azul cielo. Sobre ella, con cinta adhesiva y caligrafía apurada, se leía:

“NO ABRIR”
(subrayado dos veces).

Prompto roncaba suave, en posición fetal, abrazando su almohada como si aún soñara con su entrenamiento de bíceps. Noctis dormitaba bocabajo, medio kimono afuera del saco de dormir, con la cara enterrada en su manga.

Entonces, sucedió.

Brrr–mrrrk.
Un zumbido. Una vibración. Una onda apenas audible… pero intensa.

El lazo de la caja se elevó, levitando como si el aire dentro comenzara a hervir. Las cintas celestes se tensaron como cables mágicos, vibrando con un sonido musical que no pertenecía a este mundo. La manta cayó.

El peluche gigante Carbuncle —con su capa real y su gema roja brillando tenuemente— abrió los ojos.

No parpadeó.

Solo los abrió, como quien despierta con propósito… y sin apuro.

Un suspiro leve escapó de su hocico.
Luego, sin previo aviso, la gema roja emitió un destello pulsante, expandiéndose como una ola de energía invisible.

Noctis se despertó.

—¿Mmmh… qué...? —alcanzó a decir, antes de que el mundo se fracturara alrededor de él.

Prompto también se incorporó, pero ya era tarde.

El aire se onduló, como agua. La tienda tembló, pero no físicamente. Era una vibración del tejido mismo de la realidad.
Un rugido suave, como el de una criatura antigua, se mezcló con el sonido de un carillón infantil.

La gema roja giró.

Y de un momento a otro… la tienda desapareció.
ID10-A, que había estado oculto bajo la maleta, fue lanzado al aire por el shockwave mágico. El minidroide giró y aterrizó en la lona, sus sensores buscando desesperadamente las firmas de energía de sus objetivos. Solo encontró aire vacío y lavanda. El droide emitió un pitido agudo.
—Zzzit! (¿Otra vez?)
Antes de volver a su modo de registro silencioso, sintiéndose increíblemente solo en la quietud de la noche.

Interior — Lugar desconocido

Silencio.

Luego, un parpadeo de luces.

Y después, ellos.

Prompto y Noctis flotaban a pocos centímetros del suelo. Cayeron suavemente sobre una alfombra suave, decorada con patrones de estrellas, lunas y constelaciones chibi.

A su alrededor, un enorme espacio abovedado, como una cúpula celestial, flotaba suspendido en nada. No había paredes. No había puertas. Solo aire coloreado en tonos pastel, una iluminación cálida como una tarde de verano, y una atmósfera de calma... inquietante.

¿Dónde… estamos? —susurró Noctis, poniéndose en pie lentamente.

—No tengo idea —dijo Prompto, tocando el suelo como si esperara que desapareciera—. ¿Estamos… soñando?

Entonces, apareció el letrero.

Flotando en el aire, con letras doradas y decoración brillante, se leía:

Bienvenidos a la Sala de Contención Afectiva.

(Protocolo: Amistad Mal Canalizado — Activado)

Ambos retrocedieron un paso.

—¿Sala de… qué? —dijo Noctis.

—¿“Contención Afectiva”? ¿Eso suena… a terapia o a prisión? —añadió Prompto.

El letrero desapareció con un sonido de campanita.

Y en su lugar, surgió un portón de peluche gigante, cubierto de botones. Una especie de arco-nube se abría delante de ellos, y justo en el centro... estaba él.

Un ser pequeño. Unos 80cm de alto. Cuerpo redondo, orejas enormes, capa misteriosa cubriéndole la cara.
Flotaba. No tocaba el suelo.
Solo sus ojos —dos lucecitas brillantes bajo la capucha— los miraban con una mezcla de juicio y solemnidad.

—¿Un… Encapuchado Moguri? —murmuró Prompto.

—Esto se está yendo muy lejos —añadió Noctis, retrocediendo.

El Encapuchado flotó hacia adelante, lentamente.

Con voz grave, distorsionada, habló:

—Bienvenidos, Sujetos A y B. Han activado el regalo prohibido.
Ahora, deben ser evaluados.

—¿Evaluados? ¿Por qué? —dijo Prompto, levantando las manos.

—Por sobreexposición emocional no regulada —respondió el Encapuchado—. Y por flexiones inadecuadamente interpretadas.

Silencio.

Noctis y Prompto se miraron. Luego miraron al peluche. Luego entre ellos. Luego al cielo pastel.

—Estamos soñando, ¿verdad? —preguntó Noctis.

—Espero que sí —respondió Prompto, encogiéndose.

Un gong sonó en la distancia.

Y sin más, el piso bajo sus pies se iluminó… y desapareció.

Ambos cayeron en caída libre hacia lo que parecía una nueva prueba.

—¡Noooooooo! —gritó Prompto.

Caían.

Caían sin parar.

El vacío los envolvía con luces suaves, música instrumental de violines distorsionados y ocasionales “ping” de notificación emocional.

Prompto gritaba con los brazos agitando como aspas.
Noctis simplemente flotaba boca arriba, con expresión de resignación existencial.

—¡¡¡¿POR QUÉ TODO TIENE QUE SER MÁGICO Y EMOCIONAL?!!! —rugió Noctis, mientras pasaba flotando un cartel que decía:
“Bienvenido a la Zona de Reajuste Afectivo de Hermanidad™”.

De pronto, se detuvieron en seco. Nada de impacto. Solo... estaban de pie. Iluminados por una suave luz pastel, en un campo abierto de flores que susurraban palabras como “abrazo”, “confianza”, “valida tus emociones”.

Prompto se pegó a Noctis, como hermano menor que busca refugio.

—No me gusta esto.

—Yo tampoco.



#359 en Fanfic
#181 en Ciencia ficción

En el texto hay: comedia, amistad, juego

Editado: 25.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.