Ffxv: El Protocolo de lo Absurdo Real, Temp 2.

Capítulo 3: – Regreso a las prácticas, pero…

El resto del día fue, por alguna milagrosa razón, relativamente tranquilo.

Ignis tomó nota de todo lo ocurrido con una calma casi antinatural, mientras el Encapuchado Moguri se sentaba en el bosque, junto a su caja y murmurando “necesito vacaciones, kupo…”.
Gladio simplemente se fue a cazar algo para la cena, o a entrenar, o a evitar preguntas.

El sol descendía con lentitud, y el clima se volvió suave, tibio, como si Eos estuviera tomando un respiro después del caos.

—Deberíamos retomar nuestras prácticas físicas —dijo Ignis en voz media, anotando en su libreta con letra meticulosa—. La energía acumulada debe canalizarse de forma productiva, especialmente después de las recientes... exaltaciones afectivas.

—Sí, hace rato que no entrenamos —respondió Prompto, estirando los brazos con entusiasmo renovado—. ¡Y este cuerpo no se va a mantener solo!

—Estoy de acuerdo —murmuró Noctis, frotándose la nuca—. Y después de todo esto… me siento medio oxidado.

Ignis los miró con disimulado orgullo. O resignación. Era difícil decirlo.
Tienda de Noctis y Prompto.

Así que, sin más, Prompto y Noctis entraron en la tienda.

Y ahí comenzó la verdadera sesión.

—¡Hora de la lona oficial! —anunció Prompto, ya sin capa pero con los lentes de sol puestos—. ¡Música emocional no autorizada, puesta!

Noctis, sin hacer preguntas, conectó su celular al pequeño parlante portátil.

Sonó algo épico. Algo glorioso. Algo innecesariamente absurdo.

Prompto se acostó bocabajo en su lona, y flexionó el brazo izquierdo con toda la dignidad de un guerrero de portada de videojuego de los años 90.

—¡El músculo resurge como el fénix de la luz solar!

—¿Así vas a hablar toda la noche? —preguntó Noctis, dejando caer las “actas” que Ignis les había entregado.

—¡No interrumpas el momento! —respondió Prompto, sin dejar de flexionar el bíceps con orgullo.

Noctis rodó los ojos, se acercó, Se acostó a su lado, a la derecha de él.

Y con el mismo espíritu con el que se inspecciona un cristal mágico en ruinas, posó sus dedos sobre el bíceps tenso.

Apretó suavemente.

—…¿Desde cuándo esto está tan firme? —susurró.

—Desde que el sacrificio por la amistad alteró mi configuración genética, probablemente —dijo Prompto, exagerando el perfil como una estatua mitológica.

Noctis lo plapó, con gesto pensativo.

—¿Esto es… de verdad?

—¡Es 100% real, baby! ¡Y se siente! ¡Y se flexiona! ¡Y se agradece con fotos si es necesario!

—Ignis debería anotar esto.

—¡Ya lo hice! —gritó Ignis desde fuera de la tienda.

Ambos se congelaron.

Luego soltaron una risa.

Mientras el músculo seguía siendo apretado y flexionado, abrieron por fin las “actas de contención afectiva”.

Era un informe detallado de Ignis. Dividido por secciones, con títulos absurdamente formales como:

  • Reacción afectiva espontánea tipo fuego místico nivel 3.
  • Evaluación muscular post-sacrificio pateado.
  • Síntomas de magia emocional latente (ver pág. 7, anexo B).
  • Riesgo de sobredosis afectiva compartida (con emojis).

Noctis leyó un párrafo en voz alta.

—“La exposición al Objeto Número Uno ha inducido una mejora muscular no planificada, acompañada de actitudes teatrales impropias del sujeto Prompto Argentum, ahora conocido como Prompto El Plateado.”

—¡Me han ascendido oficialmente! —dijo Prompto con una reverencia.

—Hay una nota adicional —agregó Noctis, bajando la hoja.

—¿Qué dice?

—“Aconsejo monitoreo constante. En especial si continúa flexionando de forma ceremonial mientras otro lo observa en silencio. Peligro de desestabilización emocional sin retorno.”

Ambos se miraron.

Ambos se rieron.

Y sin decir más, continuaron con la sesión de entrenamiento más absurda, cómica y emocionalmente reconfortante en la historia reciente del campamento o de Eos.

Al final, Noctis se dejó caer sobre su saco de dormir.

Prompto suspiró, satisfecho.

—Buen entrenamiento.

—Sí. Buen músculo.

—Gracias.

—De nada.

Silencio.

Ambos estaban a punto de quedarse dormidos.

La tienda apenas se mecía con el viento.

Todo era paz.

Hasta que…

¡PUM!

La caja.

La caja del Peluche tembló violentamente, saltó en el aire por sí sola y se abrió de golpe con una ráfaga de luz azul.

De ella salió disparado el Peluche Carbuncle, levitando por primera vez con sus propias orejitas flotando como hélices.

Tenía una expresión de escándalo absoluto en su carita bordada.

¡¡TE PILLÉ!! —gritó con voz chillona que llenó la tienda—. ¡¡Así que este es el secreto!!

Prompto se sentó de golpe.

—¿Qué-

—¡¡La Señorita Lunafreya tenía algo de sospechas!! —dijo el peluche, girando como si fuese un detective celestial—. ¡¡Pero jamás imaginó que tú, Prompto Argentum, flexionaras! ¡¡Y tú, príncipe Noctis Lucis Caleum, lo palparas así…!!

Noctis, lívido.

—¡Es entrenamiento! ¡Con fines estrictamente... físicos!

Prompto se puso avergonzado.

—¡No tiene contexto esa frase!

Pero ya era tarde.

El peluche estaba flotando hacia la entrada de la tienda.

—¡Esto, debe saberse! ¡¡La Oráculo debe ser informada de la verdad oculta tras el secreto!! ¡¡Debo volar, kupo!! ¡¡EL DEBER ME LLAMA!!

¡NOOO! —gritaron los dos, lanzándose en vano para atraparlo.

—¡¡La amistad... será revelada!! —chilló el peluche mientras salía disparado como un cometa bordado—. ¡¡Con cada flexión no autorizada, se acerca el juicio!!
¡¡Kuuuuuuuuuuuppppooooo!!

Y se perdió entre las nubes.

Un silencio devastador.



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En el texto hay: comedia, amistad, juego

Editado: 25.10.2025

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