‘levanta la cara’ se recordó muchas veces al entrar a la estancia, ‘levanta la cara’ era lo que se repetía una y otra vez como una mantra ‘saca el pecho’ se erizo con un suspiro, su estómago dolía, se encogía en un doloroso nudo.
La respiración le fallaba un poco, sintió las miradas sobre él y trato de seguir recto, sin cruzar miradas, su traje le asfixiaba, sentía que se pegaba dolorosamente a su piel y sus manos sudaban ´se fuerte’ trato de controlarse.
—Teniente Uzumaki!—Le saludaron con respeto al saber quién era y el devolvió el saludo con un firme asentimiento.
Siguió adelante, viendo las muy curiosas miradas de alfas sobre él.
Sobre un omega militar…
‘se orgulloso, no flaquees’ camino con firmeza, siendo consiente del eco de sus pasos en esos pasillos que cada vez se hacían más estrechos, quizá se preguntarían que demonios hacia un omega ahí. En una base militar solo de alfas.
Naruto podría reírse de ello, pero no podía, estaba demasiado nervioso dejándose afectar por su lado omega como para burlarse cruelmente de esos alfas.
—Teniente Uzumaki— se acercó una menuda omega hacia él, era elegante y parecía fría— ella le espera...
Siguió los pasos de aquella mujer, le pico la nariz al olerla, era demasiado empalagoso, y el agradecía en esos momentos no tener olor, realmente era mejor de esa manera.
Llegaron a las afueras de unas grande puertas de roble, y entraron, Naruto cerró los ojos suspirando quedo, casi sin aliento, empujo las puertas sintiendo que su mundo iba a cambiar drásticamente.