Figlia Della Mafia

Prólogo

Entre tanto ajetreo, y ruido me encontraba alli yo, confundida y con bastante frio. 

No sabia quien era, o que hacia alli, solo senti el tacto de otro humano que me sujetaba en sus brazos. 

Emanaba ina calidez totalmente acogedora, y muy familiar, como algo que ya habia sentido durante bastante tiempo. Mis ojos pesaban, no podia abrirlos, que me impulsaban a querer gritar y llorar. 

—Mi niña, tranquila, mamá esta aquí contigo... N-no te dejare sola. 

Decia una dulce voz que trataba de calmarme entre todo ese ajetreo. 

—¡Señora esta usted sangrado!, aguante un poco mas, el señor Dave ya estara por llegar. 

Se unio una segunda voz al parecer preocupada. 

—Marie... Yo, y-yo dudo que aguante por mas tiempo, por favor, agarra a m-mi pequeña abigail, y corre muy, muy lejos de aqui. Prometeme que la cuidaras... P-por favor. 

Continuo diciendo la dulce voz ¿Que sucedia? ¿De que hablaban?, ¿Quien era abigail?. Todo se tornaba cada vez mas confuso, y lo peor de todo, es que debía confiar en lo que escuchaba sin poder observar nada. 

—¡Señora no puedo!, no puedo abandonarla aqui, yo pelearé por usted, no dejara a la joven señorita. 

Le contesto euforicamente la segunda voz que al parecer era conocida como Marie. 

—Marie, yo, S-solo quiero que ella sea feliz, de to-todas formas dudo sobrevivir a estos impacto de balas, e-estoy en mi límite... 

Decia la dulce voz mientras ma acariciaba. 

—Por favor no me olvi-olvides pequeña, yo soy tu mamá, tu ma-mami... Que bonita eres abigail, t-te pareces bastante a tu padre. 

Dijo entre sollozos la dulce voz que al parecer era mi madre. 

Ella deposito un suave beso en mi frente, y senti como era ahora cargada por otra persona, supongo que marie. 

—¡C-corre Marie!, corre. Y vela por ellos. 

Escuche gritar con toda la fuerza a mi madre. Y acto seguido todo el ruido que me molestaba se iba apagando de a poco, supongo que porque me alejaba. 

Aun con bastante incomodidades, seguia muy confundida. ¿Que estaba sucediendo?. No lo sé, ni siquiera sé porque nos alejabamos, ni adonde ibamos, ni por cuantos tiempos. 

—El señor Dave... 

Escuche susurrar a marie ¿Quien era el dichoso señor y porque su nombre me inspiraba desconfianza?. 

—Señorita abigail, aqui estaremos a salvo hasta que su padre llegue. Aguante un poco, sea fuerte, deve serlo porque es la hija de él. 

Esto me empezaba a preocupar, ypor alguna razón no pude contener las ganas de llorar. 

Marie trataba de caomarme y aunque yo quisiera no podia callar. 

Y quien sabe cuanto tiempo estuvimos las dos, hasta que alguien se asomo a donde estabamos. 

—¿Donde esta ella Marie?. 

Una fuerte, brusca, gruesa y varonil voz se hizo presente en el lugar. Tan solo escuchar esas palabras se veia lo imponente que era la presencia de esa persona. 

Tanto que hasta me hizo dejar de llorar. 

—¿Ella es?. 

Volvio a preguntar el sujeto. 

—La señora se quedo en la mansión... Uso toda su vida para defender a su hija, la señorita abigail es ella, se parece bastamte a usted y mire... Inclusive lo reconoce instintivamente como su padre, se ha calmado con su presencia.

Hablo marie entre sollozos y lagrimas tambien. 

—Maldición, siempre hace cosas innecesarias ella... 

Bufo el hombre. 

—Saquenla a ambas de aqui, no quiero ver una sirvienta que dejo morir a su señora y una niña debil que vivio pir suerte. 

Ordeno friamente el hombre. 

—Pero es su hija señor... Por favor, observela, es muy parecida a usted. La señora estaria revolcandose entre los muertos si lo escuchara a usted ahora. 

Dijo marie sin miedo a nada. 

—Descarada te has vuelto desde que serviste a ella, si no me haces falta, sabes lo que hare. 

Le dijo furiosamente el hombre que se supone era “mi padre”. 

Y vaya padre me habia tocado, un despiadado ser sin ninguna alma. 

No se donde fuimos pero yo seguia en los brazos de marie. 

—Señorita, seguro se asustó, no se preocupe, y estamos a salvo. Ese hombre de alli es Dave, tu querido padre, eres muy idéntica a el. 

Me hablaba con amabilidad marie. 

Para mi desgracia al parecer era parecida a ese desgraciado que ni siquiera queria ver a si hija. 

—Señor deberiamos ir al hospital, el parto fue muy repentino, faltaban aun algunas semana para los 9 meses, me preocupa que la señorita tenga algun problema. 

Dijo marie preocupada. 

—estara bien. De hecho, damela. 

Oderno bruscamente el hombre. 

Solo senti como nuevamente me cargaban en nuevos brazos. Y a pesar de que este hombre era frio y violento, sus brazos se sentía tan cálidos como los de mi madre. 

—Es horrible, no se parece a mi. Deberia matarte, para que le hagas compañia a esa tonta mujer que hizo todo por ti, un insecto defectuoso. 

Mde dijo friamente el hombre. 

Pero bueno ese hombre lastimosamente era “mi padre ”. 

Supongo que ambos estamos de acuerdo en que el odio es mutuo. 

Y por alguna extraña razón empecé a sentirme tan cansada... Que termine durmiendo. 

 

 

 

                     




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