Filo Rosso

Capítulo 4: Filmación.

Abro lentamente mis ojos y lo primero que veo al despertar es el techo teñido de rojo. Fijo mi mirada en el reloj despertador y me percato de que faltan veinte minutos para que suene. Me siento y frotó mis ojos con ambas manos. Bostezo y me quito las sabanas de encima, me levanto a regañadientes y me dirijo al cuarto de baño, una vez dentro removí mi pijama. Abrí el grifo de agua fría y deje que el agua recorriera todo mi cuerpo, dándome una ducha fresca.
Termine de ducharme y volví a mi habitación, el despertador comenzó a sonar justamente cuando estaba dentro de la habitación, desactive el sonido con una breve palmada y reí.

Cepille mi cabello rizado e intente darle forma con las manos. Abrí el armario y busque entre él un conjunto amigable para la filmación de hoy. De entre todas mis prendas escogí una blusa americana color gris oscuro, una falda blanca lisa y bailarinas. Me parecía un conjunto impecable y a su vez muy formal. 
Me vestí y me mire al espejo, coloqué un poco de maquillaje y recogí mi cabello en una media coleta con horquillas dejando dos rizos a los costados. Peine mi fleco y le Sonreí a la chica de ojos verdes que me miraba. Estaba perfecta.

Salí de mi habitación y cogí un Post-it en el cual escribí un recado a Becca.

Te recuerdo que hoy es la filmación, exactamente a las 9.00 am deseame suerte. Cuando termine juro que debemos ir a festejar y pasarlo mucho mejor que ayer. Te deje lista una sopa en el mostrador, solo tienes que ponerla en el microondas y listo.
Te quiero. 
Krysten.

Pegue la Post-it en la nevera y una sonrisa se delineó en mis labios. 
Cogí mi abrigo color negro y lo coloque sobre mis hombros. Baje por el ascensor hasta llegar al aparcamiento. Busqué con la mirada al Mercedes Benz de Becca ya que no pensaba irme en mi pequeño Escarabajo. Subí al auto y deje en el asiento de atrás mi abrigo, metí la llave en el contacto y puse en marcha el Mercedes Benz. Vincule mi móvil y empecé a reproducir mi playlist favorito. Música Rock and Roll. Me sentía animada y supe que este día no marcharía mal como lo pensaba.

Por mi mente surgió una imagen de Zack Andersson, con una estúpida sonrisa en sus labios, su cabello alborotado y sus penetrantes ojos grises burlándose de mi. Agradecía en mi mente que hoy sería el último día el cual lo tendría cara a cara y puede que quizá el último que cruce palabras con él. Si algún día me lo llegase a encontrar no me la pensaría en saludarlo, ese tipo no se merecía ni una pizca de mi educación ya que él por supuesto, no me había demostrado que fuese un caballero. Todo lo contrario. No entiendo el afán de los famosos de sentirse superiores a las demás personas.

Estacione el automóvil a tres calles del restaurante. Saque la llave del contacto y recogí mi bolso. Deje el abrigo ya que no lo sentía muy necesario.
Llegué al restaurante Italiano. El restaurante por fuera está tapizado por paredes rojas carmesí. En la parte de arriba posan las palabras "Italianni's" en un gris discreto. La puerta la acompaña un camarero que se asegura de que tengas reservada una mesa. Me acerco hasta él y le dedico media sonrisa. El imita mi gesto.

—¿Tiene reservación? —Me pregunta amablemente.

—Sí, más que nada vengo por la filmación del comercial.

El chico asiente y fija su vista en su libreta.

—¿Cuál es su nombre? —Pregunta con la mirada aún fija en su libreta.

—Krysten Ainsworth —Musitó.

—Sigame.

Le sigo por dentro del restaurante, el aroma a comida inunda a mi nariz y hace que ruga mi estómago. Tenía que desayunar esta mañana —pensé—. 
Se encuentra poca gente en el restaurante, aproximadamente cincuenta personas distribuidas en distintas mesas. El camarero me lleva hasta una mesa para dos personas saca la silla y me hace un gesto con la mirada para que me siente. Lo hago y me acomodo en la mesa, le sonrió al camarero, el me imita y se va por donde llego.

Me percato de que justamente detrás mío esta el enchufe que conecta a la enorme lámpara que esta por encima de la mesa de los protagonistas. Tengo que ser cuidadosa ya que un descuido podría costar muy caro, y lo que menos quiero en estos momentos es meterme en líos. Observo que la mesa de Zack y la otra chica están justamente a una mesa de la mía hacia la derecha. Doy una rápida mirada a la lámpara y suelto un suspiro entrecortado al ver lo enorme que es. Trago saliva nerviosa.

Mis oídos disfrutan de la música clásica en el restaurante y hacen que poco a poco mis nervios se disipen. 
Observo que Zack viene entrando con una chica agarrada a su brazo. Supongo que es la protagonista. Su cara me es familiar sin embargo soy malísima para recordar nombres.



#42727 en Novela romántica

En el texto hay: amor, arrogante, hilorojo

Editado: 04.01.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.