CASSIE KELLER
Fue difícil.
Más que difícil, doloroso.
El día mas esperado, se corono con un radiante sol cuyo calor no se filtraba en mi cuerpo
El servicio en la capilla fue breve pero hermoso, las notas de la marcha nupcial dieron inicio dos eventos conversos, Maddie deslumbraba de felicidad y Rob era el hombre mas afortunado del planeta, nadie podía debatir que los nuevos esposos no se amaban, estaba segura de que a a partir de ahora ambos vivirían como los cuentos de hadas en su propio castillo en lo alto de un risco y lleno de las risas de los niños que estarían por venir. En cambio, Miles y yo éramos el reflejo del sufrimiento en carne viva, el atractivamente ataviado como un modelo europeo lucia un semblante demacrado por la angustia y yo me sentía como un espíritu poseyendo un cuerpo que no aceptaba las ordenes de sonreír. De frente a la multitud de conocidos y sosteniendo el ramo entre mis manos, rogué a Dios por que el párroco un anciano con notables problemas visuales dejara de leer el mismo párrafo más de tres veces. Nadie más parecía darse cuenta de esto, contagiados por la nube rosa de felicidad.
¿Como se suponía que debía sentirme al saber que un hombre que trato de utilizarme como moneda de cambio en una venganza insinuaba amarme?
¿Y porque el recuerdo de su beso y su mirada al alejarme me hacían sentir completamente destrozada?
No sabia que sentir por Miles Sammers, pero nada bueno podía resultar de algo creado a partir de mentiras.
Una vez finalizo la ceremonia, fuimos conducidos hasta el salón de eventos, textiles rosas, marfil y dorado decoraban todas las áreas en un estilo desenfadado y elegante, enormes columnas griegas fueron dispuestas en varios segmentos en una mención al origen familiar de los Preston, las mismas vibraban con flores y ramilletes de romero, la comida era multicolor presentaba en paneles de cristal, una enorme lámpara del siglo XIV iluminaba la estancia, la mesa de los novios y familiares mas cercanos estaba ubicada en el centro del salón y de frente al escenario dejando un espacio que ejercía como pista de baile. Los invitados dotaron de algarabía el lugar con conversaciones, risas y algunos canticos desentonados ya producidos por el alcohol del buen vino.
Deseaba que el banquete terminara pronto, con el objetivo de retirarme antes del pastel, deseaba volver a casa de mis padres, facturar un boleto con destino el vuelo a Vancouver.
Necesitaba poner todo el espacio que pudiera entre Miles y yo, quien actualmente mantenía mi mano entre las suyas continuando con la farsa frente de mis padres y aprovechando cada oportunidad para ser mas encantador y caballeroso que de costumbre.
Me sentía ahogada por sus intentos amorosos e incomoda por el hecho de que el vestido que me pareció tan cómodo al principio estaba causándome un sarpullido.
Cuando nos acercamos a Maddie y a Rob para felicitarlos por su unión, dijo las frases correctas, incluyéndonos a ambos en un discurso de bendiciones para la recién casada pareja, abrace a mi hermana y el estrecho la mano de Rob.
Volvimos a nuestros puestos destinados para disfrutar de la música y ver a los bailarines enfilarse hacia el espacio en el centro del salón.
-¿Te gustaría bailar conmigo?-Pregunto
Sin mirarlo respondí
-No.
El suspiro y se dejo caer en la silla.
-Puedes mirarme- suplico
Continúe callada un buen rato, mordiendo mi lengua para evitar decir lo que en verdad quería.
-Esta bien, me alegro de que estés molestas conmigo- soltó de repente- se que me eh comportado desde el día en que te conocí como un imbécil, primero como un frio bastardo y después como un ridículo hombre ebrio, tienes el derecho a patearme y alejarte por que no mereces nada de lo que inconscientemente te hice.
- ¡Inconscientemente!, Miles , ¡me usaste!-chille
-¡Y tu a mi!- canturreo-la verdad sea dicha , nos utilizamos mutuamente y en el transcurso nos enamoramos.
-Yo no te amo- refunfuñe
¿No lo amo? ¿cierto?
En menos de 5 días no pude haber desarrollado ese sentimiento.
El rio inconforme.
- ¿Estas segura de eso?- desafió- si no me amaras nunca habías ido al club.
Quería golpearlo
- Eso solo muestra lo tonta que soy- entrecerré los ojos
-Cassie, ¿me gustaría saber que te paso?- pregunto- ¿Quien te lastimo tanto como para ser tan cínica con respecto al amor?
Una bofetada no calmaría las ganas de lastimarlo.
- Mi vida no te interesa.
- Lo hace, por que te amo y..
- Detente Miles, no quiero oírlo, no quiero escucharte decir que me amas por que no es verdad.
- No puedes calumniar mis sentimientos Cassidy Kellers
- Claro que puedo, Idiota- grite y poniendo de pie- por que el amor no existe para algunas personas- lo enfrente- soy perfectamente autosuficiente, no necesito a un hombre para ser feliz. ¡Entiendes Miles Sammers !