CASSIE KELLER
Como una baya en medio del mar que daba seguridad a los surfistas y pescadores, Miles ya se encontraba allí, había olvidado el impacto que me causaba verlo y como mi cuerpo reaccionaba a saberlo tan cerca de si.
Sintiéndose observado se giro y me miro.
Se puso en pie y me dio la impresión de que venía hacia mi, Para estrecharte en sus brazos como lo hizo el día que me beso, para mi desilusión se detuvo antes de dar siquiera dos pisadas, así que yo avance, me deslice en la silla frente a el y volvió a tomar su lugar, sus hombros y espalda en una rígida columna que pronunciaba su altura.
-Hola Cassie - su voz causo un cosquilleo en mi estomago.
¡Dios! extrañaba su voz.
Ese perfecto tono barítono, ronco y suave a la vez.
-Hola Miles
Al mencionar su nombre sonrió
-Esta hermosa
- Gracias- dije tímida
-¡El azul es tu color!- si pensé, el tono de sus ojos probablemente sea el único color que me quede bien.
Me uní a su sonrisa recordando que me dijo una vez algo similar solo que no en el mismo sentido.
- Por suerte, en mi armario hay mas prendas azules que rojas- bromee para romper el hielo
Funciono
Miles desplego una carcajada de dicha y pude ver a un hombre completamente diferente al arrogante ladrón de teléfonos, un hombre que me negué a ver.
- Cassie- comenzó - hable con Maddison y...
- Lo se, ella me conto todo, fue a visitarme en Vancouver.- comente
-Entiendo.- suspiro- me gustaría que lo escucharas de nuevo pero de mi parte.
Asentí, conteniendo en vilo mis emociones.
-Tenia 15 años cuando tuve la suerte de compartir un puesto en química con Maddison Keller-empezó- fui envidiado por el resto de los chicos de la clase por todo el semestre- una pequeña sonrisa surgió en sus labios al recordarlo- creí que era una broma cuando me invito a salir con sus amigos, yo no era precisamente popular, siendo sincero me parecía un poco a Oliver en ese momento.
-¿Oliver? ¿Tu asistente?
- Sobre eso, Oliver en realidad es mi medio hermano.- explico
-¡Oh!
-Salí con ella unas cuantas semanas, pretendía pedirle que fuera mi novia cuando la escuche hablando con una de sus amigas acerca de que no soportaba hablarme- Miles callo unos segundos pensando en lo siguiente que decir- me humille por ella, aun cuando sabia que no le agradaba fingí no haberla escuchado y le pregunte en pleno baile de invierno, pensé, que si lo hacia en publico no podría rechazarme.
Cerré los ojos, finalmente mi cerebro hizo clic con la conexión, recordaba ese baile de invierno, me moleste con mama porque quería ir y usar un vestido como el de Maddie, pero tenia 12 años y al escuchar la palabra NO hice pataleta.
- No continúes- suplique- se lo que paso.
-¿Ella dijo que fue una perra conmigo?
-Lo hizo- afirme- pero no esa noche, el día del baile hice una estúpida pataleta infantil porque quería asistir, era muy pequeña así que fingí dormir y cuando Maddie regreso me escabullí en su cuarto, sus amigas se quedarían en casa esa noche, iba a entrar cuando escuche las risas, ellas- lo mire- estaban riéndose y contando algo acerca del tonto chico que se arrastro en el baile por Maddie.
Miles se reclino hasta el respaldar de la silla, podía leer la vergüenza en su rostro claramente
-Pensé que habían roto mi corazón esa vez-concluyo- por eso quería vengarme, no olvido las cosas con facilidad, mi madre dice que puedo ser bastante rencoroso. - asevero, una media sonrisa toco sus labios- La verdad Cassie es que mi corazón no sintió mas que vergüenza e ira esa vez.
-¿Como lo sabes?
-Por que nunca le entregue mi corazón a tu hermana, ¡te lo di a ti!- inquirió- lo que sentí cuando te marchaste-sacudió la cabeza- lo que siento ahora que te tengo tan cerca y no puedo tocarte...
-¿Que puedes ver en mi Miles? no soy Afrodita o Helena de Troya, no hay nada verdaderamente especial en mi.
Miles estiro su brazo impulsándose hacia adelante y toco tiernamente un costado de mi rostro.
- Precisamente, por eso Te amo Cassidy Keller-dijo- Tu belleza es diferente al resto, eres poco convencional y perfecta para mi. Adoro tu cabello como el fuego sedoso y con aroma a Fresas silvestres, tu tez sonrosada con las nubes del atardecer y tus ojos, no podrías ni imaginar la cantidad de cosas que he pensado de ellos y como los veo en cada rincón cuando tu no estas.
Un nudo pesado se instalo en mi garganta. Una sensación electrificante me recorría de los pies a la cabeza, y el vuelo en mi estomago, serian las tan llamadas¿ "mariposas del amor"?
-Miles...
- No necesitas responder, tampoco contarme lo que te paso, solo quería que supieras la verdad, como me sentía y lo que siento por ti.