Nota inicial: Este cuento, como Universal Love, está escrito en español salvadoreño. Si notan algunas palabras o frases un tanto extrañas en los diálogos, es porque trato de imitar la forma de hablar salvadoreña. De igual manera, los errores en los mensajes de texto son intencionales.
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Fin de ciclo
By VBokthersa
Guías, informes, exámenes, tareas y más tareas. ¡Estaba realmente hasta el cuello de trabajos! La universidad lo ahogaba, lo sepultaba bajo cientos de páginas, libros, folletos, guías…
Gustavo solo deseaba salir de allí, de su habitación, ir al cibercafé y quedarse toda la tarde con Ángel; pero estaba consciente de que eso era imposible, principalmente porque hacía algunas tareas para ambos. Suspiró pesadamente y tomó su celular, estaba demasiado agobiado como para seguir complicándose con la estúpida guía de matemáticas. Abrió su Messenger y le envió un mensaje a Ángel, sabía que él estaba conectado, siempre lo estaba.
«Que ondas vos? como vas con tu parte?»
Mientras esperaba la respuesta, retomó su lápiz para intentar resolver aquel ejercicio especialmente difícil. Si no lo lograba esta vez, lo dejaría de lado. Aunque por la ansiedad del momento no paraba de revisar el celular, esperando una respuesta que demoró bastante en llegar.
«mal»
«no puedo dcir mucho»
«el ciber esta llenisimo»
Suspiró al recibir aquellos mensajes, dejó el celular a un lado y cerró los ojos un momento, sabía que si iba al cibercafé no lograrían terminar ninguna tarea, y realmente las necesitaban listas para la mañana siguiente, a primera hora.
«Esta bueno, vos hace lo que tengas que hacer»
«Ay nos reunimos en la noche»
«Te venis para terminar lo del programa y copiar la guía»
Dejó el celular a un lado, aún con la red social abierta y se le quedó viendo fijamente a aquel ejercicio indescifrable. De pronto, su mente comenzó a procesarlo todo y como si la misma Urania se hubiera posado en su hombro para susurrarle la respuesta, finalmente supo cómo resolverlo. ¡Sólo tenía que usar la tercera fórmula de la última tabla que le habían dado en clase! Tomó el lápiz y fue indetenible. Ni siquiera notó cuando Ángel respondió con un escueto «ok» desde el cibercafé. Estaba demasiado ocupado sintiéndose a la vez el hombre más idiota y el más inteligente del mundo.
*
El cibercafé cerró casi a las nueve de la noche, mucho más tarde de lo habitual. Era época de exámenes y trabajos finales en su facultad y todo el mundo traía la vida de cabeza. Ángel odiaba especialmente aquellas fechas. En el ciber siempre había más trabajo, personas estresadas yendo y viniendo, exigiendo ser atendidas a la brevedad posible, porque los trabajos eran para ayer y eso que se los dejaron hoy.
Todo el mundo quería bajar información, imprimir, fotocopiar documentos, trabajos, cuadernos… Realmente era una pesadilla para Ángel, quién tenía que padecer los caprichos de todos los clientes en silencio, tratando de comprender sus motivaciones y angustias; las cuales muchas veces no lograba comprender, pues le parecían nimiedades a comparación de sus propios problemas. Aun así, siempre recibía a las personas con su mejor expresión, casi en piloto automático.
Finalmente todo terminó cuando el último cliente se fue corriendo del cibercafé. El chico esperaba que el último microbús que podría llevarlo hasta su pueblo no lo hubiera dejado aún. Para esas alturas, ya pasaban las ocho y media de la noche.
Entre la rutina diaria de limpieza y cuidado de las computadoras se le fue el tiempo y cerró la puerta del cibercafé, por fuera y con doble llave, a cinco minutos de las nueve. Aún tenía oportunidad de tomar un bus a casa de Gustavo. Suspiró, cansado, y caminó con los hombros caídos bajo el peso de su mochila. Estaba frustrado, pues en toda la tarde no había logrado escribir ni una sola línea de su código, lo cual significaba desvelarse toda la noche hasta terminar el programa.