2

TACKER

13 AÑOS

Veo a mis compañeros como si fueran fantasmas, o quizás yo soy el fantasma.

Se supone que tengo que estar emocionado por empezar “un nuevo capítulo” en mi vida. Ya dejé la primaria y ahora, empezaré a definir lo que quiero hacer con mi futuro durante la secundaria.

Eso es lo que se supone que tiene que ocurrir.

No sé si vale la pena pensar en un futuro cuando nadie puede apostar que sí existe uno. No hablo de las guerras o de las teorías conspirativas, no las necesito. Hablo del dolor que he conocido en mi vida, hablo de todo lo que perdí sin oportunidad de luchar por ello.

Así que, me da igual tener trece porque es lo mismo. Sobrevivir para no estorbar.

Me recosté en el escritorio notando como algunos de mis compañeros me miraban con expresiones de burla o de asco. Ajá, les doy asco. Genial por mí, me dan asco también.

Nada llamó mi atención hasta que escuchó a Bethany reírse y decir: — ¡Lo siento, chica nueva! ¿De dónde vienes?

Elevo la mirada. Es una chica más del montón, cabello a los hombros marrón, tamaño promedio y ropa sin nada en especial como esa chaqueta brillante de Regina o las pulseras de colores de Bethany.

Ella habla y yo no escucho, hay muchas voces.

Bajo la mirada pero la vuelvo a subir cuando noto que se ha sentado frente a mí. Su cabello está un poco despeinado de atrás y la etiqueta de su camiseta se le sale por el cuello.

Emily se le acerca, sonriendo. —Hola, ¿Cómo dijiste que te llamas?

—Brandy —responde.

—Pues qué bueno que al fin hay una persona nueva en este lugar —Emily se inclina y sus ojos se encuentran con los míos, automáticamente frunce el ceño—. Mejor te juntas con nosotras, ¿sí? Deberías sentarte más al frente.

Desvío la mirada a la pared.

—Bueno, me gusta aquí, gracias de todas formas —responde ella.

—Claro —luego Emily da un paso y está más cerca—. Tack, Tack, ¿Quién es?

Bufo y no le respondo. Esa es una estúpida broma que han hecho por años, ya deberían superarlo.

— ¿Qué? —Brandy pregunta.

Emily suelta una carcajada. —Nada, es solo que… —toca su brazo y luego me señala—. Esa persona de ahí es Tacker, pero fingimos que no existe.

Brandy me mira de reojo y yo aprieto la mandíbula.

Emily se va rápido cuando Bethany la llama y se olvida totalmente de la chica nueva. Yo también debería olvidarme de ella pero me habla: — ¿Tacker?

Levanto el mentón. —Brandy —no es pregunta, escuché su nombre.

Ella se voltea del otro lado, para poder verme mejor pero darles la espalda a los demás. —Um, sí, hola.

Realmente no me interesa hablar con la nueva. —Sí.

Baja la mirada y observa mis manos, por un segundo consideré ocultarlas debajo del escritorio pero las dejo ahí. Mis manos son manos normales pero resulta que hace dos años hice algo y ahora tengo una cicatriz que parece una “X” en cada una.

— ¿Qué es eso de Tack, Tack? —pregunta, bajando la voz.

Suspiro. — ¿Por qué no te cambias de lugar? Será mejor que empieces a juntarte con ellas.

Es más como un consejo. Estar con ellas significa estar en el lado correcto de la clase, estar aquí significa la peste.

Se encoje de hombros. —No, prefiero atrás.

—Como quieras.

Brandy bajó la mirada pero no se movió, yo evité su rostro. Se inclinó para sacar el teléfono de su mochila y lo enciende, el fondo de pantalla captura mi atención de inmediato.

Es “Las Cuerdas Oscuras” una serie animada de otro país, en otro idioma, que casi nadie de por aquí conoce. En realidad, creo que solo yo conozco.

Y ella.

Veo que el teléfono se inclina y noto que en realidad, ella me lo está enseñando. Aclaro la garganta y respiro profundo. — ¿Tú ves eso?

Acerca el teléfono. — ¿Las Cuerdas Oscuras? Espera, ¿Conoces eso?

Doy una mirada rápida a los demás, no parecen interesado en lo que está pasando aquí. —Eh, sí, lo hago.

Brandy se inclina hacia mi escritorio. — ¿Ya viste el último episodio? Dicen que la van a cancelar pero no puede terminar así, ¿verdad?

Y fue así como Brandy Louise llegó a mi vida. Las Cuerdas Oscuras sí se canceló, dejó un final sin resolver y muchas preguntas. Fue casi irónico como la vida estaba advirtiéndonos lo que vendría.

Pero en ese momento, desde ese día supe que Brandy era todo menos ordinaria.