Final Fantasy Xv: El Protocolo de lo Absurdo Real, Temp 1.

Capítulo 3: – La Antesala del Juicio y el Umbral de la Aceptación.

Al final de todo, los dos grupos se dispersan. Noctis y Prompto siguen con la sensación de haber sido descubiertos, aunque en un modo casi inadvertido, por sus propios amigos. La tensión sigue presente, pero la interacción abre un nuevo capítulo en su relación.
—Entonces... ¿crees que todo esto será solo un mal sueño? —pregunta Prompto a Noctis, mientras ambos observan las estrellas que empiezan a desvanecerse.

Noctis solo suspira, dejando escapar una sonrisa tímida.
No... esto ya no tiene marcha atrás.

El Regreso a la Ruta.

22 julio 756. mañana.

A la mañana siguiente, después de que todos han hecho su desayuno y el campamento comienza a desmantelarse,
Prompto y Noctis caminan uno al lado del otro, evitando el contacto visual directo, pero el aire entre ellos es más cómodo que nunca. Los recuerdos de la noche anterior siguen presentes, pero ahora parecen ser un vínculo no verbal, algo que ya no necesita palabras para entenderse.

Gladio y Ignis, por otro lado, han decidido no abordar el tema por ahora, aunque no dejan de observar en silencio cómo Prompto y Noctis se comportan. Gladio tiene una sonrisa contenida, mientras que Ignis parece estar evaluando cada gesto, contemplando las implicaciones de lo ocurrido.

—Entonces...—Gladio finalmente se atreve a romper el silencio mientras todos suben al Regalia.
—¿Volveremos a ese tipo de entrenamiento, Prompto? —la broma de Gladio es ligera, pero Prompto responde con una risita nerviosa.
—S-Será mejor que nos concentremos en la misión por ahora... —contesta Prompto, algo avergonzado pero aliviado de que el tema no se profundice demasiado.

Noctis simplemente asiente, consciente de que la tensión ha disminuido, pero no desaparecido del todo. Ambos se sienten más cercanos de lo que alguna vez imaginaron, pero también están muy conscientes de que todo está a punto de cambiar otra vez.

El Rastro de la Tensión.

Mientras viajan por las rutas conocidas, el ambiente en el Regalia es algo distinto. Gladio y Ignis intercambian miradas de vez en cuando, mientras Prompto y Noctis mantienen una especie de pacto tácito de no hablar de lo sucedido. Sin embargo, a medida que la jornada avanza, el código no hablado entre ellos comienza a tomar forma, como un gesto o mirada fugaz que dice más que cualquier palabra.

Cuando el día comienza a llegar a su fin, el Regalia hace una parada en otro campamento, y mientras los demás se encargan de preparar la cena y el fuego, Prompto y Noctis se quedan cerca de la tienda, ambos mirando las estrellas.

—¿Sabes? —rompe Prompto el silencio, sin mirarlo directamente, pero notando que Noctis lo está observando de reojo.
—Esto... no se siente tan raro, ¿verdad? —dice con una sonrisa tímida.
—No... no tanto. —responde Noctis con una media sonrisa, casi aliviado de que todo siga adelante.

Gladio y Ignis, desde la distancia, observan la escena. Ignis levanta una ceja en señal de que algo ha cambiado entre ellos, pero no comenta nada. Gladio, por su parte, parece satisfecho de que haya habido algún tipo de avance, aunque se siente curioso por saber cómo se desarrollarán las cosas en el futuro.

Un Nuevo Desafío en el Horizonte.

Esa noche, mientras todos se acomodan para dormir, Noctis y Prompto se encuentran nuevamente frente a frente, sin palabras pero con una mirada compartida, un entendimiento tácito de que nada será igual, pero todo está por verse.

Al amanecer, el futuro se abre ante ellos, no solo como compañeros de viaje, sino como personas que se han descubierto en un nuevo nivel de confianza y complicidad.

Y mientras el viento sopla en la distancia, el viaje continúa. La misión está lejos de terminar, pero ahora, más que nunca, se enfrentan juntos a los desafíos por venir.

La noche caía lentamente sobre el campamento, y la tienda estaba en penumbra. Solo se oía el crujir del saco de dormir cuando Prompto o Noctis se movían. Prompto había dejado de flexionarse. Por primera vez en muchas noches, su brazo estaba completamente relajado, pero su mente no.

—¿Y si Gladio realmente nos vio...? —susurró Prompto, apenas audible, mientras miraba al techo de lona como si allí pudiese encontrar respuestas.

—No lo sé —respondió Noctis, dándose la vuelta para quedar de lado, mirándolo de reojo—. Pero Ignis lo sabe. O al menos... sospecha.

Un largo silencio los cubrió. El tipo de silencio que no necesita palabras para volverse denso.

—¿Y eso te molesta? —preguntó Prompto.
Que lo sepan ellos… no. Que tú te sientas mal por ello… sí. —respondió Noctis, su voz sonando menos segura, menos evasiva. Su preocupación era genuina.

——Porque a mí sí. Me sentí… expuesto. No por lo que pasó… sino por cómo me miraron después.

Prompto se cubrió la cara un segundo, luchando contra la inseguridad que regresaba como un puñal desde el pasado. La misma que lo había hecho dudar de seguir en el grupo. La misma que le decía que no merecía estar allí.

—Yo solo... quería sentirme más fuerte. No buscaba impresionar a nadie con esto. Solo… contigo se sentía… seguro hacerlo. No sé explicarlo. Pero ahora parece que todos me están viendo como un chiste.

Noctis se incorporó un poco, apoyado en un codo. No lo miró directamente.

No eres un chiste. Y aunque lo fueras, sería mi chiste favorito.

Prompto no pudo evitar sonreír, aunque bajó la mirada.

—Eso es tan tonto...

—Lo sé —dijo Noctis, acostándose otra vez. Esta vez, más cerca, girándose ligeramente hacia él, mostrando su apoyo.
—Pero... ¿qué hacemos ahora? —preguntó Prompto, inseguro otra vez.



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En el texto hay: comedia, amistad, final fantasy xv

Editado: 21.09.2025

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