Capítulo 1
Hace unos minutos, cuando el sol apenas se encontraba saliendo de entre las montañas, fue grande mi sorpresa, al notar que ya había un nuevo caballero listo para morir intentado salvarme.
Asomo mi rostro por la ventana para verle, un caballero con armadura, espada, escudo y… ¿eso es una hoja?
Al parecer este no es tan incompetente como los demás, siempre es lo mismo, llegan, corren y mueren. Pero este aun no entra. Es algo extraño.
-Espejo mío -digo mirándolo- muéstrame que es lo que sucede con ese caballero, por favor.
-Claro mi bella Luci, -responde al instante- le presento a este poco ordinario “caballero” que viene a buscar una salida y de paso justicia -Es algo normal que mi espejo use palabras clave para describir a cada caballero nuevo que llega, pero nunca había dicho algo tan raro como esto. Además no entiendo por qué dijo la palabra “caballero” de esa forma.
Instantes después, aparecen imágenes de lo que sucede fuera de la torre, para después mostrar imágenes de la batalla –hombre vs dragón-. Pero esta historia me la sé de memoria, así que opto por hacer algo más interesante que ver como muere alguien.
¡Pero esto no me lo esperaba! De un momento a otro se abre la puerta de mi habitación bruscamente… y la veo entrar.
No mentiré, quedé totalmente impresionada.
Sé que me pregunté miles de veces por qué no podía llegar una mujer a mi rescate, pero jamás creí que llegaría a suceder.
Al entrar, simplemente avienta su casco al suelo y comienza a hablar rápidamente, mientras se dirige hacia mí.
Mi cerebro logra percibir algunas de las palabras que salen de su boca, como “castillo”, “noche” y ¿“hadas”?, esto está algo raro, pero quizá si sus ojos ámbar no me hubiesen hechizado, yo entendería un poco más de lo que habla. Es tan perfecto el cómo combinan esos ojos con su cabello color castaño, ese hermoso cabello…
-Holaaaaa ¿Eres sorda o qué? -me grita fuerte y claro haciéndome saltar del susto. He quedado como una tonta, no sé qué decir o cómo reaccionar.
-¿Nos tendremos que casar? -le pregunto nerviosa y con cara de preocupación
-Ayyyy, ternuritaaa -dice con sarcasmo- me alagas linda, pero lamento decirle “alteza mía” que evidentemente no soy el hombre que esperabas te rescatara. Me presento, soy Lizeth y he venido a llevarte con mi jefe. Temporal claro. Que quede claro.
-¿Temporal? -le pregunto algo confundida
-Sí, temporal, ¿Además de sorda eres tonta o qué?
-¡No! ¡Pero lamento decirte que nada de lo que dices tiene sentido! -le digo ya con frustración y enojo.
-Es simple querida princesita. Tendré aquello que siempre quise simplemente por haber matado al dragón, y claro, entregarte sana y salva. -Todas sus palabras son serenas, apuradas pero distantes. Hay algo en ella que es muy extraño.
Recorre mi habitación lentamente tomando a su paso uno que otro objeto. Quisiera poder gritarle y reclamarle, pero la verdad es que ella me asusta demasiado, creo que ella podría matarme en cualquier momento.
Y parece que ella ha leído mi mente… me mira, saca un arma. Y todo se torna negro.
***
¡¿Qué demonios ha pasado?! Lo último que recuerdo es a esa chica, sacando un arma de su bolso.
Creo estar atrapada, no logro ver nada. Solo siento mi respiración agitada y mis manos topando con paredes que me someten por completo. Este lugar es algo… húmedo. Y hay demasiado movimiento aquí.
Hay momentos en los cuales logro escuchar voces de fuera, quisiera gritar para que alguien me rescate, pero tengo miedo de que algo peor me suceda.
No tengo ni una sola idea de a dónde es que nos dirigimos, pero aquí dentro, hace mucho calor. Hace un buen rato no escucho ni una sola voz más que la de ella cantando. Al no escuchar a nadie, decido correr el riesgo de hablarle.
-O-oye -le digo nerviosa y avergonzada por mi tartamudeo.
-¿Qué quieres? -me responde, pero demonios, no esperaba que enserio me respondiera. No planeé que decirle o que preguntar. Mi Lucia interior sale a la luz y no puedo evitarlo.
- ¿En dónde estoy? ¿Por qué no puedo ver nada?- hablo de manera rápida e intento parecer serena a pesar de estar temblando de miedo.
-Ahora mismo, su majestad real <,se encuentra dentro de una caja de madera; sin agua, sin comida, y con poco aire. Si quieres tener alguna de esas tres cosas pronto, tendrás que callarte ahora mismo, hasta estar a solas.
Segundos después escucho a personas hablar. No recuerdo cuando fue la última vez que escuche a tanta gente.
Sin darme cuenta, cae lágrima tras lágrima de mi rostro. Estoy llorando, estas que quizá sean las personas de mi reino, jamás las podré llegar a conocer.
Secando poco a poco la humedad de mi cara, percibo a aquellas voces saludando y charlando brevemente con ella. Lizeth. El nombre que mencionó antes de dispararme.