Capítulo 6
Siento una mirada puesta en mí y, al abrir los ojos ahí está el. Seré sincera, el hecho de que me estuviera viendo si me inquieta, pero al apurarse por voltear a ver su plato cuando lo descubrí, no podía verlo de alguna manera que no fuese con ternura.
Pestañeo un par de veces de manera lenta y fuerte para ver si así se me quita la sensación de pesadez en los parpados, y aunque el sueño no se va, al menos ya no veo borroso.
Hay un plato en la mesa muy parecido al que él tiene en las manos, es blanco y con un líquido verde dentro. Me enderezo lentamente y pienso algo para decir, pero él se me adelanta.
-Preparé algo de crema de brócoli, no es espectacular, pero espero que te guste. Supuse que aun tendrías hambre al despertar. -Todo esto lo dijo moviendo con su cuchara el contenido de su plato, intentó verme a los ojos, pero al ver que yo sostenía la mirada dirigía su vista al brócoli.
Ya no parece tener la misma seguridad que tenía al decirme hermosa.
Tengo mucho miedo de que algo me suceda aquí pero mi boca y mi estómago me piden a gritos que ya me coma esa crema. Decidida pero despacio, mis manos toman el cuenco de cerámica y comienzan a llevar cucharadas con comida a mi boca ya desesperada.
-Disculpa por no haberme presentado antes. Soy Marco, y tú no te preocupes por presentarte, yo sé bien quién eres -lo dijo con una risa muy leve al final, parece haber nostalgia en sus palabras, pero eso no evita que me cause un nudo en el estómago.
-Tu y yo no nos conocemos. -Hago una pequeña pausa y agrego: - Es imposible que sepas quién soy.
- ¿Y estás segura de eso?
-Yo…-Eso creo; no lo sé, ¿Por qué lo estoy dudando? Tengo 17 años, llevo encerrada en esa maldita torre desde los ocho, mis padres me encerraron ahí para… pues… Ahora que lo pienso no tengo recuerdos de mi vida antes de estar encerrada, en realidad tampoco recuerdo haber pasado tanto tiempo encerrada. Creo que mejor no diré nada al respecto. No puedo confiar en él, pero en mi si, ¿Verdad? - ¡Mejor dime de dónde me conoces! ¡Esto no tiene sentido!
Yo sé que el gritar no es lo mejor, pero mis nervios siempre me dominan.
- ¡ESTO NO TIENE SENTIDO!
- No creí que esto fuese a ser real, creí que era una broma muy elaborada y de mal gusto. -Estoy enserio demasiado confundida- Pero aquí estás. Eres real y, a la vez no. Siento que me explota por completo la cabeza.
- Ya somos dos. -Digo sin pensar.
- ¿Has visto a tus padres recientemente? -Me dice esto con otra emoción en su cara. Es… intriga.
- ¿Mis padres? -Hasta ahora no había pensado en eso, intento traer sus rostros a mi memoria, pero no lo logro.
- ¿No los recuerdas o sí? -Fijo la mirada en el y esta vez ninguno la aparta, parece ser que me compadece. Me hace sentir lastima de mi misma y no me agrada eso. No respondo verbalmente, pero con mi cabeza señalo que, en efecto, yo no los recuerdo.
Después de esto solo me queda bajar la mirada.
Dejo lentamente mi plato sobre la mesa mientras el comienza a hablar de nuevo.
-Allá afuera, ¿Tu huías de Lizeth, no es así?
Mierda, abro mis ojos enormemente por la sorpresa, siento como todo mi cuerpo comienza a sudar frio y escucho a mi corazón palpitando tan pero tan fuerte.
No entiendo quien es él, pero me arrepiento mucho de no haber aventado esos libros directo a su cara.