Finalmente Luci

Esa sonrisa

CAPITULO 11

Dios mío lo hice. Lo hice. ¡LO HICE! El dragón está muerto bajo mi cuerpo, sale demasiada sangre lentamente y estoy comenzando a sentir náuseas, sé que esto es difícil de ver, pero tengo que seguir con el plan, no puedo detenerme mucho tiempo a pensar en todo esto.

Bajo lento y con precaución para no resbalar con la sangre. Ella está viendo el piso y parece estar perdida por completo en su mente; ya estando en el piso me quito mi casco, ahora soy consciente del gran peso que aportaba a mi cabeza y me siento libre. Me acerco a Lucía con cautela para no asustarla y la tomo del hombro con cuidado, no quiero que me tema.

- ¿Estás bien? -No quería sonar así pero mi voz es temblorosa debido al miedo y asco por causa del asesinato al dragón. No creo poder superar esto, al menos no hasta despertar de nuevo.

Ella me mira rápidamente al escuchar mi voz y me observa de una manera extraña, no sé si en su rostro hay miedo, esperanza, desilusión o alegría ¿Es posible que alguien tenga tantas emociones en la cabeza a la vez? Porque si pudiera adivinar, creo que ella tiene todas las emociones existentes a flor de piel.

-Yo…yo te conozco. -Sus ojos son tan hermosos, tan grandes y obscuros, tenemos contacto visual y ella parece estar pesando sus palabras.

- ¿Qué?

-Discúlpame, soy una tonta ¿Estás bien? Debes estar muy cansado -Todas sus palabras son dirigidas a mi pero su mirada está solamente en el piso, parece nerviosa con mi presencia.

-No te preocupes -Verla y tenerla aquí frente a mí, hace que mi cuerpo se encienda en emociones, tenerla a mi lado y no solamente en recuerdos, es maravilloso. Tomo sus manos que juegan entre sí, e intento calmarla- Estoy bien, salgamos de aquí, anda. Nos espera un largo camino por delante.

Lo siguiente no me lo esperaba, suelta mis manos, me abraza y comienza a llorar en mi hombro. Quiero preguntarle qué es lo que sucede, si necesita algo, si hice algo mal y cómo puedo remediarlo; pero ninguna palabra sale de mi boca, no sé qué hacer. Pero ella, toma la palabra.

-Me salvaste. Al fin soy libre. Soy libre -Su voz lo único que causa en mi es sentir gran ternura y calidez- Me llamo Lucía por cierto, por si querías saberlo -me dice mientras suerve la nariz y se limpia las lágrimas alejando su rostro de mí.

-Yo soy Marco -le digo mientras sonrío y ella me responde con una sonrisa nerviosa. No me mira a los ojos por más de unos segundos, pero es suficiente para saber que ya estamos listos para irnos de este lugar. -Bueno su majestad, si me lo permite creo que ya es hora de partir -alargo mi mano ante ella con la palma hacia arriba mientras hago una reverencia. Sé que he de verme como un completo idiota, pero solo quiero hacerla sentir tranquila. Ella siempre ha sacado este lado de mí y ni si quiera lo sabe.

-Está bien pero no me digas así -otra pequeña sonrisita en sus labios cerrados- solo mírame, no luzco como una princesa para nada.

-Para mí, luces espectacular. -ella toma mi mano y comenzamos a caminar hacia las puertas ya abiertas. Sus mejillas tomaron un color carmesí con mis palabras, ahora solo intento no ilusionarme con nuestro tiempo juntos.

*****

Salimos del castillo y caminamos hacia el bosque que se encuentra enseguida. El cielo ya comienza a tornarse naranja dejando ver que pronto el sol se ocultará, pero no estoy preocupado, falta poco para llegar al refugio y sé que estaremos bien. Me preocupa más el hecho de que Lucía ha estado muy callada a mi lado y yo no sé qué decir para poder romper el hielo y, como si ella leyese mis pensamientos, toma la palabra una vez más.

- ¿Podrías decirme a dónde vamos?

-Por supuesto, en unos minutos más estaremos reunidos con mi hermana en nuestra humilde morada. -detengo mis palabras unos segundos para proseguir apenado- No tenemos mucho en nuestra casa, pero es suficiente, es agradable, lo prometo -volteo mi rostro para observarla y sonreír ante su mirada apenada. Es tan hermosa.

Ella no responde nada ante mis palabras y eso consigue ponerme nervioso ¿Será que ya le causé una mala impresión de mí? ¿Y si yo no le agrado? ¿Qué tal y…

-Es extraño ¿Sabes?

- ¿Qué? -me sorprende que hable de la nada una vez más, pero doy gracias a Dios de que sea ella quien inicia de nuevo la conversación.

-Creí que, si alguien me llegaba a salvar de esa torre algún día, sería para casarse conmigo inmediatamente y reclamar riquezas. -No sé qué decir a eso sinceramente, así que me quedo pasmado como un estúpido sin poder hablar- Perdona, no estoy insinuando nada, no digo que quiera casarme contigo -Auch- ¡No!, o sea, eres muy atractivo, es solo que…perdón, hablo sin pensar las cosas antes, en serio lo siento, no quería ofenderte ni nada por el estilo es solo que…

Comienzo a reír a carcajadas y ella me mira extrañada.

-Lo siento. Yo también estoy nervioso -Al fin hace contacto visual- Creí que todo esto sería más fácil, a decir verdad. Lucho contra un dragón y gano, pero no sé entablar una conversación decente con un ser humano. Vaya sorpresa.

Ella ríe manteniendo su mirada en mí, expresa simple calidez y entendimiento. Quisiera decir que yo ya he superado lo que siento por ella, pero sería una vil y enorme mentira de mi parte.



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En el texto hay: misterios, romance juvenil, lgbt

Editado: 09.08.2024

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