Finalmente Luci

Son libres

Capítulo 26

Mientras Lia camina por la orilla del bosque que se encuentra al lado del castillo, un plan creado con pocos días de estrategia se va llevando a cabo.

María prende fuego en una de las habitaciones del castillo, abre la ventana de esta misma y procede a salir para dejar que el fuego se propague, mientras tanto Linda y Grace hacen lo mismo con otras habitaciones. Betty una planta abajo deja el grifo abierto en las habitaciones de baño y pone el tapón en los lugares que evitan que el lugar se inunde.

Todas bajan a la cocina como si nada estuviese pasando y de pronto lo escuchan, uno de los guardias que se encuentra afuera, comienza a gritar.

- ¡Fuego! ¡Fuego! ¡Hay fuego en el castillo! -grita mientras entra a grandes pasos al castillo y las mira a ellas asustado.

- ¡No puede ser! -gritan ellas haciéndose las sorprendidas-

-Hay que decirle a alguien, pronto -dice Betty mirando al guardia

El sale disparado corriendo hacia el sótano para alertar a los demás, mientras tanto otros guardias de fuera se meten rápidamente pero ya es algo tarde, el agua va cayendo por las escaleras y esto les hará más difícil llegar hasta arriba. Necesitarán a todas las personas posibles, cada empleado, guardia, soldado y científico que se encuentre en el castillo.

Pronto todos los habitantes del castillo intentan caminar entre el agua para cerrar las llaves pero es difícil cerrar cadas una entre tantas habitaciones.

Lizeth escucha el alboroto que se genera afuera, muchos gritan y otros crean estruendo mientras el agua chapotea bajo sus pies. Este es su momento.

Se pone la capucha del suéter negro que le llevaron horas antes unas mucamas, se tapa el rostro lo más que puede y sale deprisa hacia las escaleras. Ve decenas de rostros subiendo mientras ella se dirige al lado contrario. Todos están lo suficientemente preocupados por el caos que no prestan atención a quién rayos camina hacia abajo.

Sabe que ir hacia el elevador es algo demasiado arriesgado, así que decide tomar otro camino. Hay una puerta secreta en la habitación de armas y ella la conoce bien, usaban esos túneles de pequeños para poder jugar a las escondidas. Así fue como un día descubrió que existía un sótano, y además de ello, una habitación que revelaba todos los secretos que ha mantenido bajo llave la reina.

Entra a la habitación y pone su mano encima de una mancha tan común como cualquier otra, la marca que ella y su hermano intentaron que fuera una señal invencible a los años. Bajo su mano la pared comenzó a brillar y abrió enseguida una puerta lo suficientemente grande para que ella apenas pudiese pasar sin agacharse.

Corrió de prisa porque sabía que el tiempo se agotaba, eran demasiadas personas las que intentaban acabar con el caos, no les tomaría demasiado tiempo a menos que el fuego se hubiese propagado lo suficiente, cosa que ella dudaba que fuese así.

Los túneles eran delgados, los escalones para bajar enormes, y a pesar de que ella fuese delgada, sentía una claustrofobia que le comprimía los pulmones. Por fin llegó a la habitación que quería, el sótano. Desde una mirilla puesta en la esquina de la habitación, se lograba ver todo lo que había dentro, los cuerpos inhertes, las computadoras y maquinas. Tenía que actuar rápido.

Abrió la puerta lentamente sersiorando que o hubiesen ruidos provenientes de alguien ahí. Nada, un silencio total que la impresionaba, ¿Cuántas capas de tierra y cemento habrían entre el sótano y el primer piso?

Pronto comenzó a teclear las coordenadas en las que ellos se encontraban tal y como lo habían acordado, sentados en el sofá platicando, tan tranquilos, en paz, y felices. Eso le ardía en el alma, aunque nunca fuese a aceptarlo, verlos juntos era algo desgarrador.

¿Será que ella puede ser feliz sin mí?

Apartó sus pensamientos con un movimiento de cabeza y siguió tecleando lo necesario para poder sacarlos de ahí. Un toque más y estarían fuera, pero llegó alguien.

-¿Qué es lo que haces?-dice Mark viendo su dedo a punto de tocar el último botón- no sabes lo que haces, en cuanto ella salga de ahí todos querrán matarla, esto lo hacemos por su bien.

-Tú no sabes nada. Lo único que quieres es revolcarte con mi padre, yo lo único que quiero es ser feliz con ella. Quieras o no.

Lizeth toca el botón sin decir algo más y lo logra, ellos están fuera, solo falta que despierten. Pero no puede arriesgarse a que los devuelvan a ese sitio, así que hace lo que cree es mejor para ellos.

Tira cada máquina que se encuentra cerca de ella, y mientras Mark la ve asombrado, reacciona y se dirige a ella con grandes pasos para detenerla, pero ella es más fuerte, ella había entrenado casi toda su vida, lista para el combate. Lo avienta y logra que caiga de bruces contra la pared, queda inconsciente y ella sigue su meta, destruye todo aparato que logra ver con excepción de las maquinas que miden los signos vitales de su hermano y Lucía.

- ¿Pero qué demonios has hecho? -le dice Lia aterrada

-Yo…-enmudece, esperaba no encontrarse con ella tan pronto

-Sabes que ella está condenada aquí. Lo mejor es que esté encerrada

- ¿Lo mejor para ella o para quién?



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En el texto hay: misterios, romance juvenil, lgbt

Editado: 09.08.2024

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