Capítulo 5

Cancion: Somebody Else-  The 1975

¿Alguna vez te has sentido tan fuera de lugar que solo piensas en cómo poder escapar?

La noche tiene el cielo despejado, las estrellas pueden verse en su totalidad si te concentras en buscarlas e ignoras las luces resplandecientes de la ciudad que suelen estar en su mayor intensidad a esta hora.

- Entonces ¿fue una total mierda?

Anie pregunta mientras sale de la cafetería con dos grandes vasos cubiertos con tapas aunque el pequeño agujero de esta deja salir una cantidad grande de humo demostrando lo caliente que deben estar contrastando con lo frío de esta noche,el chico que le ayudó en la puerta le sonríe pero mi amiga le hace un asentimiento con la cabeza y continúa como cortando cualquier oportunidad de charla entre los dos.

- Eso es poco a lo que fue ¿donde esta Katya?

Quiero seguir caminando por el borde peatonal de la calle pero Anie es casi un metro y setenta de mala cara, mientras me mira con un gesto de desaprobación, no se ha movido de la puerta de la cafetería estorbando para las personas que entran y salen.

-  ¿Ya vas a acabar esa porquería? Pensé que lo habías dejado

Aspiro la última calada que le puedo a mi cigarrillo y apagó lo que queda de este, guardó la colilla en el bolsillo del blazer hasta que encuentre un bote de basura, puedo joderme a mi pero nunca al medio ambiente, siento el humo entrar y llenarme hasta los pulmones es una sensación desagradable con un sabor amargo sin embargo me siento muchísimo mejor cada vez que lo hago, es como si el vacío en el que me he convertido se llenase con humo el problema es que al ser tan etéreo en un poco tiempo se desvanece y el vacío vuelve, aunque puede que valga la pena por esos segundos en los que puedo simular que nada a cambiado y yo estoy bien.

- Vamos estas molestado a los demás

Continuo hacia la tienda de antigüedades que está al lado de la cafetería como señal de que debemos seguir hacia el parque, sin embargo me mira como esperando que le responda.

- Lo deje, solo lo hice hoy porque llegue a mi límite

Le recibo mi vaso de té con leche antes de que empiece a regañarme porque está demasiado caliente y se está quemando mientras yo fumo o que al tener las dos manos ocupadas no ha podido probar su capuccino.

- Aún no entiendo porque cambiaste del café al té, tu quien no podía vivir sin café

No puedo vivir sin café, es como un elixir de vida con un sabor exquisito sin embargo el día en que él me dejó mis padres para hacerme salir del shock en el que me encontraba me prepararon un café sin azúcar como acostumbraba a tomarlo pero no pude pasar ni el primer sorbo, en el momento en que el café entró en contacto con mi boca sentí su sabor pude revivir todas esas tardes en las que charlábamos mientras tomábamos café, sus besos que desde los más dulces e inocentes hasta los más pasionales tenían siempre un pequeño toque de sabor a café, desde esa tarde se me hizo imposible tomar café solo el aroma me transportaba a un lugar donde él aún me amaba y no se había marchado, un lugar que ya no existía. Es terrible sentir como tu bebida favorita se vuelve en aquella que no puedes volver a probar, él se llevó muchas cosas, mis sabores favoritos mis canciones favoritas hasta mis costumbres favoritas, se llevó todo sin previo aviso ni permiso lo tomo todo como si al pertenecerle tuviese derecho de destruirlo.

- Nunca es tarde para probar nuevas cosas.

Continuamos caminando sin seguir hablando, se que Anie está demasiado ocupada tratando de hacer su capuccino menos cálido para poder beberlo sin sufrir alguna quemadura, si bien nadie sabe la verdadera razón por la que de un día a otro deje de beber Café siento que todos sospechan cosas que no deben estar tan alejadas de la realidad sin embargo no me creo capaz de explicárselo a alguien porque no estoy segura de que lo entiendan ni que me sienta como una estúpida al decirles que deje mi bebida favorita porque me recuerda a un chico que me dejó.

Miro a mi amiga que siempre sabe como vestirse o qué maquillaje usar para cada ocasión, es de ese tipo de chicas que son femeninas por naturaleza que el rosa les queda perfecto y les combina con todo, a las que las faldas siempre se le ven hechas a medida, las que suelen tener el cabello siempre bien peinado sin ninguna hebra fuera del moño que lleven puesto, son el tipo de chicas que siempre se ven bien y que envidio un poco por no poder ser igual.

- ¿Qué tanto me miras Chloe?

Pregunta mientras intenta tomar un poco del vaso aun humeante, parece que sigue demasiado caliente porque lo aparta rápidamente de su boca y hace gestos de dolor.

- No miraba nada en especial

Me siento mala persona por sentirme así frente a ella, Anie es una persona fantástica con un autoestima tan alto que le brota por lo poros, nunca he conocido a alguien con tan alta confianza en sí misma capaz de hacer que todo el mundo gire a mirarla cuando entra a una habitación con un brillo tan grande que es capaz de iluminar cualquier lugar con tan solo estar presente, me gustaría tener tan solo un poquito de eso asi seria capaz de superar las cosas más fácil.

- Entonces ¿muy mal?

Vuelve a preguntar con la esperanza de que le conteste esta vez sin embargo no lo haré , no si no está Katya, la historia no es nada buena y me molesta tener que recordarla para tener que repetirla de nuevo solo porque mi amiga no puede esperar.

- Sabes que no te dire hasta no estar con Katya no planeo volver a contarlo todo de nuevo

- En ese caso camina rápido

Empieza a dar largas zancadas con cada paso con gran apuro, voy tras ella con un poco menos de rapidez la verdad no tengo mucho afán de contar el peor primer día que he tenido en mi vida, me concentro en no perderla de vista ya que no se exactamente donde está nuestra amiga y estoy segura de que me mataría y mataría a Anie si llegase a perderme y tuviese que llamarla para saber donde encontrarlas. La silueta de Anie logra distinguirse entre todas las personas como si levitase o su energía fuese tan distinta que agrega brillo a los demás resalta por si sola como un destello de color en un panorama a blanco y negro.