Fine Glass Of Wine

FAVORS

Después de un viaje callado y a media hora de la ciudad, por fin uno de ellos se decidió a hablar – me gustaría preguntarte algo… o mas bien es consultarte algo… saber tu opinión…

  • Quieres contarme algo, ¿verdad? – dijo Dalia, al verlo divagar tanto en sus palabras.

Andru tenia la vista al frente mientras asentía con la cabeza – sí, quiero contarte algo y que me des una idea.

  • Ok… - Dalia volteo la mirada hacia la ventana y sonrió – sabes que no nos llevamos bien y corres el riesgo de que te de un mal consejo – se rio.
  • No lo creo – le dijo – no nos llevamos bien, pero se que eres una persona sensata. Al menos eso dicen todos.

Dalia volteo a verlo con una expresión de sorpresa – vaya, piensas muy bien de mi – le dio un ligero toque en el hombro.

  • La manera en la que nos conocimos no fue la mejor, pero tengo sentido común. Ahora escúchame… – le dijo Andru, aun con la mirada al frente.
  • Espera – Dalia levanto la mano – ¿por qué yo? ¿Acaso no tienes amigos con quienes hablar?

Por primera en todo el viaje, Andru volteo ligeramente su mirada y la retiro rápidamente – si tengo amigos. Una es la razón principal del problema, el otro es su hermano y la otra es la otra razón del problema – dijo de forma rápida – sin mencionar que mi otro nuevo amigo es la pareja de la otra parte.

Dalia conto son los dedos y sonrió – vaya, tienes cuatro amigos. Yo solo tengo dos – le dijo con un puchero – ok, ahora si cuéntame.

  • Bien. Mi mejor amiga desde la infancia se va a casar y le dije que yo le regalaría los aros. Ella me pidió que llevara a Aileen, las dos se llevan mal, para que se conozcan mejor y la ayude a escoger el vestido. Ahora Aileen no quiere ir porque dice que se llevan mal y solo terminaran discutiendo como siempre. Y ahora no se que hacer para que mi prometida y mi amiga no se lleven peor.

Dalia asintió con la cabeza – que complicado – dijo – Aileen parece buena persona, quizá tu amiga es la especial.

  • No lo sé, y tampoco tengo tiempo de averiguar cual de las dos es el problema.
  • Bueno, entonces deberías de buscar una persona que reemplace a Aileen y le diga a tu amiga sus disculpas. Solo que debes de asegurarte que Aileen solucione sus problemas más adelante.
  • Pensé en lo mismo, pero quien sería esa persona – dijo Andru, pensando.
  • Alguien que sea amiga de Aileen y que no tenga segundas intenciones. Alguien…
  • Como tu – le dijo Andru – tú puedes ayudarme.
  • No creo… - Dalia se negó moviendo la cabeza y las manos – Aileen debe de tener amigas…
  • No las tiene – le dijo.

Dalia se detuvo en su sitio – no te creo. Ella parece agradarles a muchas personas.

  • Les agrada a muchas personas, pero ninguno de ellos es su amigo – Andru bajo la mirada a su hora y siguió manejando – ella piensa que todos quieren más su posición social que su amistad. Tu eres su primera y única amiga porque asegura que eres sincera cuando hablan.
  • Pero si no hablamos… apenas cruzamos palabras cuando nos vemos.
  • Llamo corazonada, o que se yo – Andru bajo la velocidad a medida que llegaban a la entrada de la ciudad – ahora, ¿puedes ayudarme? Puedo pagarte por esto.

Dalia miro la hora también – puedo ayudarte, pero no me pagues. Si soy la amiga de Aileen, es justo que le haga un favor, así ella no lo sepa.

Andru asintió – entonces iremos al centro comercial y…

  • Espera – Dalia le sujeto el brazo – ¿ahora de ahora? Yo creí que sería mañana u otro día.
  • Será hoy. ¿tienes algo que hacer? – le pregunto.
  • Pues si – Dalia agarro su mochila – y la verdad no creo poder ayudarte. No le dije a nadie, pero tengo otro trabajo por la noche.

Andru detuvo el auto en un parque y volteo a verla – ¿toda la noche? Supongo que es por eso que tienes prisa – se le quedo mirando.

  • Pues, no y sí. No es toda la noche y puedo llegar a la hora que sea. Tengo que hacer limpieza en un consultorio, cuando termino me voy. Y siempre me aseguro de terminar lo mas antes posible para irme temprano – observo de reojo como Andru parecía estar estudiándola con los ojos – deja de verme, me asustas.
  • Lo siento – dijo Andru, volteando la mirada, pero luego volviendo a ella – es que es raro verte tan arreglada. Eres bonita, pero así eres otra persona. Al menos para mi – se paso la mano por el cabello – volviendo al tema, puedo ayudarte después de que tu me ayudes. Prometo llevarte a tu casa cuando terminemos todo.

Dalia miro la hora y resoplo – Ahora son las 8, seguro terminaremos a las 10. Luego serán 2 horas mas de limpieza y mi mamá me matara.

  • A menos que le llames – le dijo Andru – llámale para avisarle.
  • No creo – observo su celular, el cual saco de su mochila – ¿Qué le digo?

Andru le dio unos toques al volante – la verdad. Solo dile que vas a ayudarme y luego yo voy a ayudarte hasta que llegues entera a tu casa.

  • Claro, es simple. Igual y estas cosas no son raras – susurro mientras marcaba a su mamá – hola mami.
  • Hola, ¿dónde estás?
  • Ya llegué a la ciudad.
  • Que bien, casi llamo para que te den permiso.
  • Si iré. Ya falta poco para que empiecen las clases. Solo una semana más.
  • Lo sé, luego tendrás tiempo para descansar.
  • Si… mamá voy a llegar un poco tarde – dijo, haciendo un gesto con los dedos.
  • ¿Por qué?
  • Pues… - volteo a ver a Andru para pedir ayuda – a… ayudare a un… amigo, o mejor dicho, acompañare a un amigo de compras.
  • ¿Qué amigo? – dijo su mamá, con un tono bajo – ¡¡de cuando aquí tienes amigos!! – se escucho de la voz de sus hermanos.
  • Es un modelo de la empresa y… - Andru le pidió su celular, lo cual Dalia dudo en dárselo o no – solo iremos al centro comercial. ¿quieres hablar con él?




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